"Libérate. Ser mariquita no es un delito, no lo calles, lanza el grito", cantaba La Otxoa en 1979. Ahora, lanza "Con mucho... orgullo", un álbum que homenajea a canciones de la censura y a la vez presenta un himno gay, y que nace como una "advertencia": "No hay que dormirse", dice el artista. "Ojos verdes", de Conchita Piquer; "Un amor especial", de María Dolores Pradera o "Volveré a nacer", de Raphael, son algunos de los temas que "estuvieron en el punto de mira de la censura" y forman parte de este álbum de todo un icono de Bilbao, José Antonio Nielfa, conocido artísticamente como La Otxoa.
A ellas se suman, además de un "popurrí" de sus grandes éxitos, tres canciones de su "estilo", de "doble intención graciosa": "La bianchona", "Sola en la ikastola", y "¿Quién roba mi libertad?", un nuevo himno gay que nace del cansancio de escuchar siempre los mismos cánticos del colectivo LGTB (lesbianas, gays, transexuales y bisexuales). "El año pasado, en el Bilbao Pride, me di cuenta de que se ponían los mismos temas de siempre, y me dije que ya era hora de que hubiese una canción que nos represente, que fuera nuestra y hacer cosas distintas", explica el artista, en relación a grandes y eternos temas del colectivo como "A quién le importa".
"Quieren entrar en mi mundo, quieren ser mi voluntad, no dejaré ni un segundo que roben mi libertad", canta el artista en "¿Quién roba mi libertad?". "'Con mucho... orgullo' es denuncia y advertencia, es avisar. Hay que salir a la calle, cuando hay agresiones a homosexuales, cada vez que haya una denuncia de este tipo. Siempre que haya algo que sea injusto, hay que salir a la calle", explica. "Creo que no hay que dormirse, que hemos protegido muchísimo a las nuevas generaciones y así pasa lo que pasa. Los políticos han hecho lo que les ha dado la gana, y hemos tenido que salir los de mi época para reivindicar las pensiones", afirma, y barrunta que los artistas como él "van a tener que salir para reivindicar lo que reivindicaban: la libertad".
Encarcelado a los 19 años
La Otxoa, que fue encarcelado en Barcelona a los 19 años por "tomarse una copa en un local presuntamente gay", se convirtió en el primer artista homosexual en cantar en una cárcel, y desde entonces esta "cantante humorista con faldas" no ha dejado de enarbolar la palabra orgullo. "Orgullo siempre, claro que sí. El orgullo sobre todo de mi generación, de haber llegado hasta aquí y de haber conseguido lo que hemos conseguido. Tenemos el orgullo de que con la lucha hemos llegado a imponer nuestros derechos y decirle al mundo entero que somos completamente iguales", apostilla.
En 1979, en la Semana Grande de Bilbao, La Otxoa convertía "Libérate" en himno del colectivo y se le tachaba de "extraterrestre" desde partidos como PNV, indica, al tiempo añade que irónicamente "ahora se casa con un hombre uno de ellos, que había estado casado con una mujer". "Siempre cuento que mi abuela, de pequeño, decía que habíamos perdido la guerra por los chaqueteros. Ahora tenemos partidos que recurren el matrimonio igualitario -el PP- y luego se casa uno del partido y va toda la cúpula. Hay que tener cuidado con esos", advierte el artista.
"Vivir para ver", continúa, aunque reconoce que desde aquel lejano 1979 no se habría imaginado los logros de la lucha LGTB, ni que haya, por ejemplo, "tantas mujeres" en el Gobierno, con las once ministras de la ejecutiva de Pedro Sánchez. "Y mira lo qué han hecho con Màxim Huerta. Era el más débil de los ministros y hasta que no han conseguido echarle, no han parado. Han ido a por él porque era un chico que lo tiene claro, un chico que es gay", opina en relación a la dimisión del ex ministro de Cultura y Deporte.
"Nos equivocan tanto con las ideologías, que ya no sabemos quién nos defiende y quién está en la izquierda y la derecha", se lamenta el activista e icono gay, que presentará su nuevo himno para el colectivo el 4 de julio, en medio de las actividades del Orgullo LGTB de Madrid, un evento en el que echa en falta "más reivindicación".