En España hay unas 13 millones de mascotas registradas, según datos de la Red Española de Identificación de Animales de Compañía (REIAC). De estas cifras, se calcula (según las encuestas) que el 89% de los datos representan perros. Los peludos son nuestros mejores amigos y además, este estudio también revela que los españoles invierten tres horas diarias en sus animales de compañía... Nuestros perros nos importan y mucho. Y por eso, tenemos que cuidar de su salud y alimentación si queremos aumentar la esperanza de vida de nuestra mascota.
Por ejemplo, puede darse el caso de que cuando sacas de paseo a tu perro, tienes la sensación de que tose mucho, de que se cansa fácilmente o incluso, de que parece que se ahoga. En estos casos, no debemos dejar pasar estas situaciones, sino que tenemos que saber por qué y acudir a un veterinario lo antes posible. Por eso, aquí te respondemos a la siguiente pregunta: ¿Por qué mi perro parece que se ahoga? Si esto te ocurre, pon atención a lo siguiente.
Mi perro se ahoga o respira con dificultad: ¿por qué y qué hago?
Puede darse el caso de que parezca que tu perro se esté ahogando o tenga serias dificultades para respirar. Son diversos los escenarios que has de tener en cuenta y a los que prestar atención para que identificar cualquier posible problema que tu peludo esté sufriendo. Los escenarios que debes tener en cuenta son los siguientes:
- Se cansa fácilmente
- Parece que se ahoga o realmente se está ahogando
- Tose con frecuencia
Ante estas tres situaciones, los motivos pueden ser muy diferentes... En cualquier caso, la única manera de saber por qué nuestro perro tiene dificultades para respirar es acudir al veterinario. Eso sí, si quieres saber de antemano algunas opciones, te contamos cuáles pueden ser las posibilidades:
- Cardiomiopatía dilatada
- Degeneración valvular
- Laringitis, la traqueítis y la bronquitis
- Neumonía
- Edema pulmonar
- Síndrome braquicefálico
También es posible que después de llevar al veterinario a tu perro, lo que haya ocurrido sea algo circunstancial y no vinculado a una enfermedad necesariamente. Es decir, hay otras posibles circunstancias por las que tu perro puede ahogarse o sufrir un atragantamiento:
- Golpe de calor
- Cuerpos extraños en el aparato respiratorio
- Intoxicaciones
- Alergias
¿Qué hago si mi perro se ahoga?
Si la situación es extrema y realmente tu perro está ahogando (no es únicamente que tenga dificultad para respirar) debes llevarle inmediatamente al veterinario. También puede darse el caso de que tú mismo puedas identificar la causa. En caso de que tu perro se haya atragantado con algo o esté sufriendo un golpe de calor: debes actuar. En cualquier caso, después de hacerle alguna maniobra, debes llevarle al veterinario para que ellos te digan si está todo bien.
Maniobra de Heimlich en perros
Son 4 pasos principales: En primer lugar, coge a tu perro desde atrás, colocando su espalda en tu pecho y rodeándole la cintura. En segundo lugar, manteniendo al perro de pie, es necesario buscar la boca de su estómago (justo donde acaba el esternón y se nota un leve hueco). Entonces, pasamos a colocar tres o cuatro dedos sobre la boca de su estómago si el perro es pequeño o el puño entero si el perro es grande. Finalmente, con la otra mano debes aplicar presiones sobre tu mano colocada en este punto concreto. Con estas presiones fuertes, lo más probable es que lo que le esté obstruyendo, salga. Es necesario ir revisando y sino, acudir a un profesional.
Reanimación cardiopulmonar en perros
En este caso, debes tumbar al perro sobre su lado derecho (en el lado izquierdo está el corazón). Luego, estira su lengua hasta dejarla lo más fuera que puedas y hacia un lado. Entonces es momento de realizar un masaje cardíaco. Para ello, coloca una mano sobre la otra entre el tercer y quinto espacio intercostal (para localizar más fácilmente este punto, flexiona la pata delantera del perro y mira en qué punto toca el codo en el pecho; esta es la altura a la que se encuentra el corazón). Una vez identificado, comienza a realizar compresiones en esa parte de su cuerpo y luego haz las respiraciones.
Para hacer las respiraciones: agarra el hocico del perro de forma que puedas rodear bien con las manos su nariz. Lo que tendrás que hacer es soplar directamente sobre su nariz poco a poco hasta que se vaya llenando el pecho.
Si el perro es grande, por cada 15 compresiones realiza 5 respiraciones; si el perro es pequeño, por cada 10 compresiones, 3 respiraciones. Así sucesivamente hasta que el peludo vuelva a respirar por sí solo. No olvides llevarle luego a un veterinario.