Juan viene de ver la carrera de tacones desde su balcón de Chueca. "Con el frío que hace, las musculadas que tenían tantas ganas de enseñar, van a tener que ponerse una rebequita", bromea. Mista cruza la calle y nos saluda con dos besos. "¿Cómo estás?", le pregunta Juan. "Yo, estupenda". El primero es guionista y cineasta y el segundo diseñador gráfico y fotógrafo. Andan imantados, cómplices, son de espíritu afín: gastan una química a medio camino entre las Azúcar Moreno y Fred Astaire y Ginger Rogers.
Se conocieron en un vídeo de La Prohibida, hicieron juntos la webserie Fantasmagórica y ahora son los siameses más arrolladores de las cabinas de España. Cada uno trae su bagaje, su mirada. Uno de Bilbao, otro de Barna; uno es más tecno de los ochenta y otro más pop de los noventa, pero a ambos les pierde Rafaela Carrá, el patinaje sobre hielo y los bodys con mucha lentejuela y poca tela. Las Juanettes son de esos dj's democráticos que escuchan los deseos de la pista, como dos genios con tacones salidos de la lámpara.
Son Swish Swish, de Katy Perry, Swerlk, de MNDR y Gypsy, de Lady Gaga. Con esta última cierran siempre sus sets. Son alegría y mesura, miren qué difícil combinación. Son barba poblada y raya del ojo, ahí donde la belleza converge. Es posible que pronto empieces a echarles de menos hasta en las fiestas a las que no vas.
El año pasado en el Orgullo se reivindicó especialmente al colectivo transexual.
Juan: Y este año uno de los lemas vuelve a ser "por la despatologización transexual ya", es decir, como parece todavía que los transexuales tienen un componente de patología, de enfermedad, tienen que pasar por unos tribunales médicos, les hacen pruebas psicológicas... lo decía el otro día una chica en una charla en la que estuve después de grabar unos cortos, Indetectables, para la fundación Apoyo Positivo, y ella hablaba muy bien y contaba que el colectivo transexual necesitaba atención porque el mundo gay y lésbico, aunque no lo tienen todo conseguido, tienen mucha visibilidad en los colectivos... pero el mundo transexual carga unos prejuicios muy concretos, y mucha gente piensa que las transexuales sólo trabajan en la prostitución y que tienen una vida sórdida, pero no. Nosotros conocemos transexuales que son periodistas, que escriben libros... y de todo.
Mista: Yo creo que poco a poco se está quitando ese estigma de la transexual prostituta, pero claro, si hay gente a la que ya le cuesta aceptar la homosexualidad, ¡la transexualidad...! Además están surgiendo otros colectivos y hay más etiquetas, como los intersexuales..
Os quería preguntar también por ellos, por los intersexuales, que son como el recodo último del colectivo LGTBI y también necesitarán normalización.
Juan: Sí, es un momento muy interesante en el que los compartimentos estanco se están rompiendo, ya no hay sólo dos géneros, y además los géneros ya no son cuadrados con paredes rocosas. Es decir, no sólo hay masculino y femenino, hay grises y fluidos.
El género fluido tengo entendido que es como el género no binario. Hace poco hicimos un reportaje en el que las personas de género no binario contaban que quieren que se les llame con el pronombre "elle" en lugar de "él" o "ella".
Mista: A mí me parece que hemos llegado a un punto en el que la gente lo que no quiere es dar explicaciones. Yo salí del armario en los años noventa, anda que no ha llovido, y ahí aún era muy duro hacerlo. No querías etiquetas: decíamos "a mí no me gustan los hombres ni las mujeres, me gustan las personas". Ahora, 30 años después, yo creo que la gente no quiere etiquetas.
Juan: Yo creo que en tu caso la motivación de decir eso era el miedo a salir del armario, pero ahora no quieren definirse porque se sienten tanto hombre como mujer según el momento y les gustan los hombres y las mujeres, las personas, de verdad. Nosotros, de hecho, si hubiéramos nacido ahora, igual no seríamos completamente gays. No hay nadie completamente gay ni completamente hetero. Si rebuscas dentro de ti, igual podrías enamorarte de una mujer.
