El boicot está a la orden del día: en esta ocasión le ha tocado al cantautor Joan Manuel Serrat, que en los últimos tiempos se ha visto envuelto en furibundas polémicas por la cuestión catalana. Los independendistas han llegado incluso a tildarle de "fascista". El documental Serrat, el noi de Poble Sec se emitirá, según lo previsto, esta noche de martes en TV3 a las 21.55 h. en el programa Sense ficció, pero numerosos usuarios -nacionalistas catalanes- han manifestado su indignación por esta suerte de homenaje al músico, al que bautizan como "traidor" y "unionista".
Han llamado directamente al boicot, al grito de "a los traidores ni agua", "ni oblit ni perdó" y "visca Catalunya lliure". Hay también quien propone un documental alternativo "que sí interese", como "el de 'Lluís Llach, el noi de Girona'". "Si igualmente nos tienen que adoctrinar, hagámoslo bien, ¿no?", subraya el usuario.
Infancia y juventud en la posguerra
Ninguno de los internautas ha podido ver aún ni una sola imagen del documental, pero, según ha podido saberse, hace un repaso por los recuerdos de la infancia y la juventud de Serrat en su barrio natal. Se trata de una conversación entre el cantautor y el cronista barcelonés Lluís Permanyer, donde el músico habla por primera vez de su familia -que perdió a 23 familiares durante la Guerra Civil- y de cómo bebió del ambiente de posguerra en Poble Sec, el barrio de inmigrantes y clase trabajadora donde se crió. Todas esas evocaciones conforman la persona que Serrat es hoy y son tratadas de forma transversal, estructural, como los cimientos de uno de los compositores más destacados del país, pura memoria sentimental de España.
La entrevista duró dos horas y cuarto, aunque el documental no llega a una hora, y fue grabada en el teatro El Molino. Ha sido producida para Televisió de Catalunya con la colaboración de Paral·lel 40 y es el séptimo documental dirigido y guionizado por Lluís Permanyer. Los partidarios de la secesión persisten en su campaña para perjudicar las audiencias del documental.
Estos problemas arrancaron cuando Serrat critó el referéndum catalán, asegurando que no era "transparente". Puntualizó que es "favorable" a los referéndum, pero criticó que las fuerzas soberanistas lo convocaron con una "ley exprés" y sin dejar margen al diálogo. A partir de ese punto se desató la tormenta. En busca de un punto medio que diese lugar a la concordia, Serrat quiso desvincularse también de aquellos que propusieron usar su Mediterráneo en marchas contra la independencia. "Tus ideas no tienen por qué coincidir con el pensamiento de los manipuladores", apostilló en su día.