En una temporada da tiempo a que surjan muchas estrellas, varios candidatos a ser ‘the next big thing’. El prototipo de promesa es un jugador hábil y eléctrico, que deje buenos partidos y mejores recopilatorios de highlights en YouTube. Esta temporada está siendo atípica, ya que el pragmatismo del Leicester está arrollando a todos los demás protagonistas del fútbol europeo. Aunque Mahrez y Vardy asuman merecidamente la fama que ya empezaron a tener a finales del curso pasado, las actuaciones de N’Golo Kanté se han abierto paso.
El centrocampista de pasaporte francés es la aparición de este curso. Cuando Claudio Ranieri firmó de manera sorprendente por el Leicester City, Steve Walsh, ayudante del cuerpo técnico y constructor en la sombra de este líder, tenía claro cuál debía ser el primer fichaje de la temporada. Así lo reconocía su superior: “Steve me presionó en junio y julio. ‘Kanté, Claudio, Kanté’, me decía. Él estaba más decidido que yo a firmarle. Y ahora Kanté está siendo muy importante por la cantidad de balones que recupera, sin duda puede ser uno de los mejores centrocampistas de Europa”.
Y así fue, N’Golo Kanté se convirtió en el primer fichaje de la era Ranieri por ocho millones de euros. A su llegada, los fans se preguntaban quién era y por qué el club no había hecho más esfuerzos para retener a Esteban Cambiasso. El resto es historia… y va camino de convertirse en leyenda.
Todocampista defensivo
Una de las cosas que más llamó la atención de N’Golo Kanté fue su inexpresividad. Ni los robos, ni las entradas, ni su potencia. La constante concentración de esa cara aniñada que corre, roba, esprinta y recupera la posición con el mismo gesto obcecado en el esférico. En uno de sus primeros entrenamientos en Inglaterra, un operario del campo de entrenamiento se acercó a él pensando que jugaba en las categorías inferiores y le preguntó si estaba esperando a sus padres. Ahora seguro que le reconoce.
La realidad es que N’Golo Kanté sabe cuidarse bien por sí solo y recorre todo el terreno de juego, anteponiendo su cuerpo entre el balón y el rival. El centrocampista se ha convertido en la sensación del año por su autosuficiencia física, que le permite abarcar metros a lo largo y ancho del campo y pelear con cualquier rival. De manera agresiva y vehemente, pero siempre dentro del reglamento: 116 intercepciones de balón, 119 ‘tackles’ exitosos y sólo 31 faltas y tres tarjetas amarillas en su haber tras 28 partidos jugados. Y todo en una posición muy definida: todo el campo.
El plan del Leicester le beneficia, él roba y sale rápido, sin miramientos, conduce y suelta al espacio. Inicia las carreras que Mahrez y Vardy convierten y, sobre todo, permite que Drinkwater, su compañero en el medio, pueda juntarse más con la defensa. El entramado de hormigón que forma Ranieri funciona si Kanté tiene una importancia capital.
Kanté contra Europa
El francés es una máquina de recuperar balones, pero cuando se hace con el esférico encaja en el plan de conducciones y velocidad de su conjunto. El Leicester es el tercer equipo con menos posesión de balón (únicamente el 44,5%) y con el peor porcentaje de acierto en pase (69,7%,) de la Premier. En ese contexto, el 82% de acierto en el pase de N’Golo Kanté en un equipo que arriesga tanto y juega tan directo es oro para Ranieri.
El francés es el jugador con mejor porcentaje de acierto del equipo y la potencia y velocidad que imprime tras pérdida han construido buena parte del actual liderato. El plan tan específico del Leicester ayuda a ver lo mejor del centrocampista. Técnicamente, tiene carencias para iniciar jugada y, aunque las solvente a base de físico y arrancadas para encontrar el espacio, no es el perfil de mediocentro para filtrar pases, pero tampoco le necesitan para eso.
El otro gran déficit de Kanté es el juego aéreo. Su fuerza no siempre vale y el jugador, de 1,69 de altura, tiene grandes dificultades cuando el rival le pide saltar (sólo un 47% de duelos aéreos ganados), pero su equipo tampoco necesita eso teniendo dos escudos antiaéreos por centrales como son Huth y Morgan.
N’Golo Kanté es el rey de la estadística defensiva en las cinco grandes ligas. Nadie ha hecho más intercepciones de balón y es el segundo en entradas exitosas. Sin duda, el rendimiento del jugador está siendo espectacular en su primer año en la Premier, pero existe la duda más que razonable de cuál sería su influencia en un club con un plan que no fuera robo y carrera. Sin duda, eso lleva implícito un éxito claro. El Leicester sabía lo que fichaba para su planteamiento, una idea que le tiene ahora líder a falta de dos meses de competición.