La compositora y cantante Zahara ha estrenado Hoy la bestia cena en casa, primer single de su nuevo disco, y viene dispuesta a arrasar tres años después de la publicación de Santa. Cada uno de sus pasos la subrayan como una artista más ecuménica, más poética, más rebelde y total: en esta ocasión se afila el colmillo para lanzarse a la crítica social y política con una letra que es una bofetada sin mano; eso sí, limpia de caspa y de panfleto, trufada de ritmos techno. Suda todo el compromiso de la canción protesta pero renacida en 2018: mujer que empuña el micro, se arranca el último pelo de la lengua y muestra su mirada incómoda sin perder la frescura.
La canción se refiere a un hombre que acude una noche a cenar a su casa. “Es puntual, muy formal, tiene la nariz planteada. Su sonrisa me dice que él ha vendido su alma”, canta. Y Zahara empieza a tejerle el traje a base de palabras. “Hablas con tiento, como lo haces desde el estrado. Tu retórica de colegio privado es de campeonato. Tu raya del pelo es perfecta, lo aprendiste en el parvulario. Y eres el segundo plato, un auténtico partidazo”. En el videoclip, dirigido por Guillermo Guerrero, la artista se marca una coreografía elegante y agresiva envuelta en luces rojas. Mientras, la actriz Macarena García -hastiada, entre la risa y el asco- comparte mesa con el señor. Él habla, gesticula. Viste traje de chaqueta y corbata.
“Tus palabras están huecas (…) Tan guapo, tan desnudo, tan rastrero, tan seguro”, continúa ametrallando la letra. Y aquí la parte más interesante: “Si eres tan valiente, préstame tú tu vientre. Véndeme los hijos que tengan tus hermanas. Déjame que beba un poco de tu sangre”, canta, refiriéndose a la problemática de la gestación subrogada y posicionándose en contra de poner a la mujer en venta. Por esta última estocada, muchos de los fans de Zahara ya han llenado las redes de conjeturas e hipótesis: creen que el tema va dedicado a Albert Rivera, firme defensor de esta práctica -de forma altruista, según dice-. El líder de Ciudadanos fue interceptado el pasado 8 de septiembre por unas activistas de Femen, que se desnudaron para pintarse en el torso una de las consignas feministas más importantes del momento: “¡Mi vientre no se alquila!”.
En cualquier caso, la propuesta de Zahara pelea por la dignidad de las mujeres y reivindica la maternidad como un bien que no se presta, que no se alquila ni se vende, que no puede entrar en las exigencias de un mercado feroz; contradiciendo a cualquiera que asegure lo contrario. La cantante fue madre el año pasado y esta cuestión la pilla cerca. Acaba de publicar también Trabajo, piso, pareja (Verso & Cuento), una obra donde escruta los relieves de su generación y donde se engancha a la voz de una de las protagonistas, Clarisa, para expresar un pensamiento propio: “El deseo de no ser madre es tan poderoso como el de serlo”.