Gastronomía de altura en las estaciones de esquí
La revolución gastronómica ha llegado a las estaciones de esquí. El negocio de la nieve amplía su oferta con sofisticados platos de diseño, snow-bares y restaurantes con estrella Michelín.
20 enero, 2016 18:45Noticias relacionadas
Es incuestionable que el deporte de la nieve está cambiando y se nota a simple vista. Las estaciones de esquí se han convertido en parques temáticos, diversificando su oferta, bajo el temor de un más que anunciado calentamiento global que puede llegar a dejar las pistas sin nieve en un futuro cercano. Aunque la mayor revolución es la gastronómica y las estaciones se están adaptando a ella. A pie de pista, el popular bocata convive con restaurantes con estrella Michelín, sofisticados platos de diseño, snow-bares dedicados...
Mantener el espíritu de la montaña y dar un servicio de calidad a 2.000 metros no tarea fácil, pero las estaciones están invirtiendo mucho en ello y -de momento- con gran éxito. La estación andorrana de Vallnord fue una de las primeras en apostar por la alta gastronomía y cada año sigue aumentando la demanda, ayudada por precios para todos los bolsillo.
Bocados en Andorra
El sector de Pal cuenta ya con 11 establecimientos. El Entrecote, con una magnífica terraza panorámica; el L'Expresso, que esta temporada estrena formato brasserie; el Rústic, donde deleitarse con platos del día y combinados de montaña. El Self Service, situado en la planta baja del Edificio de la Caubella; La Taverna, donde preparan los más exquisitos embutidos, quesos y tapas; El Xiringuito, con una espectacular terraza. Y para tomar un aperitivo típico andorrano a 2.000 metros de altitud, hay que visitar el Rebost Coll de la Botella, en el sector Setúria. El local más importante de Arinsal es el Pain Cocotte, cuya innovación culinaria ha merecido la medalla de oro en el concurso Lépine Européen de Estrasburgo 2014 por sustituir el plato convencional por un pan cocinado en una cazuela. Es la zona de trabajo del experimentado chef argentino discípulo de Ferran Adrià, Ezequiel Goldschmidt.
Sin salir de Andorra, pero cambiando de valle, está el establecimiento del chef Nandu Jubany, premiado con una estrella Michelín. Su restaurante Can Jubany, en Osona, ofrece en su restaurante Origen, en el Sport Hotel Hermitage & Spa, un hotel de cinco estrellas a pie de pista en la estación de Grandvalira. Allí se pueden degustar especialidades como la coca de foie con manzana caramelizada y el arroz seco con pepino de mar, o un menú degustación de nueve platos, más aperitivos, para quien quiera probar un poco de todo.
La buena mesa francesa
El Pirineo francés tampoco escapa a este boom del buen yantar. Estaciones como Saint Lary, con gran afluencia de aficionados españoles, ofrece dos rincones en el valle muy dispares. Les Grenier des Coustalat es un restaurante que solo abre de diciembre a marzo, al lado de la granja de cerdos negros de Bigorre, una especie que se encontraba casi en vías de extinción y que se ha recuperado en los últimos años. En este restaurante familiar se puede degustar la carne de este cerdo de piel negra (muy típico de los Pirineos) junto con otras especialidades locales. Se completa el menú con un vino de manzana, la sopa de garbure y con una gran variedad de quesos.
Otro restaurante que abre en invierno es Le Chalet, en la estación de Les Angles de la Cerdaña francesa. En su mesa se da la combinación perfecta entre cocina ecológica, el respeto por el medio ambiente, una altísima calidad y precios que se ajustan a la oferta. Los platos estrella son la pasta fresca, el chuletón, el flan de huevo casero y las peras con chocolate.
Los clásicos españoles
El Moët Winter Lounge, ubicado en la cota 1.850 entre la salida de los telesillas Horat Deth Bo y Vista Beret, es uno de los responsables del glamour invernal de Baqueira Beret. Tras el éxito de las cuatro temporadas anteriores, la terraza ha doblado su capacidad este año. Equipada con tumbonas y estufas, es la opción ideal para hacer una parada durante el día y tomar un aperitivo o una copa. El interior de la cabaña recuerda a un refugio de montaña, con una decoración cálida y acogedora. Se puede llegar esquiando o en coche hasta el aparcamiento de Orri.
La jacetana estación de Astún cuenta con cinco espacios gastronómicos, a destacar el Henri Abelé Lounge. El establecimiento ofrece una propuesta culinaria compuesta por pequeños bocatas, tapas variadas, platos contemporáneos y los añorados bocadillos premium, siempre regados por los cavas y champanes más acreditados.
Terminamos el recorrido por la estación más al sur de Europa, Sierra Nevada. Si queremos comer de mesa y mantel, entonces hay que pasarse por La Ruta del Veleta, de los hermanos gemelos Miguel y José Pedraza, toda una institución gastronómica en la zona. Son dos restaurantes homónimos: uno en Cenes de la Vega y el otro, en Sierra Nevada. Ofrece cocina clásica tradicional andaluza como cordero asado, los pescados a la sal, el ajoblanco o el lomo de venado. Aunque con más literatura, siempre nos quedará el bocata o serranito de filete de buey con jamón ibérico y pimiento frito.
CONSEJO VOLVO.- Cuando prepares tu viaje de esquí, es muy importante disponer de un juego de cadenas. Recuerda que se colocan siempre en el eje en el que se transmite la fuerza del motor. Y procura tener el depósito de combustible lleno de gasolina. Así, en caso de que te quedes atascado por la nieve podrás usar la calefacción.
'Gastronomía de altura en las estaciones de esquí' es un contenido patrocinado por Volvo.