Después de tres años de reforma, la primera casa diseñada por Antoni Gaudí abre sus puertas convertida en un museo público. De esta manera acaba su historia de 130 años como casa familiar de uso privado. La Casa Vicens, que abrirá sus puertas el próximo 16 de noviembre, se convierte en el último hito del patrimonio mundial de Barcelona en ser accesible y abierto a todo el mundo.
La casa ha vivido en estos años un proceso de rehabilitación cuyo objetivo era recuperar la obra tal y como la concibió el arquitecto a finales del siglo XIX (1883-1885), a partir de la escasa documentación existente sobre la casa. El proyecto de rehabilitación, restauración y museografía que se ha ejecutado en la que se considera la casa manifiesto del arquitecto ha costado 4,5 millones de euros a MoraBanc, el banco privado andorrano que adquirió la propiedad en 2014.
Los propietarios han pretendido crear una idea de casa museo nueva, con la intención de convertirla en un ágora sensible, un espacio de reflexión y de aprendizaje. Parte de sus salas y espacios de carácter íntimo serán empleados para montar exposiciones temporales. La primera exposición programada es La primera casa. La casa propia. La casa manifiesto, comisariada por el historiador del arte Juanjo Lahuerta, actual director de la Cátedra Gaudí.
Gaudí "sin prisas"
En la segunda planta se ubica la exposición permanente, que parte del contexto social y cultural de Barcelona en los años de concepción del proyecto y en los primeros pasos del joven arquitecto. El modelo de gestión que proponen los dueños de la casa es “un Gaudí sin prisas”. Eso quiere decir que les interesa más la calidad de la visita que la cantidad. Por eso priorizan el turismo interno, más que el turismo internacional que recibe Barcelona: “Casa Vicens Gaudí aspira a fidelizar al público local, razón por la que programará actividades dirigidas específicamente a este grupo”.
De hecho, se han impuesto un aforo limitado de 550 personas “de media” al día. Es decir, grupos de 20 personas cada 20 minutos, siendo 100 visitantes el máximo número de personas en el interior. Calculan que una visita (“sin prisas”) durará 90 minutos. “No se prevé el uso de audioguías, ya que se priorizará la explicación “a la carta” por parte del servicio de atención al visitante”. El precio: 16 euros. Un euro más, por ejemplo, que la visita completa al Museo Nacional del Prado.
Una obra de arte total
De hecho, los propietarios han trabajado durante seis meses, aseguran, con el Distrito de Gràcia y el Departamento de Turismo del Ayuntamiento de Barcelona en el Plan de impacto turístico de la Casa Vicens en el barrio. “Este plan se ha realizado con el objetivo de prevenir y proponer soluciones concretas e integradas en los posibles efectos que el nuevo equipamiento podría generar en el entorno de la calle de les Carolines”, aseguran.
“La Casa Vicens se puede considerar la obra manifiesto de Antoni Gaudí. Abandera una libertad estilística inusitada en su época de construcción, evidencia la evolución creativa posterior del arquitecto y anticipa otros movimientos coetáneos de la vanguardia europea de finales del siglo XX”, explican desde la Casa Vicens. De ahí que se considere una “obra de arte total”.