Escuela de capataces, el nuevo disco de Miqui Puig, es un ejercicio de elegancia, de sobriedad y chulería, de personalidad. Canta a "todos esos jóvenes que aún dudan en viernes si pañuelo o corbata; ensayando las poses, oliendo caminares, escogiendo qué quieren ser". Canta a las filias y a las fobias, a la desesperación, al resurgimiento. Es un disco pero bien podría ser una mirada inteligente al chiringuito desde la barra de cualquier taberna. Es un disco pero podría ser el gesto cómplice de un camarero, el beso de una mujer magnética o unos calcetines a juego asomando bajo el dobladillo.
Es un pastel perfecto: no sabe uno por dónde empezar a morderlo. Siempre se le hace injusticia a la parte superviviente al primer bocado. Así que se lo preguntamos al padre de la criatura, Miqui Puig, y él recomienda. Introduzca en la boca primero Los módena, "canción inmediata, redonda, canción de cualquier década dorada del pop".
Límpiese la baba placentera y continúe con El sastre de Genestacio, "canción bella que habla de la edad madura". De postre, La teoría del hombre invisible, "para que vean lo friki que soy". La digestión será rápida y enseguida querrán más. Las canciones de Puig no pesan. Son milagritos volátiles de un hombre auténtico.
¿Por qué se bebe sin sed? ¿Qué hay detrás de ese alcoholismo subyacente en sus canciones?
Eso me lo pregunto muchas veces cuando veo personajes detrás de una barra. Las canciones de este disco están compuestas a partir de un programa de radio que se sucedía en una bodega, en un bar típico en el que veías desde a a un chico de veinte años a un señor mayor. Esa necesidad de beber sin sed es una metáfora de la vida. A veces parece que nos agarramos a clavos ardiendo simplemente por eso, por necesidad.
Escuela de capataces es un disco de estéticas, de rollo, de filosofía personal y grupal. ¿Cómo son los hombres que le interesan a Miqui Puig en 2017? ¿Y las mujeres?
Inteligentes, y eso no quiere decir tener másters. Inteligente es mi panadero cuando hace cada mañana un mollete que me sirve para funcionar. Me interesa la gente que discurre, que tiene capacidad de mirar más allá. En una canción, en la de El sastre de Genestacio, se le dice a los chicos que creer en los padres a veces no es bueno. Las filosofías están para romperlas y tener tu propia explicación. A mí me gusta la gente con gustos estéticos concretos, que no tienen por qué ser los míos, que esto es una cosa como muy de los veinte años... "Este me cae bien porque viste como yo", y ya tiene que ser guay. No, pues es un imbécil que viste como tú. O tú mismo eres el imbécil.
Las mujeres son más valientes que los tipos y eso me lo demuestra la música. Son las que tienen que batir el cobre. Yo veo a una mujer haciendo música y para mí es un compañero. Tienen que luchar mucho más en esta sociedad súper machista.
¿Es difícil para una mujer salirse del rol que se le otorga en el mundo de la música?
Claro que tienen roles concretos. Y pueden salir y destacar por físico, elegancia, o por ser la mujer de alguien, eso sigue funcionando así. La paridad no existe y hasta hace poco ha habido discusión porque algún festival no programaba a grupos de mujeres. Ojalá llegar a un punto en el que no se tenga que mesurar eso de cuántos tíos y cuátnas tías, sino que cada uno tenga su talento y talante y a partir de ahí funcione.
Ha dicho en alguna ocasión que le han llovido críticas por escuchar electrónica, por llevar collares de cuentas, por ser jurado en Factor X... ¿cuál es la peor etiqueta que le han puesto? ¿Es España un país simplón, de etiquetas facilonas?
Totalmente sí. Me han dicho "gay" como insulto sólo porque soy amanerado o porque me visto con historias extravagantes. Me molesta sobre todo que me llamen "gay" intentando que sea peyorativo. ¿En serio aún se insulta por eso? Es de las cosas más tristes que me han pasado, no por mi sexualidad ni porque para mí sea peyorativo, sino porque a fecha de hoy aún se use la sexualidad de una persona para insultarla.
¿Qué es el talento, cómo se distingue?
Yo siempre pongo el mismo ejemplo: te sientas a ver un partido de fútbol en el que juegan chicos de diez años y ves a uno y dices "éste lo tiene". Por cómo se pone el brazalete, por cómo se abrocha los cordones... se ve desde lejos. Yo, cuando estaba en Factor X, vi tres talentos en tres años. Había cosas muy interesantes, pero quizá no cuadraban con los cánones y lo que busca la televisión más mainstream. Imagínate a Adele en un programa de talentos. La echarían, porque no es niña mona ni niña polémica".
¿En quién piensas cuando hablas del producto mainstream pero carente de talento dentro de la esfera española?
Uy, en mucha gente, pero no te lo puedo decir. Te puedo decir que desde que estoy en este negocio, todas las discográficas intentan tener este prototipo: artistas manejables, moldeables... recuerdo cuando salio OBK, que después salieron otros veinte grupos a tubo de tecnopop. Ahora con la moda indie pasa igual, cualquiera quiere tener un estandarte indie muy neutro y de ahí van saliendo mil grupos... en vez de buscar las canciones, que es lo que más me interesa a mí y en lo que hay que seguir trabajando.
