Uno en el tartán, otra en la piscina y la tercera sobre el tapiz. En los 20 años que separan los Juegos de Barcelona, en 1992, de los últimos celebrados en Londres, en 2012, sumaron tres oros, dos platas y tres bronces olímpicos. Linford Christie, Rebecca Adlington y Beth Tweddle, tres leyendas del deporte británico fuera de lugar en la estación alpina de Kuhtai, en el Tirol austriaco, donde todos ellos han caído lesionados víctimas de The Jump.
Skeleton, snowcross, eslalon, bobsleigh, skicross, saltos, air jump... La idea era buena. La ejecución no tanto. La cadena británica Channel 4 se está planteando la posibilidad de cancelar su último reality show no por bajas audiciencia o problemas de financiación sino porque después de sólo dos episodios se está quedando sin concursantes. Y a velocidad de vértigo.
"Está plagado de accidentes, ha sido un desastre tras otro. Se ha convertido en un caos en lo que se refiere a lesiones y a los enormes costes de los seguros. Además de ser un constante dolor de cabeza a la hora de sustituir concursantes. Y eso por no mencionar el temor de que alguien termine haciéndose aún más daño".
Escudado en el anonimato, un miembro del programa de telerrealidad que ha llevado a conocidos personajes británicos a practicar diversos deportes de invierno refleja a la perfección la preocupación en los despachos del Channel 4, donde se preguntan casi a diario "cómo han permitido que esto ocurra".
La productora ha señalado por activa y por pasiva que diseñó la tercera edición del reality para que "no fuera más difícil que en ediciones anteriores". De hecho, sometió a todos los participantes a un riguroso programa de entrenamiento previo. Y Channel 4 se defiende echando balones fuera: "Todos los deportes de invierno conllevan elementos de peligro, por eso hemos pedido a los productores que revisen los procedimientos de seguridad de nuevo para reducir aún más la posibilidad de accidente", reza un comunicado.
Medidas de seguridad
Ni las medidas originales ni las añadidas han servido de mucho y desde que la grabación del reality se trasladó de Natters a la estación de Kuhtai, ambas al sur del Tirol y en las cercanías de Innsbruck, los accidentes no han tenido freno.
Primero fue Rebecca Adlington. Disputando una prueba de eliminación consistente en un salto de esquí, el denominado air jump, la doble campeona olímpica de natación sufrió una lesión en su hombro derecho. Después, Linford Christie, plata olímpica ya en Seul'88, oro en los 100 metros lisos de Barcelona'92, se vio obligado al abandono por una lesión en el tendón de la corva. Aunque lo peor estaba por llegar.
Beth Tweddle sufrió un aparatoso choque contra una de las protecciones, un golpe que no debería haberse producido y que le provocó la fractura en una de las vertebras de su cuello. Trasladada en helicóptero a un hospital de Innsbruck, la única gimnasta británica, hombre o mujer, en conseguir una medalla olímpica fue operada de inmediato e incluso llegó a temerse por una posible parálisis parcial.
La rápida intervención de los servicios médicos evitaron males mayores, aunque Tweddle aún no puede caminar sin asistencia, lo que ha avivado aún más el miedo. De momento, quien más teme una nueva lesión es la mujer (embarazada) de Ben Cohen, integrante de la selección inglesa de rugby que se proclamó campeona del mundo en 2003, que ha firmado un acuerdo para su incorporación inmediata al espectáculo. Que haya suerte.