El 8 de febrero de 2014, la mujer del periodista deportivo Paco González, María Teresa I., estuvo a punto de morir a puñaladas, asestadas con un cuchillo de 30 centímetros de hoja. Los dos presuntos autores del intento de homicidio, una joven obsesionada con la víctima y que se sentía atraída por el informador, Lorena Gallego, y su amigo Iván Trepiana, llevaban tiempo planeando el crimen. Según la acusación, cuatro meses antes habían buscado a unos sicarios del Este a los que ofrecieron 30.000 euros por cometer el crimen, e incluso después de su detención e ingreso en prisión Lorena trató de convencer a otras dos personas relacionadas con el entorno carcelario para que acabaran con la vida de María Teresa.
Los hechos van a ser juzgados por la Audiencia Provincial de Madrid a partir de este lunes. El fiscal pide 20 años y medio de cárcel para Iván y 34 años y medio para Lorena, pero cree que ella padece una grave alteración psíquica que la eximiría por completo de responsabilidad penal. De prosperar esa tesis, la acusada no sería condenada a prisión sino que se le impondría una medida de seguridad que, en su modalidad más severa, consistiría en el internamiento en un centro psiquiátrico por un máximo de 25 años.
Sicarios rusos
De acuerdo con el escrito de acusación de la Fiscalía, el 7 de octubre de 2013 Lorena e Iván se reunieron a las 9:30 de la mañana en una cafetería de la plaza de Santa Bárbara de Madrid con varias personas de nacionalidad rusa a las que ofrecieron 30.000 euros si terminaban con la vida de la mujer de Paco González.
Los investigadores no han podido identificar a los rusos, a los que Lorena habría entregado una nota con los datos de María Teresa. Se la describía como “una mujer morena de unos 45 años” y se daba una dirección -errónea- de la localidad madrileña de Las Matas. Dado que la información estaba equivocada, el plan no prosperó.
Según el fiscal, los dos acusados decidieron llevar a cabo ellos mismos el asesinato cuatro meses más tarde. El 8 de febrero de 2014, sobre las 8:30 de la mañana, María Teresa, su hija María G. I., de 19 años, y su otro hijo menor de edad se dirigían en coche al colegio en el que estudiaba el pequeño.
Cuando el niño se bajó del vehículo y antes de que María Teresa volviera a arrancar, Iván se introdujo en el coche por la puerta del copiloto, colocó un cuchillo de cocina de 30 centímetros en el costado de la víctima y le ordenó que reiniciara la marcha, exigiéndole circular muy despacio y detenerse cuando él lo dijera.
"Te tengo que matar"
María, que iba en el asiento de atrás, intentó pedir ayuda a través de su teléfono móvil, pero Iván se lo arrebató inmediatamente mientras le decía: “Tú tranquila, que a ti no te va a pasar nada, esto no va contigo”. Al preguntar María Teresa si a ella le pasaría algo, el acusado respondió: “Contigo sí: te tengo que matar”.
Iván ordenó parar el vehículo poco después para que se subiera Lorena, que llevaba el rostro cubierto y gafas oscuras con el fin de dificultar su identificación. Portaba también un cuchillo, aunque más pequeño, y se subió en el asiento trasero, junto a María.
Con Lorena ya en el coche, Iván se dirigió a María Teresa y le manifestó: “Lo siento, te voy a matar”. Entonces le dio una primera puñalada en el costado izquierdo y cuando iba a asestarle la segunda, María se abalanzó sobre Iván desde el asiento de atrás y evitó esa nueva agresión, iniciándose un forcejeo.
Lorena, con la misma intención de quitar la vida a María Teresa, dio una puñalada a ésta desde atrás y otra a María en la espalda para impedir que siguiera defendiendo a su madre.
En ese momento de la lucha, la puerta delantera del vehículo se abrió, cayendo a la vía pública Iván, María Teresa y María. Ésta continuó forcejando con el agresor, mientras Lorena fue de nuevo a por María Teresa para asestarle una tercera puñalada en la zona del abdomen. Sin embargo, María Teresa logró arrebatar el cuchillo a su atacante, consiguiendo separarse de Lorena con su hija y siendo ayudadas por transeúntes que vieron los hechos. Ambas víctimas sufrieron importantes lesiones físicas y psicológicas derivadas de la agresión, subraya el fiscal.
Iván y Lorena fueron detenidos ese mismo día y enviados a prisión. Según el escrito de acusación, desde el centro penitenciario de Alcalá de Henares, Lorena "persistió de manera decidida en su propósito de terminar con la vida de María Teresa".
"Te daré el dinero poco a poco"
Para ello, a través de otra reclusa, Ascensión M., contactó con la pareja de ésta, José Carlos N., y le ofreció dinero a cambio de matar a la mujer del periodista. A los efectos de concretar el encargo, el 25 de marzo de 2014 utilizó la correspondencia de Ascensión para enviar al hombre una carta que decía: “Carlos, el único que puede ayudarme eres tú. Por favor, no me falles. Si te atreves, y quieres ayudarme tú, genial porque eres en quien más confío y Chon me ha hablado maravillas de ti. Si te parece, al menos al principio, te voy dando el dinero poco a poco. Se llama María Teresa I. y la hija, María G. y viven en Las Matas, en la calle (...). Sé que por la mañana dejan al hijo en el colegio (...) y luego van a un gimnasio cercano que se llama (...). Ayúdame, por favor”.
José Carlos no le hizo caso, por lo que dos meses después Lorena ofreció 6.000 euros a Juana N., otra interna del mismo centro penitenciario. Según el fiscal, el plan era que Juana, que iba a ser excarcelada en breve, pusiera fin a la vida de María Teresa y su hija María. Los investigadores se hicieron con varias cartas fechadas entre el 14 y el 29 de mayo de 2014 en las que Lorena insistía en su propuesta y proporcionaba datos similares a los remitidos a José Carlos.
La Fiscalía considera que esos hechos constituyen delitos de proposiciones para el asesinato, lesiones con instrumento peligroso y tentativa de homicidio.
Trastorno erotomaniaco
En el caso de Lorena, el Ministerio Público pide que se le aplique una circunstancia eximente completa de alteración psíquica basándose en una prueba pericial psicológica realizada el 3 de diciembre de 2014 y que concluyó que la acusada padece un trastorno delirante de tipo erotomaniaco con episodios múltiples, agudos y graves.
Para el fiscal, existe una relación de causalidad entre ese trastorno psicopatológico y los hechos objeto de acusación, lo que le lleva a afirmar que las capacidades cognitivas y volitivas de la acusada se encontraban anuladas cuando presuntamente cometió los actos delictivos. Los especialistas psiquiátricos aconsejan someter a Lorena a tratamiento especializado.
El Código Penal prevé que a la persona que sea declarada exenta de responsabilidad criminal por motivos psiquiátricos se le podrá aplicar, si fuera necesaria, la medida de internamiento para tratamiento médico o educación especial en un establecimiento adecuado al tipo de anomalía o alteración psíquica que padezca.