Si hay un plato que define a la perfección la gastronomía de España ese es sin duda la paella. Un plato mundialmente conocido y al que cualquier turista que se precie acaba cayendo rendido antes o después. De hecho, es uno de esos atractivos turísticos, que junto con la tortilla de patata o el jamón ibérico, consigue conquistar incluso a los paladares más exigentes. ¿La razón? Es perfecta para todos los gustos, algo que está directamente relacionado con su gran variedad, que no sólo tiene que ver con sus muchas y diferentes interpretaciones más o menos acertadas, sino con sus ingredientes que pueden incluir desde marisco y pescado a carne, solo verduras o una mezcla de ambos.
Pero dejando a un lado los gustos, lo cierto es que la paella no ha sido siempre como la conocemos hoy en día, ni tampoco ha llevado siempre los mismos ingredientes. De hecho, el origen de la auténtica paella valenciana es humilde y que tras muchas circunstancias ha acabado convirtiéndose en lo que es hoy en día: el plato más emblemático de la gastronomía española. Aquí te contamos la historia de la paella.
Su historia
Sus inicios se remontan a los siglos XV y XVI y la sitúan en las zonas rurales de Valencia, concretamente en la emblemática Albufera. Un plato que nace como reclamo de los campesinos y pastores, al tratarse de una comida fácil de preparar con los ingredientes de los que disponían en el campo.
De hecho en sus comienzos llegó a estar compuesta simplemente por arroz, harina y leche de almendras. Una receta que poco a poco fue enriqueciéndose añadiendo otro tipo de ingredientes de los que disponían los campesinos como: las aves, el conejo o la liebre, pato, pollo o incluso caracoles. Todo mezclado con las verduras que cultivaban, el arroz, el azafrán y el aceite de oliva y todo por supuesto cocinado a fuego lento y con leña, concretamente con madera de naranjo.
Unos inicios que fueron totalmente distintos en las zonas de mar, donde este plato derivó a incluir marisco o pescado, dando lugar a lo que hoy en día conocemos como paella marinera.
Este plato no tardaría en conquistar incluso a las clases más altas llegando a popularizarse hasta tal punto, que en el siglo XIX acabaría siendo el plato preferido para las celebraciones y, no solo en Valencia, sino también en toda España, llegando incluso a empezar a conocerse fuera de nuestras fronteras, en celebraciones de renombre o incluso a utilizarse como herramienta diplomática para tratar conflictos políticos.
Precisamente es esa popularidad, la que hace que en torno a 1885 comiencen a aparecer las primeras alternativas a la receta original, llegando a diversificarse tanto que a finales del siglo XIX algunos ilustrados comienzan a calificarla como el “gran circo gastronómico”.
Un buen símil de lo que nos podemos encontrar en el resto de comunidades españolas a día de hoy, donde también esta tradición gastronómica se ha extendido y donde ya se puede decir que hay más recetas de paellas que estrellas en el cielo, ya que sus diferentes combinaciones de alimentos pueden ser infinitas.
¿De dónde viene la palabra paella?
Existen muchas y diferentes teorías sobre los orígenes de la palabra ‘paella’, una de ellas es su procedencia del latín y en concreto de la palabra ‘patella’ que en latín significa sartén. Otra de las teorías es que proviene de la palabra árabe ‘baquiyah’ ya que el arroz es un cereal que fue traído a España por los páramos (habitantes del norte de África) en el siglo VIII.
Pero la más romántica de todas es la que cuenta que un hombre preparó paella para ganarse el cariño de su novia. Y que el nombre había derivado de la frase en español de “por ella” o “para ella”.
¿Existe una receta única?
Podría decirse que la paella es uno de esos platos que admite prácticamente cualquier ingrediente y que incluso utilizando los mismos, nunca una paella sabrá igual que otra. Por lo que lejos de tratarse de un plato o una receta única, cuenta con muchas posibilidades que varían en función del gusto de cada uno, pero que en sus inicios fue el resultado de todo aquello de lo que los campesinos podían disponer y que como ya hemos mencionado incluía caracoles, pato, pollo, conejo, tomates, frijoles, pimientos, calabacín, cebollas y por último azafrán para dar más sabor.
Pero lo cierto es que las paellas de pescado y de marisco también se han hecho su hueco en la gastronomía española, convirtiéndose en otras de las grandes favoritas.