¿Cómo se puede ser rompedor en 2017? ¿Es rompedor que en el carnaval una drag se vista de virgen o eso ya está pasado?
Bueno, eso está pasadísimo. Ya lo hizo mi padre en los setenta, se disfrazó de Lola Flores. No es rompedor y es triste que eso aún cree polémica, y que alguien todavía se ofenda. Madonna también se disfrazó de virgen en Sex, y mil ejemplos más. Para ser rompedor no tienes que disfrazarte, tienes que ser auténtico contigo mismo. Vemos a la gente mutando según las modas... y no encuentro sentido en ese cambio. A mí me parece rompedor el heavy que lleva siéndolo desde los ochenta.
Me gusta mucho Cuidado con los perros y me hace gracia lo de "no me llames por mi nombre de casada, yo ya tengo todo mi honor echado a perder". ¿Sigue existiendo en España el honor ese de la mujer como algo que preservar? Como algo puro y virginal, como algo matrimonial.
Esta canción es antigua. Toda la historia vino a partir de Josep Pla, el escritor catalán, que retrataba a la sociedad burguesa. Esa sociedad rancia en la que la mujer es mujer, el hombre es hombre, el notario es notario y el farmacéutico es farmacéutico. Pero ella da un giro, se lleva al chico y le engatusa, y consigue vivir de sus rentas, que esto sí que es algo antiguo. ¿Tú crees que alguien hoy vive de las rentas?
Alguno habrá, alguno.
Sí, seguramente sí (risas).
¿Qué opinión te merece la polémica con las letras de Sabina? Algunas han sido acusadas de machismo. ¿Cómo debe actuar un creador ante esto?
Estás hablando con un tipo que ha tardado nueve años en hacer un disco y que ha cuidado mucho cada paso por estas absurdidades. ¿Sabina machista? ¿Qué será lo próximo, prohibir al Marqués de Sade? Todos nos enfrentamos a las obras de arte como tales. A mí lo que me parece mal y me pone nervioso es que a los niños les lleven policías al colegio, ¿sabes? Porque un policía no es bueno ni malo, y a los niños no debemos influirles en ese tipo de cosas.
Ahora, evidentemente, la canción La mataré, de Loquillo, estaría prohibida. Tenemos que pensar en los contextos o todos los rockandrollers de los cincuenta estarán socialmente muertos... todas esas canciones que hablan de la posesión del hombre y de la mujer, esas canciones de soul... de lo que hay que preocuparse es de la violencia de género.
¿Se ha autocensurado usted alguna vez?
Muchísimas. Porque en el momento en el que estamos es fácil caer en estas pirámides de linchamiento. Me da mucho apuro, no lo llevo bien, y me da miedo que alguna palabra sacada de contexto pueda llevar a algún error.
Otra polémica de estos tiempos. ¿Cree que Cataluña tiene derecho a referéndum?
Esto es un problema político, no de la gente de la calle. Es uno de los temas en los que estoy posicionado de manera neutral, porque hacer cualquier movimiento hacia un lado o hacia el otro provoca un odio exagerado. Simplemente hay gente a favor y en contra, pero es gente con grandes grupos periodísticos que se mueven hacia una posición y alimentan el vaivén. Porque la gente de la calle, en realidad, habla varios idiomas, come comida de muchos sitios y vive picoteando de aquí y de allí. Es una cuestión política.
¿A quién haría usted ministro de Cultura?
A nadie. No debería haber ministro de Cultura. Ministro no. Es una figura que se digiere como a un salvador ¡y no lo es! Tiene que haber un ministerio de cultura, con buenos gestores y técnicos. Hay tantas cosas por hacer... desde el momento en el que existe una única sociedad general de autores cuando en otros países puedes escoger quién gestiona tus derechos... pues nada, aquí, como ya funciona así, a algunos les va bien y el resto callamos.
¿Qué panorama político le gustaría que hubiese para gestar un mejor panorama cultural?
Llevamos muchos años ya con el "qué va a ser de nosotros", pero seguimos votándolos... y en Cataluña también, con Convergéncia muchos años. Tampoco te creas que el PSOE era un paradigma, recordemos que La edad de oro la cerraron los socialistas y algunos de los recortes culturales bestias han venido por la izquierda. Notarás que no tengo mucha simpatía por los políticos.
¿Qué opina de eso que decía Errejón de fomentar una producción cultural que cuente "lo que está pasando", a raíz del 15-M y con la trayectoria de Podemos?
Pues eso no lo sabía, pero mira, El chico que gritaba Acid va de eso. Es una persona desamparada que lo cuenta. También lo hace ahora mucho el trap, ¿eh? Pero lo cuenta sin partidismos. Está contando que quiere tener un coche muy caro y que quieren tener una vida distinta a la que tienen. El hip hop lo hizo en Francia, en los noventa lo hizo el punk y lo hace cualquier movimiento juvenil, pero adherirlo a un partido sería erróneo.