El tortazo de Vetusta Morla a Nacho Vigalondo
El director de 'Colossal' dirige y protagoniza el videoclip de 'Te lo digo a ti', la nueva canción de la exitosa banda. Lo acompañan Nacho Vegas y Lolita Flores, en un tema que habla sobre la rabia y la incomunicación.
22 septiembre, 2017 18:28Te lo digo a ti -adelanto de Mismo sitio, distinto lugar- es una "bofetada literal", un juicio rápido y seco, un largo dedo acusador. Vetusta Morla vuelve con una canción-reproche que, como cuenta Guille Galván a este periódico, “es una especie de combate imaginario contra un rival que no existe”. “Es la canción más de tú a tú que hemos escrito, es casi un careo entre una persona y otra, a la que está interpelando constantemente y es responsable de un montón de cosas, pero al mismo tiempo no hay pruebas ni evidencias por las que juzgarle”, explica. “Hemos trabajado a partir de esa idea de rabia y de incomunicación”.
La letra tiene algo de rebelión, algo de hartazgo de la servidumbre, algo de reproche hacia el abuso, pero no sabemos -una vez visto el vídeo- si se está exagerando para poner en entredicho esta postura de indignación constante. Allá cada uno con su mirada. “Te lo digo a ti: yo no soy tu barco en cuarentena, ya no soy tu golpe seco, ni el barbecho de tu voz”, cantan. “Haces de esta farsa tu comedia, te haces fuerte en la viñeta donde no quiero entrar yo. Te lo digo a ti, fiel monarca de encimera, peso muerto, puro cuento, timonel de garrafón”. Dice Galván que se refieren a “esa neurosis que genera saber que todos son culpables de algo”.
El vídeo, dirigido por el cineasta Nacho Vigalondo, lo protagoniza él, pero con peluca rubia, rímmel corrido y unas esposas que le dejan atado a la mesa. Está en una suerte de sala de interrogatorio y entra Lolita Flores vestida de agente para ponerle los puntos sobre las íes. Le lanza a la mesa fotos de coches ardiendo, de fiestas en cumpleaños infantiles, de naves en llamas o imágenes de ella misma (Vigalondo) con gafas de sol, tirada en el suelo.
Le muestra los objetos incautados como pruebas, envueltos cuidadosamente en bolsas de plástico transparentes, como una trompeta de juguete o muñecos de futbolín -uno del Atleti y otro del Real Madrid-. En el ordenador que hay en la mesa, salen los propios Vetusta cantando, pero pixelados. En medio de la atmósfera surrealista, paródica y enrarecida, aparece el cantautor Nacho Vegas vestido con aires de cowboy e, impenetrable, le mete un guantazo estéticamente perfecto a Vigalondo.
Los tuits: 'pruebas' del siglo XXI
Los dedos con los que increpa Lolita se estiran mágicamente y tocan, incómodos, la cara del acusado, la boca, los ojos, los orificios de la nariz. Alargada es la sombra del reproche. “No escuchas, no escuchas jamás, todo lo que digo se convierte en boomerang. Ya has ganado, sal a celebrar… pero si me ves de frente, mira a otro lugar”, reza la letra.
Lolita sigue mostrándole a Vigalondo “pruebas” contra él. Algo familiar: unos tuits inofensivos que, parece ser, han molestado mucho a la raza hegemónica, que es la ultrasensible (¿o acomplejada?). Dicen cosas como “Twitter no es una herramienta, es un vicio, porque como herramienta es un desastre”; “No quiero ser agridulce, pero esto huele a desastre extremo” o “Y ahora viene el giro sorpresa: el de anoche no era yo, lo juro #ultraviolencia #desastre #acoso #copaenelsuelo”.
Hay gente que brinda fuera, mientras contempla la reyerta. Reyerta unilateral, por otra parte, porque el Vigalondo de la peluca no sabe a dónde atender entre luces, gritos y ofensivas. Hay tartas que explotan y desprenden algo parecido a petróleo. Un tipo vestido de pollo dispara serpentinas. Cuando Vigalondo quiere darse cuenta, está lleno de colores, confeti y donuts. Pero, ¿a quién interpela, en realidad, Vetusta Morla? ¿Qué caras se le vienen a la cabeza a Guille Galván cuando escucha esta canción? “No creo que sean muy relevantes las que pueda tener yo. Precisamente el pulso y la tensión de la canción van en ese sentido: todos podemos pensar que nos están persiguiendo y nos están señalando, todos podemos tener esa sensación de que la culpa de lo que nos sucede está en el de al lado, cerrar los ojos y liarnos a puñetazos”, sonríe.
“Hemos buscado personajes arquetípicos para el vídeo”, revela. “Elegimos trabajar con Nacho porque nos parece que es un director que maneja muy bien este tipo de historias: mezcla la cinematografía, en la que es experto, con cuestiones más personales y locales que acercan mucho el vídeo a la historia de cada uno. Vimos claro que lo tenía que protagonizar él. En el cásting, la idea de Lolita y de Nacho Vegas venían de descontextualizar y buscar que los personajes clásicos de ese tipo de secuencias (la de la interrogación) los llevasen a cabo gente que representa otras muchas cosas, entonces no sabes si es el actor o la persona quien está detrás”, cuenta. “Aquí hemos descubierto a un actorazo como es Nacho Vegas”. Que lo disfruten.