Con el verano la subida de los termómetros ya ha llegado a muchas zonas de España y con ello también una de las épocas más complicadas para nuestras mascotas. Y es que, con esa subida de temperaturas tanto los perros como los gatos pueden llegar a sufrir las consecuencias de los golpes de calor. Así que, además de tener en cuenta los consejos que necesitas para refrescar a tu perro, esta vez te traemos varios trucos refrescantes y muy útiles para mantener a salvo también a nuestros felinos del calor extremo.
Y es que, aunque a los gatos les guste el sol, todo debe ser en su justa medida, ya que los felinos no dejan de ser más sensibles a la subida de temperaturas que las personas. ¿La razón? A diferencia de nosotros, los gatos no poseen un sistema de regulación térmico que les permita sudar como en nuestro caso. Esto quiere decir que un golpe de calor podría provocarles consecuencias graves o incluso letales. Para evitarlo, nada mejor que tener en cuenta estos consejos. Así que, a continuación te respondemos a la siguiente pregunta: ¿Cómo refrescar a un gato?
Mejores trucos para refrescar a un gato
El agua limpia y fresca (incluso con hielos) no puede faltar
Uno de los trucos imprescindibles para mantener a nuestro gato hidratado y fresco es asegurarle un bebedero con agua limpia y fresca a su antojo. Es importante que no te olvides de revisarlo de vez en cuando para que nunca se quede sin agua o incluso colocar varios bebederos por la casa, para que pueda beber agua cuando lo necesite. También puedes añadir algún hielo para refrescar un poco más el agua, aunque siempre con moderación.
Toalla mojada y fresca
Ya que la mayoría de gatos odian mojarse, una buena táctica para mantenerlos frescos es mojar su pelo, pero no directamente con agua sino con toallas húmedas. Prueba a empapar una toalla con agua fría y pásasela por la cabeza y por el resto del cuerpo, sobre todo por las patitas, las axilas, la panza y debajo de la barbilla. Estas son zonas en las que es más fácil bajar su temperatura corporal, provocando así un agradable efecto refrescante.
Juguetes de hielos
El hielo puede ser otro de nuestros grandes aliados para refrescar a nuestro felino de los días de calor extremo. Puedes probar a dárselos directamente para que se refresque con ellos y los vea como un juguete con el que entretenerse.
Asegúrale rincones frescos y con sombra en casa
Además del agua limpia y fresca, otro punto importante es que nuestro gato cuente con lugares de sombra en casa. Si no es así, asegúrate de bajar las persianas o echar las cortinas para que no entre el sol directo a casa y tu gato pueda contar con sitios de sombra en los que refugiarse del calor y mantenerse fresco.
Cepillado imprescindible
Otra buena forma de ayudarle a combatir las altas temperaturas, es cepillándolo a menudo o incluso cepillándolo y empapando antes el cepillo en agua, para además humedecer el pelaje. Esto ayudará a tu gato a librarse del pelaje de invierno y refrescarse.
Helados para gatos
Otro de los infalibles para refrescar a tu gato pueden ser los helados para gatos. Un tentempié muy sencillo de hacer y al que tu felino no se podrá resistir. Simplemente necesitarás tener a mano una lata con su comida favorita, pasarla por la batidora, junto con un poco de caldo de pollo sin sal, meter la mezcla en un molde y al congelador. Una vez congelado, podrás dárselo para que se refresque.
Ventilador o aire acondicionado
Además de su camita, procúrale un lugar de descanso en el que corra el aire colocando otra camita o su caja cerca del ventilador o del aire acondicionado.
Moja las almohadillas
Las glándulas sudoríparas de los gatos se encuentran en zonas muy concretas, como las almohadillas de sus patas. Así que un buen truco para refrescarle en verano, es mojar sus almohadillas o sus patas con agua fresca.
Refugio refrescante
Además de procurar las zonas de sombra y una zona de descanso cerca del aire acondicionado o del ventilador en casa, otro buen truco para que pueda cobijarse del calor en esta época del año, es preparar una caja de cartón cubierta con una toalla húmeda. En su interior puedes aprovechar para dejar un calcetín con varios hielos en su interior, creando así un perfecto oasis.
Piscina de plástico
Si cuentas con una terraza o jardín, no dudes en comprar una pequeña piscina de plástico como la de los bebés. Llénala con un poco de agua fresca, pero nunca con demasiada agua, ya que nuestro gato tiene que poder hacer pie en la piscina y encontrarse cómodo y seguro en ella.
Nunca lo dejes solo en el coche
Si este verano planeas viajar con tu gato, recuerda que incluso a la sombra, la temperatura dentro de un coche puede llegar a subir de forma muy rápida y peligrosa. Así que si vas a viajar con tu felino procura hacerlo en las horas más frescas, asegurándole agua fresca y las paradas necesarias por el camino. Nunca lo dejes solo en el coche.
¿Por qué tienen más riesgo de un golpe de calor los gatos que las personas?
Hay que tener en cuenta que un gato no puede sudar como lo hacemos las personas, únicamente son capaces de segregar sudor por sus almohadillas y sólo se refrescarán lamiéndose o jadeando. Una situación de golpe de calor en un felino puede llegar a provocar grandes dificultades para regular el calor corporal si se encuentra deshidratado o con temperaturas muy altas.
Por todo ello, es importantísimo que busquemos la temperatura perfecta para nuestro gato y que le ayudemos a crear un clima fresco para asegurar que se mantenga siempre cómodo e hidratado.
Aún así, ningún felino está exento de peligro en verano, sobre todo en el caso de los gatos cachorros, ancianos, gatos con sobrepeso, con enfermedades cardiacas o pulmonares, los cuales tienen aún más riesgo de sufrirlo. Así que no dudes en aplicar todos estos consejos que te hemos dado, para evitar un posible golpe de calor.
Los síntomas más comunes de un golpe de calor en gatos son:
- Aumento de la temperatura
- Excitación nerviosa
- Jadeos
- Salivación excesiva
- Temblor
- Tambaleo
- Vómitos
- Cambio de la colaración de las encías a un tono más oscuro
- Desmayo
Ante cualquiera de estos síntomas, no dudes en llevar a tu gato cuanto antes al veterinario, para evitar otras consecuencias más graves.