Halloween, también conocido como Víspera de Todos los Santos, Noche de los Muertos, Noche de Brujas o Allhalloween, se celebra tradicionalmente todos los 31 de octubre, en España, el día anterior al Día de Todos los Santos. Existen muchas tradiciones en torno a esta festividad, por ejemplo, disfrazarse, pedir chuches en las casas (el típico "truco o trato"), ver películas de miedo, decorar las casas... Además, en otras tradiciones o costumbres destaca la utilización los colores naranja y negro, tanto para las chuches, como los disfraces o las decoraciones.
[¿Cuál es el verdadero origen de Halloween y desde cuándo se celebra?]
Los colores de Halloween
Tradicionalmente siempre se han usado los colores naranja y negro para las representaciones típicas de Halloween. Sin embargo, ¿por qué estos colores? Es cierto que el naranja es un color típicamente asociado al otoño, época en la que tiene lugar esta festividad. De la misma manera, al tratarse de una celebración "terrorífica" tiene sentido la utilización del negro, vinculado a la oscuridad, lo misterioso, lo malvado, la muerte... Sin embargo, para conocer el verdadero origen de la utilización de estos colores tendríamos que remontarnos al nacimiento de Halloween, hace más de 3000 años.
Como ya sabemos, esta festividad dio comienza como una celebración de los pueblos celtas de Europa para dar la bienvenida a "su año nuevo", que ellos llamaban "Samhain", que correspondería actualmente con el día 1 de noviembre.
Los pueblos celtas fueron conquistados por el Imperio Romano y posteriormente, los propios romanos colapsaron y se impuso la tradición cristiana, de tal forma que esta festividad se fue heredando y modificando con el paso del tiempo. En consecuencia, la Víspera al Día de Todos los Santos (de origen cristiano) se convirtió en Halloween para la mayor parte del mundo occidental.
En el caso del color negro, su uso tiene que ver con la festividad de Samhain estaba muy vinculada con la muerte. No olvidemos que los celtas consideraban o creían que durante esa noche los espíritus aprovechaban ese día para salir, junto con otras criaturas, como hadas y demonios.
De la misma manera, en esta festividad celta también estaba muy presente otro elemento: el fuego, motivo por el que tendría sentido la utilización del color naranja para su representación. Los celtas creaban una hoguera de tipo "sagrado" para proteger al pueblo y sus hogares.
Además, recordamos que con esta celebración se quería "dar paso" a una nueva época, que corresponde estacionalmente con el otoño, de tal manera que este color representaría perfectamente el momento en el que la naturaleza se encuentra en esa época del año.