Me llama la atención eso de "si hubiéramos nacido ahora". ¿Por qué?
Juan: Ya tenemos una personalidad formada, unas parejas, una vida hecha, unas costumbres. Es difícil desaprender, porque esto es una cuestión de aprendizaje, también.
Mista: Hay que hacerle mucho caso a los refranes y a los dichos. Y en el sexo "nunca digas nunca jamás".
¿Creéis que esta tendencia va a seguir ascendiendo con los años y las nuevas generaciones van a ser más diversas sexualmente aún?
Juan: Yo creo que sí, que puede haber mucha más. Pero hay una cosa que dice Alaska y que es verdad, que hay que tener mucho cuidado porque gracias a las leyes que se han ido instaurando tenemos más derechos y vamos hacia adelante, pero las leyes se pueden derogar. Hay que estar vigilantes. En el futuro, si todo sigue bien, puede haber más diversidad, pero si de repente viene un señor como Trump y gobierna... la gente va a empezar a agachar la cabeza. Todavía la homosexualidad en muchísimos países está penada y en siete de ellos es pena de muerte. Si tú vida depende de ser o no homosexual, evidentemente no lo eres. Te escondes para que no te maten.
Mista: Tenemos la suerte de que España es un país muy avanzado. Parece que no, vivimos aquí y decimos "joder"... pero por ejemplo es mucho más avanzado que Italia. Allí están todavía dentro del armario, también porque es un país muy católico.
Juan: Roma está lleno de curas y monjas.
Mista: Es que la religión ha hecho muchísimo daño.
¿Qué porcentaje de responsabilidad tiene aún la religión en que siga habiendo homofobia?
Mista: ¡Toda!
Juan: Toda no, pero un porcentaje alto. A mí es que me ha pasado una cosa. Yo por suerte me crié en un barrio obrero en Bilbao donde los curas eran todos comunistas, entonces nunca me hicieron sentir oprimido sexualmente ni nada. Eran de la teología de la liberación. Y estos curas de ahora, estos obispos que salen cabreados con nosotros en televisión... a mí me suenan prehistóricos, yo no los he vivido en mis carnes. Mi madre era católica y me llevaba a la catequesis pero todos los curas eran absolutamente modernos, y eran de izquierdas.
Mista: Pero tú no hablabas claramente de que eras homosexual, ¿no?
Juan: No, pero a los 14 años, que yo ya me daba cuenta de que tenía algo raro -bromea- y apuntaba maneras... yo tenía un cura que nos decía "cuando tengáis novia, ¡o novio!"... siempre ponía un toque.
Mista: Qué arte.
Juan: Mucho arte. No he vivido represión de la Iglesia porque los curas de mi barrio eran todos rojos, ya te digo.
Mista: Mi madre por ejemplo decía que era muy religiosa, pero la iglesia no la pisó en toda su vida. Para mi bautizo. Siempre llevaba las típicas estampitas de la virgen y tal. Sí que realmente la Iglesia Católica nos ha perseguido muchísimo. Bueno, a todo lo que se saliese del rebaño, ya no sólo por convicciones sexuales, sino por ideología.
Juan: No olvidemos que durante el franquismo, la Iglesia estaba con el franquismo. Con el poder. Tenían exenciones fiscales que siguen teniendo, por cierto, y otro tipo de prevendas... el generalísimo era de misa diaria, y su mujer, y todos, ahí estaban. La Iglesia nos sigue sonando a Franco.
Mista: Si yo fuera religioso, ¿sabes a qué iglesia iría? A esta que está en calle Hortaleza.
La de San Antón, ¿no? La del Padre Ángel.
Mista: ¡Esa es maravillosa! Estuvo Camilo Sexto hace poco.
Juan: Iba en silla de ruedas el pobre.
Mista: Pero bien cardada.
Juan: Pues esa iglesia es divina, porque hay cepillos que te dicen "deja lo que puedas, coge lo que necesites". Y en eso yo sí que creo. Es que esa iglesia es la de la teoría de la liberación, me suena conocido.
