El escándalo lo denunció hace cuatro años Antón Reixa, en una carta difundida por la SGAE cuando el músico era presidente de la sociedad de gestión de derechos de autor más importante de España. “Entre las obras de mayor recaudación se pueden encontrar enigmáticos títulos como El grillo amarillo. No se conoce musicólogo ni incluso oído humano que puedan acreditar las virtudes de tal obra”. El grillo amarillo era uno más de los cientos de títulos que en los ochenta formaban parte de la perversa “rueda”.
Este ingenio corrupto fue inaugurado por “militares músicos que combinaban la milicia con su trabajo en orquestas de baile y verbena”. Cuarenta años después, el entramado corrupto se mantiene. El propio Reixa acusó al 80% del Consejo de Dirección de la SGAE de beneficiarse de la famosa “rueda”. Es decir, temas libres de derechos con leves, minúsculos, arreglos sinfónicos que se registran como nuevos, se emiten “en connivencia” con responsables de distintas cadenas, de madrugada para generar millones de euros en derechos de falsos autores. Es la burbuja de la hora bruja.
La Policía Nacional aclara que el entramado creaba “música de baja calidad y registraba falsos arreglos en obras musicales de dominio público para emitirlas en programas nocturnos de televisión, en connivencia con algunos responsables de programación de estas cadenas”. Reixa escribió en aquella carta dirigida a los socios, y titulada ¡Viva la música!, que “once autores podrían haber recaudado, en cinco años más de 25 millones de euros mediante esta práctica”.
Mientras duermes
La estafa es de tal calibre que el 70% del dinero recaudado en 2015 por la SGAE, en concepto de derechos de autor por la música en televisión, correspondió a piezas emitidas en esa franja horaria que cuenta con un 1% de audiencia. De noche, mientras no mira nadie, los presuntos delincuentes asaltan las arcas públicas, con complicidad de los responsables televisivos.
Lo que más llama la atención es que, a pesar de que los programas de música han sido aniquilados de las parrillas de las televisiones, la música televisada es un negocio muy lucrativo. El “enriquecimiento injusto” se ha producido por “un grupo de autores y editoriales”, explica la Policía Nacional. Para Eduardo Maura, portavoz de Unidos Podemos en el Congreso de los diputados, “es gravísima la participación de trabajadores de televisiones públicas en este entramado”.
Hoy, en la Comisión de trabajo del Estatuto del Artista, ha visitado a los diputados José Sánchez Sanz, del Sindicato de Músicos, y ha puesto negro sobre blanco las prácticas estafadoras en el seno de la SGAE. “Hay que eliminar las programaciones fantasma de las franjas nocturnas”, añade Maura, que reclama más elementos de control y transparencia sobre las entidades de gestión.
La cúpula en la masa
La operación involucra de alguna manera a la actual cúpula de la SGAE, puesto que los músicos con más poder de voto en la Asamblea de la entidad son los representados por el Colegio de Pequeño Derecho (en total son cuatro colegios). Estos autores son los tocados por la operación de la Policía, dado que son quienes más recaudan de las televisiones.
El actual presidente de la SGAE, José Miguel Fernández Sastrón, recibió su mayor apoyo del Colegio de Pequeño Derecho en las elecciones que le enfrentaron a José Luis Acosta, en 2014. ¿Cómo es posible que haya que pagar tanto dinero en música que no escucha nadie? Los intereses de la cúpula de la SGAE están montados a partir de los intereses de los socios con más poder y capacidad de voto de la Asamblea, es decir, de aquellos que más dinero reciben en concepto de derechos de autor. Esta es la rueda: cuando más recaudas, más voto. Cuanto más voto, más condicionas los estatutos a tu favor.
No son autores famosos, simplemente hacen arreglos a música libre y se la quedan. Hacen miles de temas en dos o tres años y se retiran a vivir de los derechos. Lo cuentan perfectamente Ainara Le Gardon y David García Aristegui en el libro SGAE: el monopolio en decadencia. El actual modelo de la SGAE defiende esta recaudación con nocturnidad televisiva. Sastrón no ha cambiado los intereses de estos autores, a pesar de conocer las denuncias de Reixa, porque la mayoría de los interesados en el fraude de la rueda depositaron en él sus votos.
De hecho, Sastrón es un autor de música para televisión. No hace bandas sonoras, no saca discos, ¿cómo recauda sus derechos el presidente de la SGAE? ¿Cuántos derechos percibe por la emisión de su música en las televisiones? Desde la SGAE aseguran que su música ha aparecido en esta franja horaria, pero "nunca ha puesto la autoría a nombre de otros" y la última liquidación ha sido "muy baja".