En español o castellano tiene muchas expresiones muy curiosas que usamos sin saber qué significan realmente, caso, por ejemplo, de los refranes. Según la RAE, un refrán es "un dicho agudo y sentencioso de uso común" y el español tiene casi cientos de refranes, referidos a la amistad, el amor, la vida... Aquí queremos aclarar el significado del siguiente refrán: "Cordobés y hombre de bien no puede ser", que parece ser un insulto a los cordobeses, pero que realmente no lo es.
El origen del refrán 'Cordobés y hombre de bien no puede ser'
En primer lugar, para conocer el origen de esta expresión tenemos que remontarnos a la Edad Media. Durante aquella época los nobles y señores que poseían tierras, también se creían dueños de los plebeyos que en ellas trabajaban. Además, la ley les amparaba con algo llamado el "derecho de pernada" (derecho de la primera noche). Esto era el supuesto privilegio que el señor feudal tenía para consumar relaciones sexuales con sus jóvenes siervas justo en la noche en la que estas contraían matrimonio, antes que el nuevo esposo. En caso de no sentirse atraído por ella, los plebeyos debían darle un tributo u ofrenda. A consecuencia de estos abusos, nacian muchos hijos bastardos que, sin embargo, eran considerados "hombres de bien" y que gozaban de ciertos privilegios a diferencia de los plebeyos.
En España ocurrió que Córdoba no aceptó el derecho de pernada. La historia cuenta que los ciudadanos del pueblo de Fuente Obejuna, hartos de los abusos, realizaron un levantamiento en 1476 contra el comendador. A consecuencia de esto murió el monje y soldado Fernán Gómez de Guzmán, comendador de la Orden de Calatrava (de aquí la famosa expresión de "En Fuente Obejuna todos a una"). La revuelta se acabó extediendo por la provincia hasta que consiguieron abolir este "derecho".
Tras esto, los nobles de Córdoba perdieron su derecho de pernada y surgió la expresión "cordobés y hombre de bien no puede ser". Esto es porque ya que era muy difícil que en Córdoba hubiese descendencia de nobles, aquellos llamados "hombres de bien". Ningún cordobés podía ser ya bastardo.