Al igual que las mejores patatas fritas o la paella en España, la pasta es uno de esos alimentos que lleva décadas colándose en las mesas de muchas familias españolas y también a lo largo y ancho del mundo, sobre todo en Italia. Y es que, es indiscutible que de todos los alimentos, la pasta es uno de los símbolos claves de la cocina italiana y uno de los platos más consumidos por los italianos, pero no por ello su origen es exclusivo únicamente de Italia. Esta es una de las razones por las que el origen de la pasta ha sido y todavía continúa a día de hoy siendo constantemente discutido por expertos de todos los tiempos.
Uno de esos grandes hallazgos de la gastronomía mundial que muchos quieren atribuirse, pero que realmente se encuentra repleto de misterios. ¿Fueron los etrusos, Marco Polo, los chinos o los musulmanes los creadores de este alimento que ha conseguido traspasar fronteras? Te contamos la auténtica historia de la pasta italiana.
La pasta y los etrusos
Sémola de trigo duro mezclada con agua y ¡voilá! La elaboración de este alimento es más sencilla de lo que imaginamos, pero no sucede lo mismo con su origen. Y es que a lo largo de la historia nos encontramos con numerosos candidatos a inventor de este sencillo alimento. Un origen que en muchas ocasiones se asocia a la Italia prerromana y a los etrusos.
Un pueblo de la antigüedad cuyo núcleo se encontraba en la Toscana y que llegaron a dominar el centro-norte de Italia entre el IX y el V a.C. Fueron precisamente esas cocinas de los etrusos a las que todavía se les asocia el origen de la pasta. Y es que para muchos, habrían sido ellos los primeros en elaborar pasta triturando diferentes cereales mezclados con agua y dejando secar la mezcla, para después hervirla y consumirla consiguiendo un alimento rico y además ideal para recargar energía después de horas y horas de trabajo físico.
Una teoría que muchos defienden, pero aún así no todos apoyan ese origen de la pasta en la época etrusa debido a que la cocina italiana no introdujo ese alimento hasta muchos siglos después.
Marco Polo y su viaje a china
Los fideos ya eran consumidos en China hace 4.000 años, aunque a diferencia de los que conocemos en Europa occidental, estos se elaboraban con mijo y no con trigo. Precisamente el primer occidental en probar este tipo de fideos habría sido Marco Polo, quien estuvo en el país asiático a finales del siglo XIII. Esta es la razón por la que muchos aún a día de hoy siguen asociando el origen de la pasta italiana a Marco Polo, quien se cree que podría haber traído la idea de China a Italia, donde simplemente cambiaron el mijo por el trigo para conseguir la pasta que conocemos a día de hoy.
Una historia que podría ser perfectamente creíble, de no ser por las referencias que han encontrado los expertos y que ya hablan de la pasta italiana en fechas anteriores a los viajes de Marco Polo. Razón por la cual el mercader no habría sido el encargado de introducir la pasta en Italia.
Civilización griega y romana
Tanto en la antigua Grecia como el la antigua Roma hay indicios de la presencia de este alimento, de hecho se cree que cuando los griegos fundaron Nápoles, adoptaron el plato típico de los nativos de este territorio, el cual se trataba de una pasta de harina de cebada y de agua, que después dejaban secar al sol varios días. Un plato que por aquel entonces los griegos conocían como makaria.
En el caso de los romanos, también existen indicios de que varios emperadores romanos consumían este alimento, ya que en las obras literarias de esa época se habla de platos típicos elaborados con pasta como las laganas. Del año 1400 también se han encontrado escritos en los que se habla de la pasta italiana (lasagna) como un plato típico de la sociedad de aquel momento, al que se le seguirían los fidello (pequeños hilos de pasta) que en el siglo XIX pasaron a conocerse como vermicelli.
Sicilia y la influencia musulmana
Sicilia fue a lo largo de la historia colonizada por diferentes potencias, entre ellas los musulmanes quienes ocuparon la isla en los siglos IX y XI. Una época en la que los musulmanes fueron una de las culturas encargadas de dominar las costas de Sicilia y precisamente fueron ellos también los encargados de diversificar la agricultura, trayendo cultivos de higos, pistachos, limones e introduciendo algunos alimentos como el cuscús o incluso la pasta.
Sin embargo los historiadores han encontrado textos de esa época en los que aparece la palabra ‘Itriyya’, con la que al parecer se denominaba a tiras largas y delgadas de masa seca y a las que se hace mención en un texto redactado por Al-Idrisi, cartógrafo ceutí de Ruggero II de Sicilia. Un alimento que los historiadores señalan que podría estar elaborado con sémola de trigo, ya que este era el cereal más cultivado en la isla.
En este texto también se menciona un asentamiento a pocos kilómetros de Palermo en el que se producían grandes cantidades de ‘itriyya’ para exportarse a todas partes. Una razón por la que los expertos señalan que la primera producción industrial de la pasta en Europa podría estar relacionada con esa influencia musulmana en Sicilia.
El verdadero origen de la pasta italiana
A pesar de todas estas teorías que asocian el origen de la pasta a lo largo de la historia a los etrusos, musulmanes, romanos, griegos, chinos y a Marco Polo, la realidad es que la pasta italiana parece haber sido más un producto que ha surgido con la influencia de diferentes culturas y no de una sola.
Un alimento energético, de preparación sencilla y fácil de almacenar, que ha podido ir perfeccionándose a lo largo de los siglos con la influencia de todas esas culturas y que ha conseguido llegar a nuestros días y convertirse en uno de los productos más consumidos en todas y cada una de sus diferentes modalidades: Espaguetis, macarrones, Fettuccine, Ravioli, Farfalle… Todas ellas perfectas para acompañar con deliciosas salsas, ensaladas o simplemente con aceite de oliva.