Son muchos los turistas que, al ser preguntados por su medio de transporte favorito, se declaran unos enamorados del tren. La tranquilidad de recorrer paisajes contemplando su belleza a través de las ventanillas, el placer de leer un libro, ver una película o empezar a planificar las experiencias del viaje arrullados por el traqueteo de las líneas ferroviarias son algunas de las razones que explican esta predilección. A todo esto hay que sumarle el hecho de que, a veces, las propias estaciones son auténticos monumentos a incluir en la ruta por el destino.
Civitatis, la empresa líder en la venta de visitas guiadas, excursiones y free tour en español por todo el mundo, ha seleccionado en un listado las 10 estaciones de tren más bonitas de España. En muchas de ellas, basta detenerse en el vestíbulo para disfrutar de un viaje por el tiempo sin necesidad de comprar un billete. ¡Pasajeros al tren!
1. Estación de Atocha, Madrid
Construida en hierro forjado al más puro estilo continental, la actual estación de Atocha fue inaugurada con el nombre estación de Mediodía (los fans del Monopoly seguro que ya lo sabían) y desde ese momento no ha dejado de crecer. Además de su elegante aspecto exterior, dentro de la principal puerta de entrada ferroviaria de Madrid es posible pasear por un jardín tropical, repleto de plantas de lo más variadas y pequeños estanques en los que incluso es posible atisbar tortugas.
2. Estación de Toledo
Inaugurada en 1919, la Estación de Toledo fue declarada Bien de Interés Cultural gracias a la belleza de su estilo neomudéjar en 1991. Compuesta por un pabellón central, una torre de reloj, cinco puertas y dos andenes, la estación de Toledo es un preludio perfecto de lo que espera a los visitantes a su llegada a la Ciudad de las Tres Culturas.
3. Estación de Canfranc
Muy cerca de la frontera con Francia, en la localidad oscense de Canfranc, se encuentra la estación internacional de Canfranc, un imponente edificio creado como un gran escaparate de España ante los visitantes extranjeros.
Fue construida a principios del siglo XX para conectar España con Francia a través de los Pirineos, e inaugurada por el rey Alfonso XIII en 1928. De hecho, los años 30 fueron su momento de mayor esplendor (y al contrario, los 40 su década ominosa particular: estuvo cerrada desde 1945 hasta 1949 por desavenencias con el gobierno francés). Atendiendo a su arquitectura, esta bebe de diversas influencias como la palaciega de Francia.
4. Estación del Norte, Valencia
Situada junto a la Plaza de Toros y a apenas doscientos metros del ayuntamiento, la estación del Norte de Valencia cautiva a todo aquel que la visita. Inaugurada en 1917, fue desde sus comienzos todo un símbolo de la arquitectura modernista europea. Además, ha sido declarada edificio de interés cultural.
5. Estación de Francia, Barcelona
Fue una de las primeras conexiones de la Ciudad Condal con París, por lo que la estación de Francia, en Barcelona, no podía aspirar a ser meramente una estación ferroviaria. Inaugurada en 1929 con motivo de la Exposición Internacional de Barcelona, esta estación es un edificio monumental en pleno barrio del Born.
La doble marquesina metálica con vidrieras es una de sus señas de identidad, además de la belleza de su vestíbulo novecentista que ha hecho que sea comparada en más de una ocasión con la estación de Orsay en París.
6. Estación de Almería
Construida entre 1890 y 1893, la estación de Almería goza de un estilo ecléctico en el que se mezcla la arquitectura de hierro con el cristal. Además, su aire afrancesado, sus cristaleras y sus azulejos la convierten en un lugar perfecto para conocer la rica cultura de esta localidad andaluza.
7. Estación de Aranjuez
La estación de tren más antigua de este listado no se encuentra en una gran metrópolis, sino en Aranjuez, donde fue inaugurado este recinto ferroviario de estilo neomudéjar en el 1851.
La estación de tren de Aranjuez atesora numerosas historias y anécdotas, ya que transportaba hacia la capital los productos de la huerta de Aranjuez, además de conectar directamente con el Palacio Real. Algunos de los elementos que destacan en este edificio son los artesonados del vestíbulo, los mosaicos o sus inconfundibles azulejos decorativos.
8. Estación de Jerez de la Frontera
Además de poseer un carácter monumental y un gran valor arquitectónico, la estación de Jerez de la Frontera fue una de las primeras líneas de ferrocarril del país y la primera de Andalucía. Una de las razones para su construcción fue la necesidad de transportar el famoso vino de Jerez hasta el puerto, donde pondría rumbo a las lejanas tierras del Reino Unido.
9. Estación de La Concordia, Bilbao
A orillas del río Nervión, a un paso del centro histórico bilbaíno, se encuentra la estación de La Concordia, también conocida como estación de Santander. Al igual que la de Valencia, la estación de Bilbao presume de ser uno de los mejores ejemplos modernistas de España lejos de Cataluña. Fue restaurada hace poco más de una década, por lo que a día de hoy vive una segunda juventud que permite respirar los aires de la Belle Époque en pleno siglo XXI.
10. Estación de Zamora
Pese a que es una de las más modernas del listado, la estación de Zamora también es una de las que más tardó en construirse: sus obras arrancaron en 1927 y acabaron en 1958, después de una serie de problemas que fueron surgiendo en el proyecto. Afortunadamente, el resultado final dio una maravillosa estación ferroviaria inspirada en el estilo plateresco (característico de la zona) y con unas dimensiones colosales: cuenta con una fachada principal de casi noventa metros de longitud.