En 2019 en España se registraron más 13 millones de mascotas, de las cuales un 93% son perros, un 6%, gatos, y el resto conejos, cobayas, hurones y reptiles. Y su número no para de crecer, de año en año, sobre todo en las grandes ciudades donde cada vez hay más personas que viven solas.
Son muchos los estudios que demuestran que convivir con un animal doméstico genera un gran impacto sobre la salud mental de las personas, por ejemplo, sabemos que existen perros que son ideales para personas que viven solas en tanto que contribuyen a que apaciguar la soledad y mejoran el desarrollo social de ese individuo. Por ello, a continuación te contamos cuáles son los principales beneficios de tener mascotas para la salud mental. Solo te quedará escoger si prefieres un perro, un gato, un conejo... ¡Cualquier animal doméstico!
Contribuyen a no sentirse solo
En primer lugar, como ya indicamos anteriormente, las mascotas contribuyen a que las personas no se sientan solas. De hecho, tener un perro en casa puede generar que una persona con tendencia a sentirse insegura, gane en seguridad y empiece a disfrutar de pasar tiempo en su hogar a solas. En el caso de los gatos, sabemos que son mucho más independientes, aunque también nos hacen gran compañía, puesto que no dejan de ser animales cariñosos.
Cualquier mascota podríamos decir que estimula el contacto físico y la comunicación. ¿Quién no habla con su perro o con su gato? Los estudios psicológicos demuestran que es muy sano en ocasiones hablar en voz alta, en tanto que nos ayuda a poner orden en nuestros pensamientos. De la misma forma, resulta muy bueno hablarle a nuestras mascotas, tanto para que ellos nos conozcan como para nosotros mismos.
Implican un gran sentido de la responsabilidad
En muchas ocasiones, se recomiendan mascotas para niños en tanto que hacerse cargo de un animal contribuye al desarrollo personal del infante, sobre todo, a que este desarrolle su sentido de la responsabilidad. Esto no solo ocurre con los niños, sino que también es recomendable para los adultos. Tener un gato o un perro implica estar pendiente de los cuidados de otro ser vivo, priorizar en ocasiones a ese otro ser, comprenderlo, entender sus necesidades...
Ayudan con la depresión
De la misma forma, muchos estudios demuestran que las mascotas ayudan con la depresión en tanto que tienen gran capacidad para hacer que una persona reduzca sus pensamientos negativos. El vínculo emocional que se genera con una mascota es tan grande que puede convertirse en un gran anclaje a la vida. Una persona con depresión puede mejorar en tanto que su mascota le puede llegar a hacer levantarse para sacarle de paseo, darle de comer, llevarle al veterinario...
Además, también está demostrado que muchas personas, incapaces de mostrar sus sentimientos o hablar de sus problemas, sí que expresan sus emociones con sus mascotas al encontrarse con un ser que nunca les va a juzgar. La mascota va a ser siempre leal a su dueño, así como una fuente de amor y apoyo.
Reducen el estrés
Otro de los beneficios es la reducción del estrés. Muchos estudios demuestran que tener un mascota contribuye a tener niveles más bajos de estrés. Concretamente, el hecho de acariciar a un perro o a un gato sería aquello que bajaría nuestra ansiedad y nerviosismo.
El equipo de la psiquiatra Sandra Baker de la Universidad Commonwealth de Virginia (EEUU) es el que ha demostrado este fenómeno después de medir las ondas cerebrales de distintos dueños de perros antes y después de estar un rato juntos.
Aumentan la serotonina
También está demostrado que las mascotas aumentan nuestros niveles de oxitocina y serotonina. Por un lado, la oxitocina es la hormona del amor y por otro lado, la serotonina es la hormona regula las necesidades corporales y ciertas conductas que tenemos. En general, las endorfinas, serotonina, dopamina y oxitocina son aquellas que permiten sensaciones de bienestar, placer y relajación.
Ayudan al desarrollo social
Para personas inseguras e introvertidas, tener una mascota puede ser una forma de generar gran desarrollo social. Sobre todo, esto ocurre con los niños: tener una mascota contribuye a que puedan desarrollar habilidades sociales que igual no han desarrollado en las relaciones con otros niños. Un niño que tiene un mascota va a dejar de ser menos solitario y a querer relacionarse más.
Mejoran la autoestima
Igual que contribuyen a mejorar las habilidades sociales, también mejoran la autoestima. Esta afirmación se encuentra avalada por científicos de las universidades de Miami y Saint Louis. Tener un mascota y realizar actividades con este animal refuerza la seguridad y confianza en uno mismo.