La guerra cultural no toma aliento ni en verano: sol, cerveza y beef, que es como se denomina en la jerga rapera a la reyerta entre dos integrantes del género, en la que uno de ellos lanza un insulto o crítica al otro, intentando desprestigiarle o ridiculizarle. Hoy martes, el grupo de pop Taburete -ídolos del pijerío adolescente- se ha tirado al barro con un tuit desde su cuenta en el que acusaba a los raperos Los Chikos del Maíz -"rojos y blasfemos", como se llaman a sí mismos en Los Pollos Hermanos- de haber “robado” la música de uno de sus temas -Un bolero en Berlín, del disco Trap Mirror, publicado en 2016- a sus nuevos compadres Café Quijano -de la canción Con el sueño entre mis brazos, del disco Orígenes: El Bolero, Vol. 2, de 2013-.
Willy Bárcenas y sus chicos presentaron hace un mes, con Manuel Quijano y los suyos, el videoclip de Perdonarme, una colaboración que pujaba por ser la canción del verano patria, pero que por ahora no suena como imprescindible: a destacar la lamentable idea de lanzar una versión acústica previa -del 12 de junio, mientras que el vídeo oficial se estrenó el 23-, modo chill out en unos sofás blancos de porche, junto a la piscina, en el que aparecían cuatro mujeres jóvenes únicamente como decoración, como objeto, dando palmas con incomodidad sobre una canción que no se sabían.
Pero es obvio que la afrenta de Taburete contra Los Chikos del Maíz trasciende a la presunta defensa de sus amigos los Quijano, porque el tuit dice literalmente “Para una cancion buena que teneis y la musica es ROBADA (si, robada)”, adjuntando link de sendos temas y atacando sin pudores la calidad del trabajo de los raperos.
¿El 'sampleo' es legal?
La respuesta de Nega y Toni Mejías no se ha hecho esperar: “En el hip hop se llama ‘sample’. Lo que parece que os han robado son las tildes. Para lo que queda la universidad privada...”, adjuntando una captura del tuit de Taburete con las tildes corregidas y guiñando a la conciencia de clase alta -aunque revestida de bohemia- de la que hacen gala los padres de Sirenas.
El sample se generalizó en la música popular gracias al hip hop newyorkino en los años setenta, y consiste en tomar un extracto de un sonido grabado en cualquier tipo de soporte para reutilizarlo
Efectivamente: el sample (aquí “muestreo”) se generalizó en la música popular gracias al hip hop newyorkino en los años setenta, y consiste en tomar un extracto de un sonido grabado en cualquier tipo de soporte para reutilizarlo posteriormente como un instrumento musical o una grabación de sonido diferente, formando así una sucesión de secuencias de canciones o vídeos que pueden estar transformados mediante efectos.
Aunque es cierto que el 'sample' se ha acabado normalizando tanto que se ha vuelto una pieza clave en los estudios de grabación de hoy en día, la controversia legal existe. Desde Sindicatos de Música cuentan a EL ESPAÑOL que "en España no es legal, otra cosa es que no se detecte o que se llegue a un acuerdo extrajudicial".
Cambio en la jurisprudencia
Los tribunales de la mayoría de los países en los que ha habido juicios de este tipo han determinado que el 'sample' en grabaciones comerciales no está justificado, aunque un fallo del Tribunal Constitucional alemán en 2016 ha cambiado la situación: en un enfrentamiento legal entre la banda de música electrónica Kraftwerk y la rapera alemana Sabrina Setlur, se consideró que la "libertad artística" prevalece sobre el interés económico en determinados casos.
Los tribunales de la mayoría de los países han determinado que el 'sample' en grabaciones comerciales no está justificado, aunque un fallo del Tribunal Constitucional alemán en 2016 ha cambiado la situación
El más alto tribunal alemán estima que si la infracción de un derecho de autor fue "marginal", la libertad artística tiene prioridad sobre los intereses del titular del derecho de autor. Los jueces dictaminan que el 'sampleo' es legítimo en la medida en que "el nuevo trabajo no entre en competencia directa con la canción original" y no cause daño financiero al titular del derecho.
Por tanto, la jurisprudencia ha dado un vuelco y esta decisión tendrá fuertes consecuencias en la industria musical en los próximos casos. Los chicos de Taburete, algo amilanados, han respondido con torpeza un: “Pues aprended a samplear, no a coger canciones enteras. Tildistas!”.
Pique ideológico
El pequeño pique adquiere un potente cariz ideológico si tenemos en cuenta las características de sus protagonistas: Taburete es un grupo icónico para los nuevos niños pijos ibéricos -sucesores legítimos de Hombres G., con quienes darán una gira el próximo otoño- liderado por Willy Bárcenas, el hijo del extesorero del PP condenado por corrupción. Están acostumbrados a escuchar en sus conciertos: “¡Willy, valiente, tu padre es inocente!”. Otro de sus componentes es Antón Carreño, nieto de Gerardo Díaz Ferrán, expresidente de la CEOE y de Viajes Marsans.
Los tuiteros tampoco han parado de aludir a la corrupción pepera en sus respuestas al hilo, con frases como "A mi me parece un sample, pero no voy a discutir vuestro criterio sobre robar porque alguno de vosotros se ha criado bastante cerca del tema" o "Para que tengan algo de valor tus clases de ética empieza por dárselas a tu padre, gilipollas", las dos reacciones más celebradas.
Los Chikos del Maíz, por su parte, son una banda referente de la izquierda patria más activista e insurgente y uno de sus dos miembros, Nega, apoya públicamente a Podemos y pertenece al circulo íntimo de Pablo Iglesias. Ellos son más de cantar versos como “Tú no eres un buscavidas, un buscavidas fue mi padre emigrando por comida (…) Si tanto dices ser de barrio, acude a una asamblea o ayuda a parar un desahucio”. La derecha y la izquierda musical españolas más paradigmáticas y sus primeros codazos. Puede ser el comienzo de una bonita historia de desamor.