¿Sabías que los dálmatas nacen sin manchas? Los dálmatas son una raza de perros muy curiosos que debe su nombre a la histórica región de Dalmacia. De ellos, lo que más destaca es su apariencia con un pelaje moteado de color negro, hígado o limón. Sin embargo, curiosamente las crías no nacen con estas manchas y estas no empezarían a salir hasta el primer año de vida. Aquí te contamos por qué.
La apariencia de los dálmatas
Los dálmatas tienen una musculatura fuerte, así como una buena resistencia. Normalmente, suelen ser de tamaño medio y se les considera perros activos que necesitan grandes actividades para gestionar su energía.
De ellos, lo que más destaca es el color de su cuerpo: como ya sabemos, de fondo es blanco puro y luego, las manchas varían. Puede darse con manchas negras y luego, la variedad moteada de hígado con manchas color marrón. También habría otras variedades, menos comunes como: la tricolor (moteado negro y marrón en el mismo perro), moteados atigrados, moteado color limón, moteado color naranja, moteado azul, y blanco puro sin moteado.
¿Por qué cuando nacen no tienen estas manchas?
Lo cierto es que los dálmatas nacen sin manchas y se caracterizan por tener un manto completamente blanco. La razón se vincula a los genes encargados de configurar estas manchas. Según se van expresando los genes necesarios para ello, irán saliendo las manchas en los cachorros, sobre todo, hasta el primer año de vida.
La explicación tiene que ver con que los genes encargados del color blanco del manto inactivan a los genes que generan el color negro (o los otros colores), de tal forma que poco a poco es cuando irán saliendo esos grandes y preciosos lunares.
Los genes se van expresando de forma distinta en cada cachorro, de tal forma que nunca tendremos dos dálmatas idénticos. Habrá algunos que tengan más manchas, otros que menos, algunos que tengan las orejas completamente negras, otros casi blancas... Cada expresión genética va haciendo su magia con cada perro.
Otras curiosidades sobre los dálmatas
1. Odian la soledad
Los dálmatas son perros extremadamente cariños y por eso, odian quedarse solos en casa o no estar con sus dueños. Tienen esa tendencia a proteger sus recursos, de tal manera que no separará de sus padres humanos. Tal es la importancia de este hecho que quedarse solos mucho tiempo puede llegar a generarles episodios de mucho estrés que pueden derivar en enfermedades mentales y físicas.
2. Tienen predisposición a padecer sordera
Los dálmatas tienen una predisposición genética a padecer sordera. De hecho, hay estudios que demuestran que aproximadamente el 8% de los ejemplares de la raza dálmata presenta sordera bilateral y un 22% unilateral. Los dálmatas serían la raza más afectada por esta enfermedad.
3. Son muy hogareños
Si bien es cierto que los dálmatas son muy activos y necesitan actividades al aire libre, también son muy hogareños, de tal forma que tampoco es muy buena idea querer tenerlos todo el día en la calle. Los dálmatas reclaman estar en casa porque sus lugares más seguros.
4. Son muy educados
Los dálmatas se prestan a ser educados con mucha facilidad y si esto se consigue, este perro se comportará siempre en cualquier situación. Esto es importante tenerlo en cuenta a la hora de barajar todas las posibilidades cuando queremos tener un perro como mascota.
5. Su raza está ligada a la aristocracia
Durante mucho tiempo y debido a su forma física, los dálmatas han sido perros de compañía y escolta de los carruajes de caballo. A día de hoy se utilizan con otras funciones similares, por ejemplo, en los cuerpos de bomberos.