Amaia Romero acaba de ganar Operación Triunfo. Apenas ha tocado el premio de 100.000 euros con el que se alza el vencedor del talent show, casi ni ha tenido tiempo de imaginar qué hará con ese dinero, pero sí que hay muchos que pelean fuerte para sacar rédito de ella. Rédito emocional, que es electoral. Rédito cultural, que es político. Amaia sólo ha puesto un pie fuera de la Academia y diferentes partidos se le han echado al cuello, en pugna por apropiarse de su nombre, de su imagen y su icono. Han entendido que la joven artista es un producto estrella, una máquina de furor popular puesta a punto, un símbolo al que adherirse si se quiere conseguir el beneplácito de los votantes.
Lo sabe cualquier espectador que estuviese pendiente a la gala el pasado lunes: su Shake it out, su City of stars, su Soñar contigo y su Miedo final son ya historia de nuestra televisión, son consenso estatal. Sus interpretaciones, sencillamente, no disgustan a nadie. Ni al más quisquilloso. Todo el mundo es de Amaia, hasta los adeptos a Aitana, hasta los fans de Miriam o Alfred. Todo el mundo la ama de forma natural, aunque después vote a otro. Es la cohesión, el punto de sutura de todas las Españas. Por eso la cuenta oficial de Podemos subió a Twitter una foto con un coche nevado en el que unas letras rezaban “Amaia ganadora”, junto a un corazón.
Todo el mundo la ama de forma natural, aunque después vote a otro. Es la cohesión, el punto de sutura de todas las Españas
Aunque a la formación morada le han caído algunas críticas de los usuarios por esta inclinación -del estilo “no vais a ganar voto joven con estas mierdas”-, lo cierto es que han sido muy agudos, si se tiene en cuenta que, según el último barómetro del CIS publicado esta semana, el 17,7% de los entrevistados de entre 18 y 24 años votaría al partido de Pablo Iglesias si las elecciones generales fueran mañana. Una franja de edad que coincide con los principales adeptos a Operación Triunfo.
Todas las Navarras quieren a Amaia
Podemos no han sido los únicos. La pugna por la apropiación cultural de Amaia se ve acentuada en Pamplona, la ciudad natal de la ganadora, donde los partidos polarizados ideológicamente se han puesto de acuerdo esta vez: quieren a Amaia, pero cada uno la quiere como propia. Uxue Barkos (Geroa Bai), presidenta de Navarra, ha trasladado su “felicitación y orgullo” a Amaia, tras considerar que las instituciones deben acompañar a la ciudadanía “cuando se produce un fenómeno como éste”.
Le ha enviado una carta para hacerle llegar de forma más cercana su alegría. También lo hizo cuando ganó la candidatura a Eurovisión. “Provoca una enorme pasión ver a una persona que se ha enganchado a la música de una manera tan hermosa, con pasión, con formación, y que representa tan bien a una parte de la sociedad”, a una “juventud muy preparada, muy cañera y con muchas ganas de comerse el mundo”.
Joseba Asirón (Euskal Herria Bildu), alcalde de Pamplona, le ha dedicado un tuit a la joven: “Zorionak Amaia Romero! Comienza una prometedora carrera, te deseo toda la suerte del mundo”. Y Maite Esporrín, portavoz del PSN en el Ayuntamiento, más de lo mismo: “Enhorabuena, Amaia, has sido estupenda! Un honor que seas de nuestra querida Pamplona!!! Te esperamos en Pamplona!! Un placer haberte seguido y escuchado”. El furor ha llegado a mayores cuando el grupo municipal de UPN en el Ayuntamiento ha anunciado que va a pedir a la Comisión de Asuntos Ciudadanos que “se dé cabida en la Mesa de Participación de San Fermín a la propuesta de que Amaia Romero lance el chupinazo de 2018”.
Amaia, ¿chupinazo?
Desde UPN, cuentan a este periódico que sólo se están “haciendo eco de una petición que late en redes sociales”. Se refieren a la cuenta de Twitter Amaia Romero en el chupinazo, que cuenta con 78 seguidores. “Es un grupo de gente, una iniciativa popular donde va entrando cada vez más gente y que pide que ella se encargue del chupinazo. A nosotros nos parece que, tal y como está concebido desde la alcaldía el lanzamiento del chupinazo, que es a través de mesas en Sanfermines y a propuesta de un colectivo… esta petición puede entrar. Lo que queremos es que se canalice la petición popular en estas mesas de Sanfermines, que entre como una propuesta más y que los pamploneses voten”.
