La canción del invierno: un himno para cortarte las venas
No todo va a ser reguetón y verbena. Ismael Serrano, Rosalía, Rozalén, Maria Arnal, Vetusta Morla, Kase O... aquí las mejores canciones tristes de los mejores autores del panorama nacional. Para acompañar con whisky, orfidal y mantita. ¿Con cuál te quedas?
4 diciembre, 2017 02:49La canción del verano ya se intuye alrededor de mayo: uno la ve venir, la escucha acercarse en tensión creciente, como pisadas de mamut lejano. El cuerpo la señala por encima de las filias y de la propia voluntad: se le va la pierna, se le escapa la mano, una ráfaga de viento sacude el cabello como en los videoclips malos. La canción del verano es fundamental en democracia porque nos integra a todos en la mediocridad, nos armoniza, nos hace más celebratorios y menos esnob. Ahí Despacito, revelación de la verbena de 2017, el tema más reproducido en streaming de la Historia, primera en castellano en ser número 1 en 20 años -sólo detrás de La Macarena, ambicioso pódium-.
Pero poco se habla de la canción del invierno. De hecho, no existe como categoría, o no hasta ahora, aunque su influencia se hace notar en el imaginario del ciudadano español cuando arrecia noviembre. Esa misma anatomía feliz que danzaba despreocupada en julio, gintonic en mano, ahora sueña con agarrar un té caliente, un orfidal y tal vez un lingotazo de coñac en la madrugada y lamentarse, recordar, patalear, arañarse la cara, contabilizar lo perdido. Es cierto que un minibar bien abastecido, una manta y una chimenea ayudan a subrayar la desidia, pero no lo son todo.
A ratos aparecen espíritus fraternos que acompañan al oyente en el duelo: Nacho Vegas, Enrique Urquijo, Chavela Vargas. Y qué tal un Con las ganas de Zahara o un Me cuesta tanto olvidarte de Mecano. Son esos ángeles negros que ya diseccionaron lo que te pasa mucho antes de que lo sintieras, porque el arte es así, entre premonitorio, empático y cruel: te echa a la cara la tormenta interior, pero por tu bien, para que vuelva a llegar el verano. Aquí algunos de los mejores temas de este año para expiar las penas a gusto: un poco de desamor, algo de injusticia social, cócteles de nihilismo y canapés de autodesprecio. No olviden que para la remontada es necesario conocer la caída.
1. Basureta, Kase O
"Aburrimiento visceral, hipocondría, angustia cósmica, el punto más lejano del Sol, en mi órbita, el puro hastío de vivir es mi amarga tónica. Miedos que suplo con apariencias, odio a uno mismo y al sistema de creencias, como un masoca en manos de una sádica, es la relación de mi alma con mi conciencia". Como abrirse en canal. Una de las delicias de El Círculo, el disco con el que el rey del rap sigue girando por España.
2. Consejo de sabios, Vetusta Morla
"Hoy tu recuerdo es un pájaro que bate sus alas detrás de mí y guarda en su pico tus labios. Tienes la forma precisa, guardas la herencia del mármol, fuiste la Venus de Milo y yo puse el mundo en tus brazos". La joya de Mismo sitio, distinto lugar, el último trabajo de la banda.
3. Recuerdo, Ismael Serrano
"Pero creo que eres tú y estás casi igual, tan hermosa como entonces, quizás más. Sigues pareciendo la chica más triste de la ciudad". El cantautor activa el ojo de la nuca y recopila sus mejores canciones para saltar por la ventana y luego arrepentirse en 20 años. Hoy es siempre. Un rosario de bellezas y dolores de pecho.
4. Que se muere, Rosalía
"Que se muere mi corazón, que se muere. Y yo le digo que se espere, que quiero morir contigo". Rosalía ya es el gran descubrimiento musical de los últimos años, una cantaora moderna brillante hasta el desgarro. Su disco Los Ángeles es para llevárselo a la cama y abrazarlo toda la noche.
5. Conmigo o sin mí, Sidecars
"Déjame aquí, no sé cuánto tiempo puedo seguir; recobrar aliento, sobrevivir o caerme muerto". Es uno de los temas más sobrecogedores de Cuestión de gravedad, el último trabajo de la banda. Sencillo y efectivo, lleno de verdades ecuménicas.
6. Justo, Rozalén
"Calla, no remuevas la herida, llora siempre en silencio, no levantes rencores que este pueblo es tan pequeño... Eran otros tiempos". Justo, de la cantautora Rozalén, es una canción honda y necesaria que reflexiona sobre la crudeza de la memoria histórica y sobre la necesidad de resarcir el pasado para poder cicatrizar y seguir adelante. Rozalén es el punto de sutura que necesita España. Su discurso puro y valiente alcanza la justicia -poética- que aún no han conseguido las medidas políticas. Humanidad en vena.
7. Humo, Jarabe de Palo
"Ahora que cada suspiro es un soplo de vida robada a la muerte, ahora que solo respiro porque solo así podré volver a verte; ahora, que ya no me importa que la vida se vista de negro porque a nada le tengo miedo, porque a nada le tengo fe". Poco que decir: el himno de un superviviente desprendido de frivolidades que se engancha a la vida con los dientes. Bravo.
8. Míranos, Álex Ubago
"Después de todo este final que en realidad es el comienzo de una guerra sin cuartel, que humilla y avergüenza, ni yo tampoco reconozco que te amé...". Esto es recurrir al que sabe. Canciones impuntuales, el último trabajo del cantautor que nos partió en dos con Sin miedo a nada, A gritos de esperanza o ¿Sabes? No hay invierno sin Ubago.
9. Química, Juancho Marqués
"No quiero comprensión, sólo espacio, con mis propias manos construir palacios; no lo dudaría, como Antonio Flores, siete vidas para destruir despacio... Paso por tu calle, se me encienden los faroles, porque te quise como Manuel a la Lole, amor mío, al alba en tu balcón las flores...". Imperdible esta delicia de Marqués. Letra y ventrículo.
10. Jo no canto per la veu, Maria Arnal
Mágica, María Arnal. Jo no canto per la veu ni tampoc per la seguida, canto per un amic meu que per mi donaria la vida". Hace emoción todo lo que nombra. No se pierdan su disco 45 cerebros y un corazón.
11. Voy pa la mani, Gata Cattana
El 2 de marzo de 2017 se fue la mujer llamada a feminizar el rap español, esa potencia hecha hembra que era Ana, Gata Cattana: pura poesía y garra. En octubre salió su disco póstumo, Banzai, un grito de guerra que condensa su fuerza y su voz lírica. Es el año de Ana, una artista empapada de verdades, de discurso y de conciencia social. "Mami que yo no soy mala, que aquí los malos son ellos. Tú sabes que no me callo, me miran la cara y se tiran al cuello. Mami, que voy pa la mani, que a lo mejor ya no vuelvo... porque ahora soy terrorista si estoy sentaíta' gritando en el suelo. Mami, que nadie recuerda la guerra de mis abuelos". Aquí uno de sus trabajos más directos y poderosos. Eterna.