"Lo único jodidamente interesante a día de hoy". Así describía Thom Yorke, vocalista y compositor principal de Radiohead, a la joven que ha cumplido 18 años este 18 de diciembre de 2019. Billie Eilish se ha consagrado este año, al margen de lo que las campañas de marketing y las visitas puedan determinar, como la artista del año.
La joven estadounidense comenzó el año anunciando la gira When We All Fall Asleep para la promoción de, por el momento, su único álbum. Desde entonces todo han sido éxitos. Con tan solo 17 años fue galardonada por MTV Video Music Awards con el premio de nuevo mejor artista y el videoclip de uno de sus temas insignia, Bad Guy, el cual tiene casi 700 millones de visualizaciones en YouTube, fue premiado por su edición. Además, es la primera artista nacida en el siglo XXI en ser la canción número uno de la lista Hot 100 —lista de popularidad de los 100 sencillos más vendidos en los Estados Unidos—.
Internacionalmente se ha convertido en una ídolo de masas pese a su corta edad y España tuvo el privilegio de acogerla, en Barcelona primero y en Madrid después, en dos conciertos multitudinarios y espectaculares desde una perspectiva performativa, en el mes de septiembre —meses más tarde sería el turno de Rosalía en el WiZink Center con un resultado agridulce—. Y es que la cantante catalana, quien también ha tenido un crecimiento exponencial, se ha dedicado este año a lanzar sencillos y colaboraciones que se han alejado progresivamente de aquel flamenco renovado que proponía. Asimismo, los galardones de Rosalía han resaltado principalmente en el ámbito exclusivamente latino, arrasando de esta forma en los Grammy Latinos.
De esta manera, Eilish se ha mantenido fiel a su estilo y a las expectativas de las discográficas, y tras su disco se ha limitado a unos pocos singles que han sabido estar a la altura. De hecho, 2020 se presenta como un año prometedor tanto para la música española como mundial con una canción conjunta entre Rosalía y Billie Eilish.
Pero si por algo destaca la joven californiana no es por su edad, el éxito alcanzado o los premios ganados. Su música trasciende la industria comercial misma, convirtiéndose en una expresión que ha tenido calado en la juventud de hoy en día; una generación a menudo criticada y expuesta a un mundo en el que todo va más deprisa que nunca sin tener un rumbo fijado.
"No podía mirarme al espejo"
Entre mareas turbulentas todo indica que, si bien no es fruto de una imaginación generalizada, los jóvenes sufren más trastornos mentales que nunca. La depresión o la ansiedad, temas tabúes en esta sociedad donde todo ha de ser positivo y divertido, donde hasta los cactus carecen de espinas y vivimos en un infierno optimista de lo igual, la música ha sabido exponer la contradicción actual.
La prejuzgada y temida generación Z ya no se interesa por las boybands que predican el amor adolescente y Billie Eilish ha sido la cantante que, gracias a sus letras, ha visibilizado los problemas con los que lidian día tras día los adolescentes. La estética, por ejemplo, también juega un papel importante en su trabajo. Los coloridos y anchos ropajes que viste en sus videoclips, al mismo tiempo que en su vida rutinaria, tienen una explicación sencilla y personal. "Siempre me preocupó mi apariencia, no podía ni mirarme al espejo", confesó en una entrevista en la que explicó que jamás vestía con ropa estrecha para evitar que fuese juzgada por su cuerpo.
Decía la filósofa y ensayista barcelonesa Marina Garcés que "cuidarnos es la nueva revolución". Billie Eilish no ha necesitado ningún empujón para subir a la cima. Su fama llegó cuando Ocean Eyes se publicó en SoundCloud el 18 de noviembre de 2015. Hasta el momento era una adolescente más que utilizaba las redes sociales para divertirse. La canción no tardaría en hacerse viral y actualmente cuenta con mas de 190 millones de visualizaciones en YouTube.
Han sido las nuevas generaciones quienes han optado por un estilo que, pese a su evidente comercialización, reivindica y rompe con la música juvenil del momento. 2020 deja entrever una mayor iluminación en cuanto a unos tabúes mantenidos en la oscuridad hasta el momento y que Eilish parece estar liderando su manifestación. Tal y como expresa en su canción You should see me in a crown, "Espero hasta que el mundo sea mío [...] Deberías verme en una corona".