Bueno, es la iglesia roja, ¿no? Antes había una en Vallecas, la Parroquia de San Carlos Borromeo, y la cerró Rouco Varela.
Juan: Claro, es que a la élite de la Iglesia no les hará ninguna gracia estos curas rojillos, porque son comunistas, y al fin y al cabo, el comunismo es darlo todo, que la propiedad privada no exista. Igual no nos gusta nada el comunismo, porque queremos tener nuestra propiedad privada, pero a nivel iglesia el comunismo está muy bien porque "todo es de todos, coged lo que queráis porque no hay propiedad privada".
Mista: A mí lo que más gracia me hace de los religiosos es que son gente que te dice lo que tienes que hacer. ¿Quién eres tú, Antonia, para decirme a mí...? (Risas).
Juan: Pero mira, ahora hemos tenido la suerte de que salga el Papa Francisco, que, dentro de lo malo, es un Papa súper moderno y ha hablado muy bien de los gays.
Incluso ha pedido a la Iglesia que pida perdón a los homosexuales. ¿Cuándo lo hará la española?
Juan: ¡No lo sabía! Me cae muy bien. Pero hombre, si tenemos obispos que dicen cosas como que los gays vamos a lugares del infierno, que estos maricones, no sé qué...
Mista: Es terrible. No pedirán perdón nunca.
Juan: Es que dices "cortaos un poco". No son nada políticamente correctos. Estamos en la era de lo políticamente correcto y les da igual.
Mista: Es súper Inquisición. Es gente que si pudiera nos eliminaría del mapa.
Juan: A mí lo que me parece es que detrás hay una pulsión homosexual fortísima. Si tú vives tranquilamente con tu vida normal, es que no te molesta nada. Te molesta aquello que te toca profundo. Algo tendrán que resolver.
Mista: A mí me molestan los gritos de los niños en el AVE y no quiero ser padre (risas).
Ahora que lo mencionas, me gustaría preguntaros si estáis a favor o en contra de la gestación subrogada.
Juan: Es paliagudo este tema. Una amiga nuestra, que es travesti y súper feminista, está muy en contra. La gestación subrogada, al final, es un tráfico de bebés. Te doy dinero y tú me das al niño.
El problema es que, más allá del tema moral de si se puede, o no, comercializar la maternidad, también es un problema de clase, por los precios astronómicos que tiene y las características de las gestantes, que suelen ser mujeres pobres.
Mista: Yo pienso que si esa mujer está dispuesta... es un acuerdo, ¿no? ¿Por qué no?
Juan: Ya, pero es que hay una transacción económica de por medio. Es como mercancía. Ciudadanos ha sacado ahora una propuesta de permitir la gestación subrogada siempre que no hubiese dinero de por medio.
Ellos avalan sólo que se paguen los gastos del embarazo y del parto, pero que no hubiese un beneficio económico para la gestante.
Juan: Hay un mercado de mujeres del Este que no tienen mucho dinero... y aparecen personas del primer mundo que le dicen toma, 30.000 euros, ten un hijo para mí. Es explotación hacia la mujer, por eso muchas feministas están en contra de esto. Yo no tengo la opinión formada, porque tampoco quiero ser padre.
Mista: Yo vi un documental en el que una pareja de chicos se iban a EEUU y tenían un hijo con una madre de alquiler. Habían tenido ya dos niños con ella. Y ella vivía con su marido y tenía tres hijos más. Ellos le pagaban una pasta, ella tenía el hijo y se lo daba tan tranquila.
Juan: Lo han hecho muchos famosos. Kiko Hernández, Ricky Martin, Miguel Bosé... gente con pasta.
Mista: Yo tengo una pareja de amigos homosexuales que quieren adoptar...
Juan: Pero es que adoptar es otra cosa, porque es un niño ya nacido.
Y que necesita una familia.
Juan: Sí, y lo otro es más el capricho de que quieres que este niño tenga tus genes, que se parezca a ti. Adoptar es moralmente menos reprochable que el vientre de alquiler.
Mista: Yo sería más de adoptar.
