España puede presumir, además de una amplia gastronomía mediterránea y de unos paisajes repletos de contrastes, también de tener una gran cultura histórica. Evidencia de ello son los muchos sucesos históricos que han ido definiendo cada una de sus comunidades, pero también el gran número de fortalezas y de castillos bien conservados que sin duda merecen ser visitados en cada una de ellas.
Y aunque son muchos los castillos bien conservados que podemos encontrar a lo largo y ancho de la geografía española y algunos de ellos tan espectaculares que resulta difícil seleccionar los más bonitos, hemos intentado recoger en esta selección los 10 castillos más espectaculares y mejor conservados del territorio español.
Un viaje que nos llevará desde el mítico Álcazar de Segovia, al Castillo de Monterrei en Galicia o incluso el famoso Castillo de Loarre, protagonista de la película de Rodley Scott, ‘El Reino de Los Cielos’, entre otros. Vestigios de historia capaces de hacernos regresar a la mismísima Edad Media aunque solo sea por unas horas y que en este caso hemos decidido acompañar de algunas recomendaciones gastronómicas, si finalmente te animas a visitarlos. Un planazo para tus escapadas este verano. ¿Nos acompañas?
1. Alcázar de Segovia
Este castillo con apariencia de cuento de hadas o incluso parecido al clásico castillo de Disney atrae cada año a miles de turistas de todas las partes del mundo y es que es una de esas visitas imprescindibles si decides hacer una escapada a Segovia o por los alrededores de Madrid. Uno de sus principales atractivos es que esta fortaleza se encuentra en lo alto de una colina rocosa por la que se extiende la ciudad histórica de Segovia, por lo que es posible admirarlo desde diferentes puntos de la ciudad y desde él tendremos una espectacular vista panorámica de los alrededores.
Sus orígenes se remontan al siglo XII, por sus habitaciones pasearon hasta 22 Reyes de Castilla, también fue cárcel, en 1762 sede de la Real Academia de Artillería de Carlos III y Archivo Militar General años más tarde.
A pesar de que se trata de una construcción espectacular, el gran incendio que lo asoló en 1862 obligó a su total reconstrucción, por lo que ahora aunque conserva pocos rincones originales, está considerado museo y uno de los mejores ejemplos arquitectónicos de la Edad Media.
Si quieres disfrutar de las vistas más bonitas del Alcázar te recomendamos que te acerques al claustro del monasterio del Parral, donde parecerá que te encuentras en plena Edad Media y si quieres acabar con un poco de gastronomía típica, tienes que saber que Segovia tiene una cultura de tapas espectacular y de buenos vinos. Fuera del centro podrás comer o cenar de tapas por apenas 2 euros cada tapa.
2. Castillo de Manzanares del Real (Madrid)
Se trata del castillo más emblemático y mejor conservado de la región Madrileña y una de las visitas más populares de la Sierra de Madrid. Un castillo medieval cuya construcción fue iniciada por el Duque del Infantado, en el siglo XV y que finalizó después su hijo Íñigo López de Mendoza incorporando al arquitecto Juan Guas, máximo representante del gótico tardío en Castilla. Actualmente se encuentra en la lista de los castillos mejor conservados de España, gracias también a sus últimas restauraciones.
Además de disfrutar de este imponente vestigio de historia a través de visitas teatralizadas, temáticas o incluso con combates medievales incluídos, también podrás recorrer los bellos paisajes que rodean a este emplazamiento y que se encuentran cercanos a al paisaje rocoso de la Pedriza, al pie de la Sierra de Guadarrama y a orillas del Embalse de Santillana.
Un lugar perfecto para disfrutar de la desconexión y también para practicar senderismo ya que cuenta con varias rutas. En cuanto a la comida existen bastantes restaurantes para elegir por la zona y con toda clase de menús de fin de semana.
3. Castillo de Belmonte (Cuenca)
El Castillo de Belmonte se encuentra al suroeste de la provincia de cuenca y a 95 km de la capital provincial, es una de las visitas obligadas de la villa de Belmonte, tanto por su buen estado de conservación como por su estructura propia del estilo gótico mudejar o por su historia que comenzó en 1456 con su construcción por orden de Juan Pacheco. Y es que entre sus muros llegaron a alojarse algunas de las personalidade más importantes de España y de la historia Europea, además de protagonizar cuatro películas, entre ellas El Cid o Juana la Loca, entre otras.
