La luz del marbellí Pablo Raez brilló sólo 30 años, pero lo hizo con el doble de intensidad. Se reveló contra su suerte cuando la leucemia vino a visitarle, en 2015, tenía sólo 28 años y era atleta. La combatió hasta el último día, lo hizo con una entereza encomiable y lo contó en redes sociales para concienciar a la sociedad española de la necesidad de donar médula ósea.
En noviembre de 2016 fue sometido a una operación fallida, su cuerpo rechazó una infusión de células de una donante estadounidense. Tres meses después su estrella se apagaba, pero no su causa, que se hizo viral. Para cuando la enfermedad se le llevó, la cifra de donantes de médula en España había aumentado sensiblemente. "La muerte forma parte de la vida, por eso no hay que temerla, sino amarla", dejó escrito. Le recordamos recuperando esta galería que publicó EL ESPAÑOL el 12 de marzo, con los comentarios de su hermana Esther en los pies de foto, a modo de testamento gráfico.