Comprender el comportamiento de nuestro perro es algo fundamental si lo que queremos es conseguir una relación amistosa y agradable con él. Así que aunque los perros no puedan hablar con nosotros, sí que es importante saber lo que nos quieren decir o transmitir a través de su lenguaje corporal, sus diferentes posturas al dormir, sus actitudes, sus reacciones o en este caso sus sonidos y gruñidos. De hecho no es extraño escuchar a los perros gruñir cuando se encuentran jugando con otros de su misma especie, con personas o incluso cuando forcejeamos con él para jugar con algún mordedor o juguete. ¿Pero a qué se deben estos gruñidos durante el juego?
Aunque los gruñidos suelen relacionarse con sonidos de amenaza o incluso de agresión, esto no siempre es así y sobre todo si se suceden durante esos momentos de juego, se trata de un comportamiento totalmente normal y más vinculado a sus ganas de jugar y pasárselo bien, que a ese sonido de amenaza con el que muchas personas tienden a identificar el gruñido. Aquí te contestamos a la siguiente pregunta: ¿Por qué mi perro gruñe cuando juega?
¿Qué significan los gruñidos?
Al igual que los humanos, los perros también tienen su propia forma de comunicarse y aunque la primera que se nos pueda venir a la mente sean los ladridos, lo cierto es que en esa comunicación también se incluyen los gemidos, los aullidos y los gruñidos. En el caso de los gruñidos, este tipo de sonido suele asociarse con una advertencia que en algunos casos puede llegar a conllevar una respuesta agresiva acompañada de algún mordisco o intento de mordisco o simplemente de una gran exposición de sus dientes. Un tipo de comportamiento de advertencia que en definitiva, evidenciará un claro problema de conducta que tendremos que resolver, pero en este caso es muy importante que lo trabajemos de la mano de un profesional como puede ser un educador canino.
Otra de las posibles razones de que nuestro perro gruña puede estar relacionada con algún dolor o molestia, por lo que es importante que observemos el resto de comportamientos de nuestro perro y bajo cualquier sospecha de dolor acudir al veterinario de forma inmediata.
Además de estas dos posibles situaciones, nuestro perro, como te hemos dicho, también puede gruñir de forma amistosa y como parte de una actitud lúdica en la que lo único que quiere transmitir son esas ganas enormes de jugar.
¿Qué hacer si gruñe mientras juega?
Al no tratarse de un gruñido que esté relacionado con ninguna amenaza o comportamiento agresivo, este gruñido es totalmente inofensivo por lo que no será necesario que intervengamos. Si lo que necesitas es identificarlo, simplemente tendrás que prestar atención a esos movimientos, actitudes y posturas que normalmente los acompañan y que serán una clara invitación a jugar.
¿Cómo identificar el gruñido lúdico?
Si nuestro perro quiere jugar normalmente nos lo transmitirá con una especie de reverencia, pegando sus patas delanteras al suelo, agachando su cabeza y levantando el trasero. También es habitual que abran la boca con la lengua fuera, que salten, muevan la cola, emitan ladridos insistentes o agudos, se revuelquen, corran alrededor, persigan o sean perseguidos por su compañero de juegos o incluso gruñan a otro perro en pleno juego.
Si ese gruñido sucede y viene acompañado de alguno de estos comportamientos lúdicos, no habrá de qué preocuparse, ya que simplemente está disfrutando de su momento de juegos y lo normal es que el otro perro le responda jugando o incluso también gruñendo.
Al igual que puede suceder durante las sesiones de juego con otros perros, el gruñido también puede aparecer durante las horas de juego con personas, sobre todo si jugamos a quitarles algún mordedor o juguete. Si gruñe mientras forcejeamos con él simplemente nos está transmitiendo que está jugando. En este caso, es importante que unas veces dejemos ganar a nuestro perro y otras ganemos nosotros para que no sea excesivamente posesivo con sus juguetes.
¿Cómo reconocer un gruñido de advertencia o agresivo?
A diferencia del gruñido lúdico en el que nuestro perro tiende a mostrarse relajado y en constante movimiento, en el caso de tratarse de un gruñido de advertencia o agresivo, nuestro perro se mostrará por lo contrario alerta, quieto o enseñando incluso sus dientes. Una serie de situaciones que podrían ser la antesala de un ataque o mordisco, por lo que en esos casos conviene estar atento e intervenir para separar a nuestro perro antes del ataque. Este es un comportamiento que puede darse contra nosotros, con otros animales o personas, así que si lo identificamos no debemos dudar en intentar corregir su conducta y siempre con la ayuda de un educador canino o etólogo.
En otras ocasiones este tipo de gruñido de advertencia puede darse con otros perros con diferente nivel de energía y de ganas de jugar, algo que sucede sobre todo cuando un cachorro juega con un perro más adulto. En este caso, los perros adultos tienden a cansarse antes del juego y es habitual que ante la insistencia del perro más joven se muestren incómodos y hagan esa advertencia a través del gruñido. En cuyo caso también tendremos que estar atentos para separarlos.