En él podrás disfrutar, tanto de una visita guiada, como de combates medievales, recreaciones históricas capaces de hacernos volver siglos atrás e incluso jornadas de terror en formato histórico. Y al terminar, nada mejor que disfrutar de los platos típicos de estas tierras manchegas como el ajoarriero, el morteruelo, los zarajos, la sopa castellana o el pisto manchego, entre otros y de los que podrás disfrutar en los restaurantes cercanos.
4. Castillo de Loarre (Huesca)
Es castillo de Loarre se encuentra en plena sierra de Loarre a 1070 metros de altura y a 28 km al noroeste de Huesca, así que las vistas espectaculares estarán más que aseguradas desde el castillo y podrás llegar a la zona fácilmente en coche y en poco más de media hora. Además de por su bien estado de conservación, este castillo es uno de los más visitados también por su aparición en la película de Rodley Scott de ‘El Reino de los Cielos’. En la Edad Media esta era una construcción medieval estratégica siendo parte fundamental para la defensa de Huesca frente a los musulmanes y su posterior expansión hacia el valle del Ebro.
Su construcción se remonta entre 1016 y 1020 después de el rey de Pamplona Sancho III el Mayor ordenara su construcción. De él lo que más destaca es el buen estado de conservación de la muralla y sus torreones, una de las partes más llamativas del castillo.
Una buena opción si te decides a visitarlo, es que además del propio pueblo de Loarre que se encuentra cercano al castillo, aproveches para visitar los famosos Mallos de Riglos, unas imponentes formaciones rocosas de la provincia de Huesca. Tampoco te puedes ir sin degustar la gastronomía de la zona, en la que hay cabida para platos típicos como las migas a la pastora, la sopa oscense o de ajo, el salmorrejo, el pollo al chilindrón, el bacalao ajoarriero, las chiretas…
5. Castillo de la Atalaya (Alicante)
El Castillo de la Atalaya es, además de Monumento Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural, la construcción más emblemática de la ciudad de Villena en Alicante, que no puedes perderte si te acercas a la ciudad. Su primera referencia documental data de 1172, aunque su apariencia guarda semejanza con elementos propios del siglo XV porque sufrió numerosas modificaciones y reformas a lo largo de la historia y también cuenta con elementos almohades puesto que fue construido por los árabes.
Esta construcción se eleva sobre el Monte de San Cristóbal o de la Villa, por lo que desde él podrás disfrutar de unas bonitas vistas de los alrededores, una posición que en su día fue privilegiada y fundamental para el control y la defensa del territorio.
Y si lo que buscas es un lugar en el que saciar un poco el estómago después de la visitas, tienes que saber que en Villena hay restaurantes para todos los gustos y para todos los bolsillos, desde sitios en los que poder comer de tapas por unos 10 o 20 euros por persona a restaurantes a partir de los 20 euros por persona.
6. Castillo de Peñafiel (Valladolid)
El castillo de Peñafiel comenzó a levantarse en el siglo X, aunque su estructura actual es fruto de las modificaciones que sufrió entre los siglos XIV y XV. Una fortaleza medieval que fue declarada Monumento Nacional en 1917 y que en la actualidad es uno de los mejores atractivos para el turismo en la Ribera del Duero y más concretamente para el enoturismo ya que en 1999 se instaló en él, el Museo Provincial del Vino.
Así que no sólo podrás visitarlo para conocer sus muros, sino que también podrás hacer un recorrido por la historia y la cultura del vino, por sus diferentes técnicas de producción y por su sala de catas donde podrás realizar una degustación guiada de diversos vinos de denominación de Origen Ribera del Duero.
Desde las murallas del castillo divisarás los valles del Duero y del Duratón, y la parte fundamental de la visita la encontrarás al subir a la Torre del Homenaje, que se encuentra aproximadamente en el centro de esta alargada fortaleza defensiva.
