En un verano sin fichajes estelares (al menos todavía) y marcado por los rumores, los dos grandes clubes de España se cruzan por primera vez en Estados Unidos, dos semanas antes de que el calendario les cruce en la Supercopa de España y cuatro semanas antes de que cierre un mercado de traspasos que espera ansioso la resolución del culebrón veraniego: Neymar Jr.
La pelea entre el 'crack' brasileño y Semedo en el entrenamiento de este viernes ha elevado la temperatura de un folletín impulsado por el polémico entorno del jugador y alimentado por la preocupante situación interna de un club necesitado de dinero y de buenos jugadores, cuya directiva enhebra ridículos con una constancia desconocida en el fútbol contemporáneo de élite.
A medida que pasan los días y cuaja la sensación de que Neymar se irá al término de esta gira, los aficionados culés mutan su admiración por el que estaba llamado a ser el reemplazo futuro de Messi y caen en el despecho hacia un futbolista que no quiere (o puede) seguir ya a la sombra de ningún otro astro, aunque sea el mejor del mundo. EL ESPAÑOL sabe de primera mano que hay voluntad de separación amistosa en ambas partes, pese a las declaraciones oficiales, irremediablemente tediosas: el jugador quiere liderazgo, el club necesita dinero.
La incógnita de Bale
En el equipo contrario (donde actualmente sobra dinero y talento) el murmullo es el papel de Bale, otro jugador que sólo parece eclosionar cuando es líder indiscutido de su equipo. Su escaso papel en la última (y fabulosa) temporada blanca le asoma a las puertas del cambio tras cuatro temporadas con altibajos en las que, salvo un par de meses la campaña pasada, nunca ha sido el faro del equipo.
La extraordinaria productividad de la 'olvidada' cantera blanca, la revelación de futuros líderes como Asensio, el brillo del deseado Mbappé y la oferta del Manchester United de Mourinho para convertir a Bale en el centro del equipo inglés perfilan movimientos coherentes para la afición y parte de la directiva: vender al galés a los 'red devils' y atraer a la joya francesa del Mónaco que anhela media Europa al esplendor del Bernabéu.
En este contexto, los detalles del amistoso, donde se prevén numerosos cambios y con Cristiano inmerso en su propia pretemporada, parecen poco importantes. El nuevo técnico barcelonista, Ernesto Valverde, vivirá su primer Clásico como entrenador, alineando probablemente una mezcla de titulares y suplentes de inicio (con cambio de los once jugadores al descanso), como ha hecho en los dos partidos que han jugado en la pretemporada (Juventus y Manchester United). Se espera que repita con la 'MSN', que jugó por primera vez esta pretemporada en el amistoso ante el United, en el que podría ser una de sus últimas actuaciones conjuntas.
Escasa relevancia
El Real Madrid, curiosamente, no conoce hasta ahora la victoria en sus partidos de preparación (empate ante el United y derrota por 4-1 ante el City de Guardiola). Zidane sí alineó onces que podrían ser titulares, debido a la cercanía de la Supercopa de Europa, pero modificó enteramente el equipo en el descanso. Es el momento de hacer pruebas, consolidar las aportaciones de canteranos prometedores y completar la preparación física. Nunca un Clásico importó menos: todas las miradas estarán en Neymar y Bale, candidatos al rol melancólico de iconos del futuro que no llegaron a cuajar.