José Miguel Fernández Sastrón seguirá siendo presidente de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) tras superar una moción de censura con 20 votos a favor de su permanencia de los 39 que forman la Junta Directiva de la entidad. Ha obtenido 18 votos en contra. De esta manera, la cúpula de la entidad de gestión de derechos de autor cierra filas en torno a su representante, señalado entre sus detractores por connivencia con el fraude de “la rueda”.
Elegido el 20 de abril de 2016 por la Junta Directiva de la SGAE como presidente de esa entidad, tras este episodio continuará en el cargo pese a la disconformidad de colegios como el de Obras Audiovisuales o el Editores Musicales. Tal y como adelantó EL ESPAÑOL, una parte de la Junta Directiva estaba cocinando una moción para acabar con su gestión después del escándalo de “la rueda” y la lluvia de manifiestos que muestran la división de intereses de los autores.
El actual presidente, beneficiado también por el pago de “la rueda”, no será sustituido por un presidente de transición que debería haber llevado a la entidad a la regeneración que le exigen los autores y la mitad (menos uno) de la Junta Directiva.
Como explicaban a este periódico miembros de la Junta, “Sastrón hizo todo lo posible por hacerse con el poder apoyándose en esta asociación criminal”. La referencia es a “la rueda”, cuyos intereses condicionan el voto de la mayoría de la Junta. Sus votos son producto de la recaudación que obtienen y que les lucra. La recaudación se transforma en votos, de ahí que para muchos la SGAE se haya convertido en una “plutocracia”. El gobierno de los más ricos, que desarticulan cualquier reforma o cualquier intento de censura contra el presidente, como acabamos de comprobar.
El juez Ismael Moreno, en el auto del caso de “la rueda”, valoró en 100 millones de euros el fraude de “acuerdos abusivos” entre los acusados y las televisiones, “para perpetuar sus intereses con evidente ánimo de lucro, en perjuicio del resto de los socios y sin que reporte beneficio alguno a la sociedad”.
La paradoja ha llevado a Fernández Sastrón a enfrentarse a una moción de censura por la mala práctica de la música nocturna, con la que se aupó en su cargo, como han señalado sus enemigos. Sin embargo, fue el propio presidente quien ordenó el amparo del arbitraje de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), que corregirá el próximo diciembre la regulación del reparto de los beneficios. Así, mientras en Europa el retorno está en torno a un 10% y en nuestro país al 50%.
La música nocturna en las televisiones quedará corregida en diciembre, explican a este periódico desde la Junta Directiva, en el próximo reparto de beneficios, al ejecutar la orden de arbitraje de la OMPI.
Sin embargo, queda pendiente la reforma más urgente de la SGAE, que Sastrón no ha acometido, la de los órganos del Gobierno, la del sistema de reparto (para que sea transparente por completo) y la reforma del sistema electoral.