Este miércoles llega al Tour de Francia una de las etapas más esperadas de la edición, la más corta, quizá la más dura. El escenario: el pirineo francés entre la localidad de Bagnères-de-Luchon y el Col du Portet. Los protagonistas: la batalla por la general y una salida que formará al más puro estilo Fórmula 1.
Esa parrilla de salida es la novedad más radical. Nunca se ha hecho antes. La organización del Tour organizará a los ciclistas en cinco grupos. En el primero colocará a los 20 mejores de la clasificación general, liderada por Geraint Thomas (SKY), y en la que también se encuentran Chris Froome (SKY), Tom Dumoulin (SUN) o Romain Bardet (AG2R). En ese primer bloque habrá tres españoles: Mikel Landa (MOV), Alejandro Valverde (MOV) y Mikel Nieve (MTS); y solo Movistar —Nairo Quintana es octavo— contará con tres corredores.
Después de ese grupo, a unos metros de distancia, los otros cuatro con los 130 ciclistas que aún aguantan el ritmo de la carrera. Poco más se sabía del inicio de la etapa porque nada más aparecía en el reglamento.
Se especuló con distintas salidas dejando un intervalo fijo de tiempo entre ellas. Pero entonces, ¿cómo decidir quién ganaba la etapa? ¿El primero en cruzar la meta o el que llegara en menos tiempo? ¿Cómo medir las diferencias entre los distintos grupos para la general? ¿Pero no se trataba de una carrera normal y no de una contrarreloj?
Todas esas preguntas han hecho que la organización de la carrera haya decidido este martes dar un único pistoletazo de salida. Los ciclistas estarán separados en grupos, sí, pero entre el maillot amarillo y Lawson Craddock, el último clasificado, solo habrá 50 ó 60 metros de diferencia. "Para la foto", como se comenta en algunos sectores del ciclismo.
"No es una cuestión de marketing", defendió este martes Christian Prudhomme, director general del Tour. "Estoy convencido de que puede ser una etapa que marcará diferencias importantes en la general".
De eso último sí están convencidos los equipos. Todos miran al Col du Portet, un puerto inédito, que se ha comparado mucho con el Mont Ventoux. 16 kilómetros de ascensión con una media del 8,7% de desnivel: más largo, más duro y con más pendiente que el Alpe d'Huez.
Es el puerto señalado por todos y el único final en alto de la semana. Allí los ciclistas alcanzarán la cota más alta de este Tour de Francia: los 2215 metros de altitud. "El Portet es un gigante, un Tourmalet bis", declaró el director del Tour en la presentación del recorrido.
Ese día, esta 17º etapa del Tour también fue noticia por su longitud. Solo 65 kilómetros, que la convierten en la segunda etapa en línea más corta de la historia de la Grande Boucle, solo superada por los 19,5 kilómetros entre Luchon y Superbagnères de la 15º etapa del Tour de 1971.
Además, antes del Portet se subirán otros dos puertos: el Peyragudes (1ª, 14,9 kilómetros al 6,7%) y el Val Louron (1ª, 7,4 kilómetros al 8,3%). Entre las subidas y los descensos no hay prácticamente un metro llano. Y sin salida neutralizada, los ciclistas pueden moverse desde el primer momento. Un auténtico espectáculo.
A qué juegan los favoritos
La etapa de este miércoles será un verdadero examen para Sky. Los británicos son los mejores controlando la carrera, marcando el ritmo de subida, midiendo en las etapas largas. Pero en una salida frenética y explosiva les puede poner contra las cuerdas. Es cierto que sus dos mejores hombres —Thomas, Froome— partirán en primera línea de la parrilla de salida, sus gregarios estarán ya en el segundo bloque. Si alguno de los favoritos ataca ya en la línea de salida, como si fuera una contrarreloj, los líderes de Sky deberán decidir si les siguen el ritmo o esperan a sus gregarios. Si superan el test, solo tendrán que resistir con el amarillo tres días más: una etapa llana, una de montaña y una contrarreloj.
Al resto de los favoritos se les acaban las oportunidades. Es en esta etapa, donde nadie puede predecir nada porque nadie ha corrido nunca en una carrera así, o volver al guion que quiere Sky.
Tom Dumoulin es tercero en la general. Está a solo 11 segundos del vigente campeón y a 1 minuto 50 de Thomas. Puede esperar, pero también aprovecharse de los ataques de los que se lo tienen que jugar todo porque están a tres minutos del amarillo: Bardet, Landa y Quintana.
"Confío en tener un grandioso día, salir como un león y hacer todo lo que queríamos hacer", declaró este martes el colombiano, que, según ha confesado, la alta temperatura durante las etapas de los Alpes le pasaron factura.
Por su parte, Landa, el otro líder de Movistar, ha dicho este martes que ya se encuentra mucho mejor de sus dolores de espalda que le han lastrado la última semana: "He tenido mejores sensaciones". El alavés, que el año pasado se quedó a un solo segundo del bronce, contó en la jornada de descanso que su deseo es "luchar por el podio y una etapa". Su única oportunidad en alto será este miércoles.
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