De la verbena al Teatro Real: la leyenda de Luis Fonsi crece por las noches, como los niños. No es un tipo rompedor, no va disfrazado de nada -como mucho, algún tatuaje le ondea en el bíceps-, no alardea y no se encasilla. Su mensaje tiene aires de universalidad y estética cristiana: ámense los unos a los otros. Por eso no deja un tórax impávido.
El puertorriqueño comenzó siendo un obrero de la música y sabe lo que es salir de la nada, pelear el puesto, pulir la letra -eso sí, la precariedad le duró poco, porque había nacido para el pelotazo-. Lo recordamos a golpe de llanto, cansino como él solo, con su No me doy por vencido. Un buen día se cerró el telón y, cuando volvió a abrirse, Fonsi ya había puesto a perrear a medio mundo y un hit como Despacito había mutado en memoria sentimental. ¿Cómo lo ha hecho? ¿Cuál es su tránsito? Aquí seis claves para conocer al artista del momento.
1. Habla de amor
Antes de Despacito hubo un Luis Fonsi que se perdía en el amor con baladas pegadizas y hacía una oda a la sentimentalidad constante con sus sencillos. El cantautor consiguió condensar su intimidad en canciones con Aquí estoy yo, Llegaste tú o Aunque estés con él.
“Aquí estoy yo abriéndote mi corazón, llenando tu falta de amor, cerrándole el paso al dolor”, cantaba, desgarrado, el actual héroe de las pistas. Quizás la arista más personal del puertorriqueño sea Paso a paso, la canción que escribió cuando le diagnosticaron cáncer de mama a su mujer. “Pero aún tengo fe, podemos vencer, podemos torcer la suerte, lo sé. Tú le harás frente”.
2. Canta en castellano
Con diez años se mudó a Estados Unidos, el niño de Puerto Rico. Allí empezó a cantar en inglés para los festivales y fiestas del colegio, dominando perfectamente el idioma. Durante sus primeros años en Orlando crece en base a sus referentes, que van de Marc Anthony a Michael Jackson pasando por Luis Miguel y Stevie Wonder. Siempre quiso hacer música en ambos idiomas pero su gran oportunidad le llegó con una oferta de Universal para cantar en castellano. En 20 años de carrera no se ha rendido a la influencia del idioma anglosajón ni a la presión de llegar al público internacional.
3. Es perseverante y comprometido
Lo que caracteriza a la carrera musical de Luis Fonsi es la perseverancia. Desde aquel 15 de septiembre de 1998 en el que lanzó al mercado su álbum debut -Comenzaré- hasta hoy, Fonsi ha demostrado que no flaquea. Ya por aquel disco fue nominado por Billboard en la categoría Artista revelación del año y consiguió situarse en los primeros puestos de las listas de ventas con temas como Dime cómo, Perdóname, Si tú quisieras o Me iré. Fue su primer disco de oro, pero no sería el último. Y le insufló muchas más ganas de seguir.
En el año 2000 estaba lanzando Eterno y cantando delante del mismísimo Papa Juan Pablo II, bajo la mirada de dos millones de personas expectantes. Apuntaba imparable. En 2001 participó en el homenaje a las víctimas de los ataques del 11 de septiembre en la Casa Blanca, ante el presidente George W. Bush. Desde 2002 a 2005 prácticamente fue a disco por año, en 2008, tras tres años de parón, arremetió con Palabras para el silencio. Tierra firme (2011) y 8 (2014) agudizaron sus picos de estrella. Ahora, de nuevo tres veranos después, sigue demostrando que no vive de las rentas.
4. Compone sus temas
No es una de esas caras bonitas o esas voces potentes que se alimentan del mensaje y el estilo de otros. Fonsi compone desde crío, aunque en la industria se estrenó con Mi sueño, una canción del disco Eterno. Es en Paso a paso, en 2005, -influenciado por la enfermedad de su esposa-, cuando siente la necesidad de componer la mayor parte de las canciones del álbum. El dato: año y medio tardó en llevar a cabo el disco Tierra firme, porque para él escribió más de 125 canciones, de las que sólo seleccionó 10.
5. Hace pop y reguetón
Fonsi es, sobre todo, un superviviente de la industria, una cabeza pensante que ha entendido que el mundo está muy gris y que el público necesita salir de su burbuja de hastío y perrear. Así que se ha cambiado de sombrero y ha pasado de las baladas de la ‘turra’ como No me doy por vencido a un éxito de dimensiones mucho mayores, como Despacito, que ya es la canción más escuchada de la historia en internet. Aquí quien no corre, vuela, y Fonsi ha sabido buscarse un buen aliado en esta era nuestra donde el reguetón es oración: Daddy Yankee.
6. Le para los pies a Maduro
Fonsi también ha demostrado que sabe posicionarse políticamente cuando la situación lo requiere. En este caso lo ha hecho para mostrar su enfado hacia la versión de Despacito de Nicolás Maduro, que le ha cambiado la letra para animar a los ciudadanos a participar en la votación a la Asamblea Nacional Constituyente.
Ni corto ni perezoso, ha puesto orden en el despiporre viral de su último hit, asegurando que, aunque “en repetidas ocasiones he dicho lo mucho que disfruto con las versiones que han salido de Despacito a nivel mundial, considero que debe haber un límite”. Explica que “en ningún momento se me ha consultado, ni yo he autorizado el uso o el cambio de la letra de Despacito para fines políticos, mucho menos en medio de la deplorable situación que vive un país al que quiero tanto como es Venezuela”.
A golpe de hashtags como “SOS Venezuela” o “Yo estoy con Venezuela”, Fonsi aclaró que su música es “para todo el que quiera escucharla y disfrutarla”, “no para usarla como propaganda que intenta manipular la voluntad de un pueblo que está pidiendo a gritos su libertad y un mejor futuro”. Este discurso valiente y claro le valió la ovación de su público y terminó de despertar las simpatías que le faltaban. Fonsi, de Puerto Rico para el mundo.