Estadio Ramón de Carranza. 15 de noviembre de 2006. En mitad de una crisis de resultados y de identidad, y con un Luis Aragonés asediado por la opinión pública, España tocaba fondo en un amistoso ante Rumanía. El doloroso 0-1, unido a las derrotas previas ante Irlanda del Norte y Suecia en la fase de clasificación a la Eurocopa 2008, así como el adiós de Raúl, dejaron a una selección hundida, en el que cada partido era un calvario.
La derrota ante Rumanía recrudeció el ambiente en contra de la selección. Un gol del que después fuera jugador del Getafe, Ciprian Marica, hizo retumbar los cimientos de un equipo que por aquél entonces rozaba la ruina. Entre pitidos y broncas, y perdiendo casi todos los partidos, España daba disgustos como si de una rutina se tratara. Pero ése sería el último calvario. Cádiz asistió al último partido de la vieja España.
El varapalo del Carranza, como en muchos medios se conoció al 0-1 de Rumanía, fue el punto de inflexión de la selección. De aquel equipo solo quedan tres jugadores: Casillas, Cesc Fàbregas y David Silva, que debutó precisamente en ese partido. Tras esa derrota, 'La Roja' no volvió a perder hasta junio de 2009, ante Estados Unidos en la semifinal de la Copa Confederaciones. En medio, 35 partidos en los que la selección española no conoció la derrota, entre ellos el recordado en Dinamarca (1-3) en el que cambió el estilo o todos los de la Eurocopa ganada en 2008.
Nueve años y medio después, Rumanía y España vuelven a verse las caras, pero ambas en situaciones bastantes diferentes. Si aquél partido fue el hundimiento total de España, pero sirvió de punto de inflexión, para los rumanos fue un impulso que después les llevó a la Eurocopa, último gran torneo en el que participaron.
Diez años después, España llega con dudas, pero con un proyecto asentado que alcanzó la gloria. Entre medias, se ganaron dos Eurocopas y un Mundial y el partido de Rumanía fue el último de aquella España perdedora. La selección del Este consiguió volverse a clasificar para el máximo torneo continental, donde se tendrá que medir a Albania, Suiza y la anfitriona Francia.
Algo más que un amistoso para Rumanía
Quince veces han jugado en toda su historia Rumanía y España y empatan en todo: cinco victorias para cada uno y cinco empates. El partido de este domingo (20:45 horas) en Cluj, segunda ciudad del país, servirá para ver hasta qué punto los locales estarán preparados para la Eurocopa. El partido les sirve más a los rumanos (es una prueba de fuego para ellos) que a la España que dejó dudas en Italia, pero que no puede juzgar su estado de forma en Rumanía.
Se esperan cambios en el once inicial de Del Bosque, con la idea de dar minutos a todos los convocados. En portería, y una vez que De Gea jugó en Italia, Casillas y Sergio Rico se repartirán a priori una parte cada uno. En defensa aparecerán Mario Gaspar y Marc Bartra, seguramente acompañados por Piqué y Jordi Alba. También habrá tiempo para Paco Alcácer, que siempre rindió con España, Sergi Roberto o Nolito.
Si el partido es de trámite para España, diferente será para Rumanía. El propio seleccionador, Anghel Iordanescu, ya ha reconocido que sacará a lo mejor que tiene. "Será una prueba extremadamente útil", dijo el seleccionador rumano, conocido como 'El General' por su pasado en las fuerzas armadas.
Iordanescu es un mito en su país, sobre todo en el Steaua de Bucarest, con el que ganó una Copa de Europa, y un peculiar personaje. En 2007 dejó el fútbol para dedicarse a la política, siendo senador por el PSD (Partido Socialdemócrata), pero volvió en 2014 para tomar las riendas de una selección que se perdió los últimos cuatro Mundiales y la última Eurocopa.
El partido en Cluj será el último test de España antes de la lista definitiva de Del Bosque para la Eurocopa, a discernir en mayo. Con un campo en mal estado y el miedo a lesiones presente, y más en el tramo decisivo de la temporada, de poco parece servir este amistoso cuando el bloque de los que irán a Francia ya está decidido.