La mayoría de hogares de España cuentan con un animal de compañía en el hogar, siendo los perros y los gatos los grandes favoritos. Convivir con una de estas mascotas, no solo ayuda a sentirnos en compañía, sino que también mejora nuestra salud mental. De hecho, está demostrado que ayuda a reducir el estrés, la tensión arterial y en general a mejorar nuestro bienestar y nuestra autoestima. Todos ellos aspectos positivos que nuestro perro o en este caso nuestro gato nos devolverá permaneciendo a nuestro lado y creando un vínculo único y muy especial con sus compañeros humanos. Si ya has experimentado ese vínculo único con tu felino, entonces puede que te hayas planteado o incluso estés pensando en adoptar uno o varios gatos más para que puedan hacerse compañía entre ellos, sin embargo esa nueva incorporación y convivencia con el resto de gatos puede parecer al principio algo complicado.

Lo cierto es que en estos casos es imprescindible conocer todos los pasos necesarios para que esa nueva incorporación se haga de forma correcta, sobre todo si queremos conseguir una buena convivencia gatuna. Esto es todo lo que necesitas tener en cuenta antes de incorporar a un nuevo felino en la familia.

Cómo tener varios gatos en casa

Antes de comenzar a señalar los pasos o consejos a tener en cuenta antes de incorporar a un nuevo gato a la familia, es importante comprender que los gatos son animales territoriales que en estado salvaje no suelen formar grupos y cuyo comportamiento es más bien solitario. Esto quiere decir que, a diferencia de los perros, los gatos no requieren la compañía de otros gatos y podrán sentirse arropados simplemente con tu compañía.

A pesar de esa independencia y carácter territorial, sí que es posible que un gato pueda convivir con otros gatos en una misma casa, pero siempre y cuando evitemos conflictos territoriales por recursos básicos. Para evitar esos conflictos es importante que le asegures sus propios espacios. Toma nota.

Consejos para conseguir una buena convivencia entre gatos

Asegúrate de tener suficiente espacio: Es importante que cada gato pueda disponer de una zona de la casa diferenciada o de una habitación, sin que tenga que verse obligado a compartir su espacio con otro u otros gatos.

Diferentes bebederos y comederos: Si queremos evitar conflictos por la comida, lo mejor es que cada gato cuente con su propio comedero y bebedero.

Un arenero para cada uno y uno más: Cada gato necesitará tener su propio arenero limpio, aunque es conveniente contar con un arenero más con el fin de evitar posibles conflictos.

Rascadores por toda la casa: Este es uno de los accesorios más importantes para cualquier gato. Un elemento en el que podrán afilar sus uñas, sin necesidad de destrozar muebles y tejidos por la casa. También es una herramienta esencial para liberar estrés, además de que en ellos dejarán sus propias marcas olfativas y feromonas. Asegúrate de tener varios repartidos por diferentes zonas de la casa.

¿Cómo introducirlo en casa?

Si después de tener claro todos estos pasos, te decides finalmente a adoptar a ese nuevo gato o gatos, también es importante que tengas claro que escoger a un gato del sexo opuesto al que ya tienes facilitará bastante la convivencia o lo mismo sucederá con los gatos más pequeños o con los gatos de una misma familia. Por el contrario, si adoptas un gato adulto y del mismo sexo, es más probable que al inicio puedan verlo como un adversario, aunque siguiendo todos estos pasos la convivencia también podrá llegar a ser positiva.

Es importante que optes por presentarlos poco a poco y de forma progresiva. Para ello, comienza dejándolo en el transportín para que tu gato lo huela unos minutos y comprueba que no haya bufidos, que no se le erice el pelo o que no haya miradas desafiantes. Establece su sitio de la casa y solo si ves que no hay intentos de atacar o morder, abre la puerta del transportín y déjalos interactuar con vigilancia. Durante los siguientes días intenta intercambiar su cama con la de tu viejo gato o alguna mantita para que vayan aceptando el olor del otro. Poco a poco irán aceptándose. Aún así, lo mejor en estos casos es consultarlo con un etólogo para que te aconseje y te transmita los protocolos que más favorecerán esa convivencia entre gatos.

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