Los planetas del Sistema Solar son todavía un gran misterio para nosotros por mucho que la ciencia continúe avanzando y dando soluciones a muchas de las preguntas que nos hacemos. Entre algunas de las cosas que más nos pueden llamar la atención se encuentran, por ejemplo, el hecho de que en Júpiter llueven diamantes, a diferencia de la Tierra en la que evidentemente este fenómeno no tiene lugar. En cualquier caso, hay algo que tienen en común todos los planetas y es su condición redonda. Sin embargo, ¿por qué los planetas son redondos? A continuación, respondemos a esta pregunta.
¿Por qué los planetas son redondos?
A la pregunta de por qué los planetas son redondos, los científicos tienen la siguiente explicación: en primer lugar, hay que tener en cuenta que un planeta se forma cuando se agrupa gran cantidad de material que se encontraba disperso por el espacio. Se considera que se ha formado algo similar a un planeta en el momento en que se ha agrupado el suficiente material como para tener una buena gravedad. Es la gravedad aquella que permite que el material se mantenga unido.
En segundo lugar, cuando un planeta ya se ha formado y es bastante grande, este comienza a limpiar su camino alrededor de la estrella. Es la gravedad a su vez la que le permite utilizar trozos de la materia espacial. Es muy importante tener en cuenta que la gravedad tira del centro hacia los bordes y en consecuencia, esto hace que la forma general de un planeta sea una esfera. De tal forma que si queremos responder de forma simplista a la pregunta "¿por qué los planetas son redondos?" diríamos que es por la gravedad.
No todos los planetas son igual de redondos
En primer lugar, repasemos los planetas del Sistema Solar. Estos son ocho y los mencionamos de menor a mayor distancia con respecto al sol: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
Como dato curioso, es necesario saber que no todos los planetas son igual de redondos. Por ejemplo, Mercurio y Venus son los más redondos de todos. De ellos se podría decir que prácticamente son esferas perfectas.
En el caso contrario, Saturno y Júpiter son los "menos redondos" en tanto que son un poco más gruesos en el medio. Lo que ocurre es que al girar, se abultan a lo largo de su ecuador.
En el caos de la Tierra y Marte, de ellos habría que decir que son más pequeños que Saturno o Júpiter y que no giran tan rápido como los gigantes gaseosos (Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno). La tierra es 0,3% más grueso en el oriente, y Marte es 0,6% más grueso en el centro, de tal forma que no son perfectas esferas, pero son más redondos que Saturno y Júpiter.
Más cerca de ser esferas perfectas se encuentran Urano y Neptuno. El primero es 2,3% más grueso en el medio, y el segundo, un 1,7%. En consecuencia, no son perfectos como Mercurio y Venus, pero sí están cerca de serlo.