La antigua ciudad de Caraca, de la cual Plutarco ya escribió sobre ella hace 2 milenios, había sido asociada a diferentes núcleos urbanos actuales. Se había especulado desde el siglo XVI que podría tratarse de la ciudad de Guadalajara aunque pronto se descartó la hipótesis. Otros defendían la postura de que se encontraba en Carabaña, en la Comunidad de Madrid. No estaba claro. En la década de los ochenta, un yacimiento, ubicado cerca de la localidad de Driebes, provincia de Guadalajara, comenzó a ser objeto de estudio: la teoría de que aquella zona tuviera que ver con la histórica urbe empezaba a tomar forma.
Desde 2016, un equipo de arqueólogos dirigido por Javier Fernández ha trabajado incesantemente para evaluar la importancia del área. "Todo está por excavar todavía", explica a EL ESPAÑOL. Sin embargo, la confirmación de que Caraca se encuentra en Driebes es ya una realidad. Caraca fue una ciudad romana de la provincia Tarraconense y conectaba Complutum con Segóbriga y Cartago Nova. La provincia romana destacaba por las numerosas ciudades que crecieron bajo su territorio —principalmente en el valle del Ebro y la costa del mar Mediterráneo—.
Las excavaciones y los hallazgos, empero, continuan produciéndose. "Hemos encontrado una porción pequeña del foro, una parte notable de las termas y una parte del acueducto", comenta a este periódico el arqueólogo. El acueducto, cuenta, es uno de los elementos más llamativos y del cual más información se puede obtener. Gracias a un georradar han podido sacar a la superficie 113 metros de un total de 3 kilómetros que medía el acueducto.
La construcción romana cuenta con unas piscinas limarias que ralentizaban el curso del agua para evitar la erosión de la estructura arquitectónica. Asimismo, después de centrar la investigación de este año en el funcionamiento del acueducto, han llegado a la conclusión de que el agua no solo servía para la higiene, sino que tenían un sistema de filtración para que el agua pudiera ser bebible.
1.800 habitantes
La existencia de un sistema de irrigación y de transportación del agua ratifica la magnitud de la ciudad romana en el siglo I, época de mayor esplendor. Tal y como declara Javier Fernández, el núcleo habitado habría llegado a albergar hasta 1.800 personas, una población considerable para la época. "Tenía su propio foro, lo cual le daba una entidad jurídica mucho más importante que otras poblaciones circundantes", apunta Fernández.
Los ciudadanos de Caraca contaban con una serie de termas a las que podían acudir y relacionarse entre ellos —solían ir acompañados de estancias reservadas para la gimnasia y actividades lúdicas—. Así, hasta han reconstruido digitalmente el aspecto de las termas halladas.
Lo mismo ocurre con el mercado, donde los campesinos vendían sus productos y donde los ciudadanos de y viajeros podían adquirir todo lo que necesitaban. No obstante, las incógnitas aún existentes acerca de esta antigua y perdida ciudad hasta el siglo XX obliga a Javier Fernández y a los integrantes del proyecto a proseguir con las excavaciones. "Queremos completar este mosaico de interrogantes", concluye el arqueólogo, quien hace hincapié en la colaboración del Ayuntamiento de Driebes y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.