En España, los gatos son la segunda opción más común a la hora de tener una mascota en nuestros hogares. Sin embargo, hay muchas cosas que no sabemos sobre los gatos, por ejemplo, las cosas que odian... Entre ellas están los excesivos mimos y caricias, por ser animales bastante independientes. De tal forma, al igual que ya habíamos contado cuál era la forma ideal de acariciar a los perros, ahora te contamos cuál es la mejor forma de acariciar a un gato sin que este se enfade.
¿Cuál es la forma correcta de acariciar a un gato?
En la antigüedad eran venerados como encarnaciones de lo divino, en la Edad Media asociados a la práctica de brujería y perseguidos, para pasar muchos años después a ser adoptados como uno de los mejores animales de compañía y una de las opciones favoritas después de los perros en España. Una historia y evolución en la que esa unión de gato y ser humano ha vivido toda serie de momentos complejos, pero en la que estos adorables animales han conseguido hacerse un hueco a nuestro lado y acompañarnos nada menos que 4.000 años. Pero aunque este periodo de tiempo a nuestros ojos pueda parecer especialmente largo, para estos amigos felinos no es suficiente en lo que se refiere a términos evolutivos. Esta es precisamente la razón por la que los cerebros de los gatos aún son similares al de sus antepasados y por lo tanto más cercanos al de los gatos salvajes, al que normalmente asociamos a un animal de compañía.
Animales solitarios que prefieren la comunicación indirecta con sus compañeros humanos y a los que no les gusta relacionarse en exceso… La habilidades sociales de estos animales podría decirse que son por lo general bastante complejas y mucho más cercanas al que sería su antepasado más inmediato, el gato salvaje africano. A los seres humanos en cambio nos encanta comunicarnos, ser mucho más sociables que estos felinos, a la vez que no podemos resistirnos al acercamiento y al contacto con todo perro, gato o cualquier otro animal que se nos ponga por delante. Pero aunque sintamos esa necesidad irrefrenable de acariciar a nuestro animal de compañía o en este caso a nuestro gato, no siempre quiere decir que a los felinos también les guste o que sean tan felices como nosotros cuando les damos mimos. Este es un aspecto que los expertos han demostrado y por el que tendremos que tener muy en cuenta la comunicación indirecta que nos transmita nuestro bigotudo amigo.
Para empezar es importante que los humanos apreciemos cada una de las señales que nos transmita nuestro gato, sobre todo si lo que no queremos es recibir un mordisco, zarpazo o bufido por respuesta. Esto quiere decir que si tu gato por ejemplo te evita, se le eriza el pelo, mueve la cabeza para el lado contrario en el que tu estás o contrae la espalda, lo más seguro es que a tu gato las caricias no le estén agradando tanto como a ti. Si cualquiera de estos gestos sucede mientras estás acariciando a tu felino, lo mejor es que le dejes su espacio y no continúes acariciándole.
En cambio si ronronea, hace un movimiento similar a como si estuviese amasando con las patas o deja su cola erguida, todas ellas serán buenas señales y el indicador de que nuestro gato está disfrutando de lo lindo con nuestras caricias.
¿Qué lugares son sus preferidos para las caricias?
La base de las orejas, bajo la barbilla o cerca de las mejillas, que es donde se localizan sus glándulas faciales. Estas son algunas zonas clave que nuestro gato siempre adorará que le acariciemos, algo muy diferente a lo que le provocan las caricias en otras zonas como son el lomo, la barriga o la base de la cola, ninguna de ellas de su agrado.