¿Creéis que el Orgullo ha perdido su carácter reivindicativo? ¿Se ha comercializado demasiado?
Mista: Sí, lleva ya años así. En Barcelona un Pride como el de Madrid hace que se celebra desde 2009. Y allí siempre decíamos "qué aburrimiento", porque era realmente reivindicativo. Las llamábamos las perroflautas. Era gente activista la que hacía el desfile. Con pancartas ahí Rambla arriba, Rambla abajo.
Juan: Es que las carrozas de publicidad de las fiestas... hay una parte de activismo y política, pero la mayor parte es frivolidad. Se ha sobredimensionado. Se ha pasado tres pueblos. Yo empecé a vivir en Chueca en el año 99 y estaba encantado, ahí con mis amigos en mi balcón... había gente abajo pero se podía pasar, actuaba Fangoria... pero ya en 2012, debajo de mi casa actuaba Karmele Marchante. Se ha devaluado mucho, en calidad y cantidad. Chueca está impracticable.
Mista: Hay una dicotomía. Yo pienso que la esencia es otra, pero que está bien que la gente se lo pase bien. Mira, es que la gente del ochenta y el noventa que va a Chueca a salir ya lo tiene todo hecho. Y no le han dado una hostia por ir por la calle cogido con su novio, sus padres no les han echado de casa...
Juan: Pero hay un repunte de las agresiones homófobas.
Mista: Sí, pero esto es como cuando mi madre me venía con batallitas. Cuando no quería comer o lo que sea, me decía "es que tú no has pasado hambre, bla, bla"... Y tú a los homosexuales de hoy les dices "¡bueno!, yo en los años noventa tenía que disimular con mi mejor amigo que éramos novios" y no quieren que les cuentes milongas. Tienen el camino hecho, así que se van de fiesta, a ligarse un chulo, a pillarse un pedo. Y está bien también. Otra cosa importante con la que hay que tener cuidado es que ahora se está cuestionando mucho la pluma.
¿En qué sentido?
Mista: Pues que dentro del colectivo homosexual, hay quienes quieren tener una actitud más masculina y esos discriminan a los que tienen una actitud más femenina, más pluma.
¿En serio?
Mista: Sí, y eso es homofobia.
Juan: Hay campañas en contra de esa gente. Stop plumofobia. Ya basta de marginar a los que tienen pluma, porque son igual de representantes del colectivo que tú y que yo. Hay tanta heterogeneidad en el colectivo... las lesbianas que parecen mujeres, las lesbianas que parecen hombres, las lesbianas que parecen camioneros, los gays que parecen machotes, los que son súper finos... pero dentro de esos grupos, unos señalan con el dedo a otros, y eso es lo que no hay que hacer. La pluma, ¿cómo decirte?, es la esencia del mariconeo, porque molesta. La pluma es lo que de verdad molesta. Si yo voy por la vida con actitud masculina y paso desapercibido, yo no soy gay para nadie. Lo que les molesta a los intolerantes es la pluma. "Ay, cariño, ¿que eres gay? No lo había notado". ¡Como si fuera un halago!
Mista: Y también hay señores heterosexuales que tienen pluma. La pluma está ahí. Y también existe la "pluma heterosexual", que es otra cosa.
¿Qué es la pluma heterosexual?
Mista: Pluma heterosexual es rascarte las pelotas cada dos por tres en público. Un poco actitud de paleto.
Juan: Y la de las lesbianas se llama martillo. Y el martillo es este rollo machote. Pero todo esto son categorías que pensamos que son naturales, pero no, son aprendidas. Ser hombre o ser mujer no es natural, es aprendido. Nadie nace de ninguna manera. Igual que el mariquita que tiene tanta pluma lo aprende de otros lados o de otras fuentes, como por haberse criado entre un grupo de mujeres. Y como estamos hablando de construcciones sociales, todo es igual de válido: todo por tus padres, por tus amigos, por el barrio en el que naces, etc. Pero como la sociedad es machista aún, es preferible ser un macho a ser una hembra. Cuando una persona tiene pluma baja un escalón en aceptación social, porque se parece más a la mujer, y porque la sociedad es machista. Jerarquía social.