Después de la visita y si lo que buscas es comer el típico lechazo o un menú tradicional, te recomendamos visitar alguna de las bodegas antiguas o modernas que podrás encontrar por Peñafiel.
7. Castillo de Ponferrada (León)
La construcción del castillo templario es una de las fortalezas medievales más misteriosas del territorio español, sobre todo porque su construcción e historia están vinculadas a la Orden de los Templarios, además hay que destacar que fue declarado Monumento Nacional en 1924.
El recinto en el que se encuentra este castillo medieval es muy grande y con la entrada podrás ver un montón de cosas, desde el castillo viejo, el palacio nuevo o su espectacular exposición de libros medievales, entre otras muchas posibilidades.
En cuanto a los orígenes de este castillo, se cree que tuvo su origen en un castro prerromano celta, ya a finales del siglo XII el Rey encomendó la pequeña villa de Ponferrada a los caballeros templarios hasta el siglo XIV, después fue pasando por distintos propietarios, algunos tan importantes como los mismísimos Reyes Católicos. El buen estado actual del castillo fue el resultado de años de restauración, obras e incluso de excavaciones arqueológicas.
Tras visitar el castillo te recomendamos que disfrutes también recorriendo el entorno que lo rodea, en el que podrás ver la Basílica de Nuestra Señora de la Encina, la casa Consistorial o todo el casco antiguo donde encontrarás multitud de bares, terrazas y pubs.
8. Castillo de Butrón (País Vasco)
El castillo de Butrón está situado en Gatika a medio camino entre Bilbao y San Juan de Gaztelugatxe en lo alto de una colina y rodeado por un bosque centenario. Una fortaleza que parece sacada de un un cuento de hadas y que se remonta al siglo XI cuando se construyó una torre sobre la antigua casa de los Butrón. Ya en el siglo XIV fue transformada en un castillo y a partir del XVI fue escenario de continuas luchas entre los dos bandos de la nobleza de Bizkaia. Ya en el siglo XVI fue abandonado y experimentó un gran deteriorando hasta finales del siglo XIX cuando comenzó su restauración, gracias a la cual fue adquiriendo su forma actual.
Si te decantas por visitarlo, después nada mejor que perderte por las calles de Bilbao para disfrutar de sus típicos pintxos vascos o contentar a nuestro estómago con platos típicos y para rematar un txacoli (vino de la tierra). Sabores que harán que no te quieras marchar del País Vasco.
9. Castillo de Santa Ana en Castro-Urdiales (Cantabria)
Este castillo se encuentra detrás de la Iglesia de Sta. María separado por una explanada, el antiguo cementerio de la ciudad y sus acantilados. Se trata de uno de los castillos mejor conservados de Cantabria y poco se sabe con respecto a sus orígenes, aunque se cree que fue construido a mitad del S. XII. Una edificación defensiva que jugó un papel fundamental en acontecimientos históricos como la toma de Castro Urdiales en 1813 por parte de las tropas de Napoléon.
Las diferentes reformas que ha sufrido a lo largo de los años le han dado el aspecto actual a este castillo que a día de hoy puede visitarse y es uno de los mejor conservados de Cantabria.
En cuanto a la comida, la gastronomía cántabra por lo general es muy amplia así que disfrutarás en cualquiera de los restaurantes que encontrarás en la localidad. Te recomendamos que también te acerques a los restaurantes menos turísticos, ahí es donde van a comer platos caseros los que conocen la localidad.
10. Castillo de Monterrey (Ourense)
Este castillo se encuentra sobre una colina que domina el río Támega en la localidad de Verín y a unos 70 km de la capital de Ourense. La mayor parte de su construcción data de los siglos XIV y XV y su situación estratégica fue vital para el control de las comunicaciones de Portugal con la meseta.
El 1931 fue declarado Monumento Nacional, desde entonces ha experimentado varios intentos de restauración hasta su aspecto actual. Desde él podrás disfrutar de una interesante panorámica de los alrededores y podrás visitar su interior tanto en solitario como con guía.
En esta localidad la especialidad como no podía ser de otra manera es el pulpo á feira, pero también encontrarás una gran oferta de platos de la cocina tradicional de gran calidad y a precios muy asequibles.