"Siempre hemos mantenido que no debe haber más de dos negros en el equipo. Lo que ha pasado es que al entrenador (Tomas Pacesas) le gusta jugar con negros, para enseñarlos y ser su tutor, y hemos terminado con cuatro negros en el equipo", ha dicho Gedvydas Vainauskas, presidente del Lituvos Rytas, el segundo club más importante de Lituania, donde el baloncesto es casi religión.
Ha sido su explicación, en una entrevista a la televisión lituana, a la floja temporada del equipo. "De repente se juntaron en, como decirlo, una especie de pandilla. No puede ser así, no más de dos negros en el equipo, puedo decirlo de mis 23 años de experiencia. Los equipos no tienen más de dos negros porque... (risas) es entonces cuando empiezan a pasar cosas malas", apuntilló.
Los cuatro jugadores de color a los que se refiere son todos estadounidenses, Drew Gordon, Taylor Brown, Clevin Hannah y Corey Fisher, los dos últimos pasaron por la liga española.
La rajada de Vainauskas no ha tardado en encontrar respuesta en redes sociales. El máximo anotador de la Euroliga, el estadounidense Keith Langford, ha contestado vía Twitter que "si busca la causa de los problemas de su equipo quizá debería mirarse al espejo".
Errick McCollum, base del Galatasaray, ha respondido: "Imagino que el Maccabi que ganó la Euroliga (en 2014) no cuenta para él. Allí jugaban (Alex) Tyus, (Tyrese) Rice, Sofo, (Schortsanitis)... ¡Había seis jugadores negros! #ignorancia".