¿Qué partido político creéis que defiende mejor ahora mismo las reivindicaciones del colectivo LGTB?
Mista: Bueno, está claro que los partidos que más cuidan al colectivo homosexual son los de izquierda, pero también es verdad que hay muchos homosexuales que votan a la derecha. Y la Cifuentes, por ejemplo, está ahora siendo más dúctil...
Juan: Hombre, porque esto ya es un clamor.
Mista: Tengo amigos homosexuales que adoran a Cifuentes y odian a Carmena.
Juan: Pero igual no votan al PP, ¿no?
Mista: ¡Claro!
Juan: Ahí está Maroto. Del PP, se casó estupendamente con su marido, todo arte, que dan ganas de decirle "Oye, Maroto, cariño, ¿te has casado gracias a tu partido, o gracias a quién?". Ahora PSOE y Podemos son buenos partidos para protegernos, de hecho Zapatero fue quien lanzó la Ley del Matrimonio Homosexual. Siempre la izquierda es preferible, otra cosa es que ahora la derecha se apunte al carro como se apuntaron al carro del divorcio. ¡No querían divorcio por nada del mundo y cuando sale la ley, los primeros que se divorcian son ellos! Todas las hijas de los de la derecha se iban a Londres a abortar...
Mista: Doble moral.
Juan: La derecha siempre ha sido de ir a comulgar y a tomar la hostia sagrada y por detrás ponerle los cuernos a su mujer. Doble moral, sí. Y lo de los gays que votan al PP... yo creo que puedes tener una idea económica, ser una persona rica, tener un banco o lo que sea, y el PP hace leyes que te favorecen, pues vas a votar al PP, por muy maricón que seas. Y si me da miedo que Podemos diga que van a nacionalizar los bancos, pues ¡uy, quita! Aparte de ser gay, la gente tiene otras facetas en la vida.
¿En qué debería modificarse la educación de los niños para criarles en la diversidad?
Juan: Yo te digo una cosa, cuando crecía en mi barrio obrero, que era un barrio cutre, lleno de yonkis, donde la gente vivía como podía... yo he sido siempre muy bien educado, tanto en la esculea pública, mis padres, los curas rojos... siempre me educaron con una diversidad pasmosa. Yo he crecido sabiendo que el feminismo no es lo contrario del machismo. Ahora los chavales están completamente confundidos.
Mista: Te educaron en el respeto. A mí también, y en la prudencia. Mis padres eran analfabetos, mi madre no sabía ni escribir, pero...
Juan: Lo que hay que estar es más atento a los chavales. Mis padres trabajaban los dos, pero estaban pendientes de nosotros, nos sentíamos atendidos... y yo creo que ahora los chavales crecen sin atención o con la atención del móvil, nada más. Es otra historia. Además entiendo que hoy día ser padre es dificilísimo.
Mista: Nosotros no teníamos información. Yo me acuerdo cuando en los noventa, cuando salió En la cama con Madonna, el documental de la gira aquella, era un escándalo y estaba prohibida porque se veía a dos chicos besarse. ¡En el 91! ¡Prohibida! Hace poco he visto un documental también de Madonna que se llama Strike a Pose, y es una maravilla, recupera a sus bailarines. Unos niños de 19, 20 años, todos en el armario, en una sociedad americana de los ochenta, finales... todo el mundo se enteró de que eran homosexuales, y muchos de ellos tenían el SIDA. No se atrevían ni a contárselo a ella, que hacía speechs sobre el virus.
¿A qué político sacaríais a bailar en peluca y taconazos?
Juan: A Alberto Garzón, porque me gusta. Es muy guapo. Aunque Pablo Iglesias con peluca estaría guapo... y anda que Rajoy... guapísimo también.
Mista: Sí, Rajoy sin duda. A Rajoy hay que maquillarla y ponerle un pelucón para ayudarla a quitarse traumas. Un peso de encima. También te digo que el político más travesti que hay ahora es la Donald Trump. Y el espectáculo que trae de Comedy Queen... no me lo creo todavía. Lo maleducado que es, lo déspota.