Recuerdan que es “una propuesta abierta a todos los grupos políticos” y que su intención es que “salga por unanimidad”: “El Partido Socialista ya nos ha dicho que la suscribe, pero todo lo veremos el lunes que viene”, indican. Creen que Amaia es “una chica que se lo ha ganado a pulso, que ha hecho algo extraordinario y que además es pamplonesa”: “Todo lo que ha conseguido ha sido fruto de su trabajo, sus conocimientos y sus actitudes. Todo el mundo la ha visto, es muy mediática y, en este sentido, es genial que sirva para que las fiestas de su ciudad se abran al resto de España. Queremos proyectar una imagen positiva de Pamplona y ella es un espejo para mucha gente”.
Explican que su intención “no es politizar”, pero son conscientes de que “en Pamplona todo se politiza”: “Nosotros pretendemos que nuestras fiestas tengan alcance nacional, buena imagen exterior y que vayan a más y mejor, aunque sabemos que otros grupos son más reduccionistas. Igual hay personas que no tienen nuestra visión, porque al ser OT un programa de Televisión Española… les puede parecer que no es positivo”. Se refieren a las críticas recibidas en Twitter por "sectores simpatizantes de Bildu", que afean a UPN esta propuesta, precisamente, acusándoles de “politización” y recordándoles que, sin su intervención, ya habría habido colectivos que habrían hecho esta propuesta, pero que ahora la han contaminado de ideología.
Amaia, preguntada por la cuestión del chupinazo, ha asegurado que le haría “mucha ilusión”, pero que se dejará aconsejar por sus padres ante toda la marabunta que le espera. La revolución de la joven es transversal, todos quieren apuntarse a su carro: desde el Club Atlético Osasuna (femenino) -que envió, antes de la final, un vídeo desde el vestuario en forma de apoyo a Amaia- hasta la Policía Foral de Navarra, que tuvo que retirar un tuit sexista sobre la cantante. “Simpática, natural, canta bien… no sería un mal fichaje como imagen de Policía Foral”, acompañado de unos guiños. ¿De quién será Amaia, de España o de Euskal Herria? ¿Por qué la quieren hacer bandera?
Amaia, "marca blanca" para cualquier político
“Es lógico que los políticos, en general, se intenten subir al carro de productos culturales que son de amplia difusión y muy emocionales. Amaia, en Navarra, ha pasado a ser casi un símbolo de ‘navarridad’, que, además, conecta con un segmento de la población en el que los partidos están muy interesados: los jóvenes”, explica a este periódico Jordi Rodríguez Virgili, profesor de Comunicación Política en la Universidad de Navarra. “Esta edición de OT ha sabido hacerse con una gran emisión transmedia, no sólo multimedia: el relato o el acontecimiento televisivo alimentaba las redes sociales, y viceversa. Esto es un elemento en el que los políticos quieren entrar y aún no saben cómo utilizar”.
Explica Rodríguez Virgili que “aunque las revoluciones culturales van paralelas a las revoluciones políticas” no cree que éste sea el caso: “Tendríamos que irnos a Gramsci, que hablaba de cómo apoderarse de la cultura para ganar el poder político, pero no creo que el producto de Amaia o de OT tenga connotaciones políticas concretas, más allá de su éxito de penetración, de emoción y simbolismo. Es un producto amable, empático, simpático: tanto en su música como en su carácter”.
Amaia es una marca blanca a la que es fácil sumarse.Lo hace la derecha y la izquierda, los de arriba y los de abajo… no tiene un perfil atado, por eso todos intentan beneficiarse
Sostiene el experto que Amaia es una suerte de “marca blanca a la que es fácil sumarse”: “Lo hace la derecha y la izquierda, los de arriba y los de abajo… no tiene un perfil atado, por eso todos intentan beneficiarse”. ¿Qué recomendaría el experto a esos partidos que están intentando hacer rédito de ella y, al final, están siendo criticados por los usuarios, precisamente porque se dan cuenta de su estrategia? “Más allá del ambiente de agresividad que reina en las redes sociales y de que basta que un partido diga ‘a’ para que sus detractores digan ‘b’, lo cierto es que si el ciudadano ve que hay un intento de apropiación de algo que es de todos los navarros, va a molestarse. Notará que se intenta sacar un beneficio partidista de algo que no tiene nada que ver con la política”.
Él aconsejaría, por tanto “coherencia”: “Si una cuenta oficial nunca felicita a los triunfadores de diferentes ámbitos (ya sea deportivo, cultural, mediático), y de repente felicita a Amaia, a los usuarios les va a chirriar. Van a verlo como oportunista, que es lo que es. En el caso de Navarra, tienen que plantearse: si en Pasapalabra gana un navarro, ¿lo vas a felicitar? Si el Osasuna gana el próximo domingo, ¿lo vas a felicitar? La gente detecta la incoherencia o la falta de consistencia. Los políticos, para no recibir críticas en este ámbito, deben crear una dinámica en sus cuentas. Unas pautas de comportamiento. Si no, los ciudadanos dirán ‘no te has preocupado de la música en la vida, y hay otros programas de televisión donde han ganado navarros y no dices nada...’. Y tendrán razón”.