Ni contra El Enterrador, ni contra The Rock, ni contra Macho King, ni siquiera en su mítica pelea contra El último Guerrero y su baile de San Vito, la batalla más dura de Hulk Hogan se ha librado en un tribunal de Florida este viernes. Puede que también haya sido la más rentable, ya que el hombre del bigote imposible, color platino, se ha embolsado en esta ocasión 115 millones de dólares (102 millones de euros).
Todo empezó un día cualquiera de 2012. Uno de esos en los que la adrenalina del combate hacía furor en Hogan, quien decidió embarcarse en una 'lucha horizontal' con la esposa de su ex mejor amigo, en una cama, revolviendo unas sábanas... Para buenos entendedores.
Hasta ahí el ex campeón no tenía queja. El problema surgió porque la 'pelea' se grabó en vídeo y acabó publicada en internet, en concreto en la página de Gawker. Hogan les pidió que retiraran el vídeo, pero durante 6 meses pudieron verse en la web sus llaves sexuales, con las que pudieron recrearse unos 7 millones de personas, según afirmaron los abogados del protagonista de la cinta.
Y, claro, vino la demanda, la cual se dirigió a Nick Denton, el fundador de la web, por publicar este vídeo de dos minutos de duración que, como el propio Hogan ha declarado, se realizó sin su consentimiento en un momento delicado para él a nivel personal, ya que se encontraba en pleno divorcio.
Pese a que los abogados de Gawker intentaron enarbolar la Primera Enmienda de la Constitucion estadounidense haciendo ver que, mientras la noticia sea legítima, los medios de comunicación pueden utilizar cualquier tipo de material sin importar lo cuestionable del mismo, el jurado concluyó que Gawker había invadido la privacidad de Hogan.
Para compensar el bofetón vital recibido, este jurado le ha otorgado 50 millones de dólares por pérdidas económicas derivadas de la publicación del vídeo y 65 por la angustia emocional que le ha causado. Una cifra que podría aumentar en los próximos días si los miembros del jurado, y sólo los del jurado, determinan que el luchador de Augusta sufrió otro tipo de perjuicios.
Hogan, quien durante el juicio dijo haberse sentido "completamente humillado por el vídeo" y acudió al tribunal de negro riguroso (pañuelo incluido) durante todo el proceso, lloró al oír el fallo del jurado, por lo que parece que lo del dolor emocional se confirma.
Aún así, los abogados de Gawker no se conmovieron y aseguraron tras el fallo que apelarán la decisión, que podría llevarles a la quiebra.