Es muy probable que no haya oído hablar de él nunca antes, pero ayer Brian Matthew (Coventry, 1928) estuvo muerto durante unas horas. El veterano, sabio y querido locutor de música de la BBC2, testigo del nacimiento de los Beatles y fiel escudero de la música de los sesenta, trabajó durante 63 años en la emisora más famosa del Reino Unido. Matthew era, hasta que lo despidieron, una de las voces más duraderas y populares de las ondas, una leyenda radiofónica, un superviviente del medio público acostumbrado a vivir al borde del despido.
Él, a sus 88 años, que lleva una vida en la cadena, y que ha sufrido traiciones por su parte de todos los colores, sigue sin creerse esta última. Los tiburones de la BBC2 llevaban años deseando dejar de escuchar la frase con la que se despedía cada programa el anciano locutor: “Este es tu viejo compañero Brian Matthew deseándote que tengas suerte esta semana, nos vemos pronto”. Por ahora, les toca esperar.
Este 5 de abril, la BBC2 lanzó un comunicado anunciando la muerte del amado locutor, que la familia del periodista terminó desmintiendo y obligó a la organización a corregir el anuncio del fallecimiento unas horas más tarde de su publicación. En el “pause” se ha quedado el programa especial que la BBC2 tenía listo para rendirle tributo, con un extenso recopilatorio sobre su legado en la cadena.
Los sesenta más locos
Apenas habían pasado tres meses desde que la cadena lo mandara a la calle definitivamente, tras varios intentos de quitárselo de encima. En 2016, la voz inglesa con más tirón de los años sesenta se convirtió en el locutor más veterano de la BBC Radio2, aunque el título le duró poco. Uno de los pilares de la cadena que ayudó a convertir a esta organización en lo que es -la mejor organización de radiodifusión del mundo- tuvo que pedirse un tiempo de descanso para recuperarse de una caída.
La empresa pública, que ya llevaba un tiempo rumiando la idea de darle la patada, vio en esta circunstancia el pretexto ideal para sacar a Brian Matthew de su parrilla. Después de 63 años de recorrido en la organización y casi tres décadas de emisión. Su puesto volvía a estar en la cuerda floja.
Durante el parón sobrevivieron con cintas ya grabadas por el maestro y, posteriormente, contrataron a Time Rice para sustituirlo. Y cuando Matthew se recuperó y estaba listo para volver a trabajar, se quedó con las ganas de que le pidiesen que volviera. En lugar de eso, la BBC2 se aferró a la idea de que “es el momento indicado para retirarse”.
La BBC2 quiso que la retirada se anunciara de mutuo acuerdo para evitar una revolución. Pero fue el propio Brian quien desmintió el final feliz: “Yo estaba listo, dispuesto y capaz para volver, y me acabo de enterar que van a poner el programa en manos de otra persona”. Así, el pasado enero Matthew tuvo que agarrar el micrófono y enfrentarse, a los 88 años, a la situación que no deseaba: el adiós de sus oyentes.
La patada definitiva
Sus ganas de seguir eran latentes y la de sus fans porque volviera, también. Estos consiguieron miles de firmas y peticiones para provocar su regreso. Boicotearon a Time Rice apagando Radio 2 durante la emisión del programa. Así que tuvieron que cederle una última oportunidad al querido locutor: en febrero presentaría su show final. Y una semana más tarde, Tony Blackburn se hizo con los mandos del programa definitivamente.
La BBC2 ha pactado con Brian especiales de su vida y épocas de la música para Semana Santa. “Estamos discutiendo una serie de programas especiales con Brian y esperamos que regrese a Radio 2 lo antes posible”, en un comunicado que lanzaron para tranquilizar a las masas.
Este despido cobarde y traidor, que no contaba con la aprobación del protagonista ni del público no fue la única deslealtad de la BBC con Matthew, desde su entrada en la compañía, en 1954.
En 1967, con 39 años, la BBC2 le sacó de dos de sus programas estrellas, Easy Beat y Saturday Club, porque, según los directivos, “no estaba preparado para una audiencia joven”. Posteriormente, en 1989, fue despedido de nuevo de Round Midnight donde había trabajado durante 12 años.
La guillotina no corta
Matthew, que siempre ha mostrado tener un tesón de acero, consiguió remontarse de cada una de las zancadillas que la organización le iba poniendo en su camino. Era bueno en lo suyo, y lo sabía él y el público, por lo que siempre conseguía resurgir de las cenizas con un triunfo mayor al anterior. Una vez dijo: “La guillotina sigue bajando pero nunca ha llegado a mi cuello”.
Los Beatles fueron sus grandes aliados y amigos en los sesenta. Contaban con el locutor siempre que podían, tanto es así, que Matthew puso su voz al programa de Live at the BBC2 de los Beatles. Y se encargó de narrar The Beatles Story. Ellos mismos le ofrecían que les acompañase en sus giras. Y reconocía que su perdición del grupo era George Harrison.
No sólo contaba con el apoyo de los Beatles en aquel entonces, los Rolling Stones también estaban de su bando. Pero él siempre admitía que prefería al grupo de los seis fantásticos. Se convirtió en íntimo amigo de Brian Epstein (manager de los Beatles), adorado por Cliff Richard y Dave Davies de los Kinks, contaba con la princesa Margarita como una de sus mayores fans. Conoció y se sorprendió con personajes como Muhammad Ali y a lo largo de su carrera entrevistó a personajes de todo tipo, desde Georg Solti hasta a Sonny y Cher.
En 1990 Brian aterrizó en Sounds of 60s donde consiguió que la mayoría de los grandes nombres de la música del momento, participaran en sus programas.
Un CV intachable
Atraía a millones de radioyentes debido a su increíble voz y a su lista de reproducción extraordinariamente ecléctica. Pero, sobre todo, porque era un hombre de los sesenta y entendía, le gustaba y se le notaba.
En 2008 le otorgaron el Sony Gold Award como reconocimiento a sus más de 50 años de radiodifusión nacional e internacional, y por la gran labor que había llevado a cabo a favor de la radio británica. Aunque no sólo se ciñó a este medio, también ejerció de anfitrión en el programa de televisión Thank Your Lucky Star.
La fama y los triunfos que se le atribuyen a Brian Matthew han sido más que lidiados. Así como el cariño, el respeto y la posición que se ha labrado en la profesión. Y quién sabe si este susto, parón o equivocación, manda mucho más lejos al tan esperado -o no- adiós.