La sal siempre ha sido objeto de controversia, pues muchos expertos advierten de los riesgos de consumirla en exceso. Una de las afirmaciones más extendidas es que la sal engorda, pero, ¿es verdad o solo es un mito?
Utilizada sobre todo por el sabor que aporta a las comidas, en este artículo te desvelamos todos los misterios que rodean a la sal. Un dato curioso de la sal es que en España se consume más de lo normal, el doble de la cantidad diaria recomendada (entre 3 y 6 g) para ser exactos. Por ello, te ofecemos algunos consejos que te ayudarán a sustituir la sal por otros aderezos, así como cuáles son los alimentos con más sodio. ¡Toma nota, comenzamos!
¿Es cierto que la sal engorda?
A pesar de que está muy extendida la creencia de que la sal engorda, te sorprenderá saber que las calorías de la sal son 0, no tiene calorías, lo que sí hace es retener líquidos en el cuerpo. Por lo tanto, parecerá que tenemos más volumen o que hemos engordado, pero en realidad no es así.
La sal también aumenta la tensión arterial, de manera que es un condimento que deberíamos reducir al máximo. Algunos expertos recomiendan el consumo de sal para proporcionar sodio al cuerpo, pero esto no es necesario ya que hay muchos alimentos con sodio beneficioso para el organismo. Así que no es necesario aumentar el consumo de sal en las comidas.
Otro mito asociado a la sal es que sube el colesterol, pero tampoco es cierto. Este mito se origina por el hecho de que la mayoría de las comidas que contienen grasas trans y saturadas que son perjudiciales para el colesterol, suelen presentar también altos niveles de sal.
La razón de que la sal produzca el efecto de hinchazón ocurre cuando consumimos mucha cantidad de este condimento en una comida, pues aumenta la proporción de sodio en el organismo. Para contrarrestar este efecto, el cuerpo retiene agua para diluir la cantidad de sodio acumulado.
Debido a esta retención de líquidos, el riego sanguíneo se ve perjudicado y esto puede contribuir a la aparición de celulitis, varices o bolsas en los ojos, así como ojeras. Por esta razón, se suele afirmar que la sal engorda, sobre todo, la zona de la cara.
Tipos de sal y sus propiedades
Existen muchos tipos de sal y algunos son más saludables que otros. Te mostramos cuáles son más recomendables si no queremos engordar o sufrir otros problemas de salud.
- Sal de mesa. Es la sal común o sal fina y es una de las más utilizadas para cocinar. Contiene un 95% de cloruro sódico y es, quizá, la menos recomendable, ya que puede generar retención de líquidos.
- Sal marina sin refinar. Se obtiene de la evaporación del agua de mar y se compone de yodo, sodio, flúor y cloro, entre otros aditivos. La diferencia con la sal de mesa es que la marina contiene minerales como potasio, magnesio, hierro y zinc. No es recomendable abusar de ella, pero es un poco más saludable que la sal común.
- Sal yodada. Es un tipo de sal común enriquecida de forma artificial con yodo. El yodo es un mineral muy beneficioso para el organismo que no tiene sabor, pero contribuye a la regulación del metabolismo energético, a la producción de hormonas tiroideas y a la protección del sistema nervioso.
- Flor de sal. Este tipo de sal se obtiene de forma artesanal de las salinas marinas. Es una sal hipotónica, es decir, no causa retención de líquidos, por lo que puede ser consumida sin que notemos esta sensación de hinchazón.
- Sal del Himalaya. Es originaria de Pakistán y se ha popularizado en los últimos años gracias al valor nutricional que se le ha atribuido. Y es que contiene alrededor de 80 oligoelementos y minerales, por lo que es muy beneficiosa para el funcionamiento del organismo.
Trucos para comer sin sal
Ahora que ya sabes que la afirmación de que la sal engorda es falsa, pero conoces los riesgos de abusar de ella, te mostramos las mejores opciones para reducirla de tu dieta. Sabemos que comer sin sal no es agradable, pero, en ocasiones, no queda más remedio que reducirla por cuestiones médicas. Además, también tendrás que controlar la ingesta de alimentos con sodio.
Estas son las mejores opciones para comer con poca sal, aun a sabiendas de que las calorías de la sal son inexistentes:
- Limón. Añadiendo unas gotas a las comidas no notarás la ausencia de sal, además aportará una dosis extra de vitamina C a tus platos.
- Menta. Aportará un toque fresco a tus recetas.
- Curry. Esta especia proporciona un toque exótico y es muy beneficiosa para la digestión, pues reduce los cólicos.
- Ajo y perejil. Es una mezcla perfecta para sustituir las sal en tus platos, además el perejil tiene propiedades diuréticas y el ajo es bueno para combatir las bacterias dañinas del intestino.
- Nuez moscada. Este condimento es muy beneficioso para controlar los niveles de colesterol en sangre.
- Hierbas provenzales. Cocinar con hierbas provenzales como orégano, romero, tomillo, albahaca o romero beneficiará tu organismo gracias a sus propiedades antisépticas, carminativas y antioxidantes.
- Vinagreta agridulce. Añade en un recipiente zumo de limón, naranja, una cucharada de vinagre de vino, una cucharadita de miel y dos cucharadas de aceite de oliva. Mezcla bien y obtendrás un aliño muy sabroso para aderezar tus ensaladas sin necesidad de añadir sal.
- Reduce el consumo de platos precocinados y conservas.
- Elimina el consumo de aperitivos salados y disminuye el uso de salsas como la de soja o el kétchup.
- Los alimentos ricos en sodio que debes comer con moderación son: langostinos, sardinas, anchoas, los derivados lácteos como el queso, las carnes y algunas verduras como el apio o la acelga, entre otros.
Ahora que conoces las calorías de la sal y los alimentos con sodio que debes consumir con moderación, cuídate y reduce este condimento de tus comidas.