Niko Sherazadishvili se proclamó hace unos días campeón del mundo de judo en Azerbaiyán tras vencer en la final de -90 kilos al cubano Iván Felipe Silva. Se convertía así en el primer español en la historia en hacerlo. Tras haber ganado ya la medalla de bronce en el Campeonato Europeo de este año, Niko ha situado su nombre en lo más alto del deporte nacional.
EL ESPAÑOL ha podido hablar con él tras hacer historia sobre su pasado, sus sensaciones tras conseguir la medalla de oro y cómo está viviendo los momentos tras convertirse en campeón del mundo. "No me esperaba conseguir esto. Era mi sueño, pero no pensaba en ser tan pronto campeón del mundo ya que era algo bastante difícil".
Nada más acabar la final y ganarla, su padre fue lo primero que se le vino a la mente. "Lo primero que sentí fue el poder dedicarle la medalla a mi padre ya que falleció hace un año y medio. Fue un sueño cumplido y primero pensé en él, ya que estaría mas contento que yo con la medalla. Fue gracias a mi padre como comenzó todo. Él me inculcó este deporte".
Han transcurrido ya varios días desde que el lunes 24 de septiembre Niko conquistó la medalla de oro. "Poco a poco voy asimilando lo que he hecho ya que es algo muy grande. Estaba muy centrado y no pensaba en lo que iba hacer y podía significar. Mi entrenador me decía que estaba a un paso de hacer historia y así ocurrió al final".
Una temporada muy dura, con muchos entrenamientos, por lo que el deportista español se veía con muchas posibilidades de ganar: "He demostrado durante todo el año que podía conquistar el campeonato del mundo. Estaba preparado, aunque durante el Mundial puede pasar cualquier cosa que no te haga campeón".
De origen georgiano, Niko comenta que fue muy difícil su adaptación a España y cambiar la bandera de Georgia por la de España: "Al principio me dolía cambiar la nacionalidad ya que nunca se me va a olvidar de donde vengo. Sufría por no llevar la bandera de Georgia, pero poco a poco me voy encontrando cómodo y orgulloso con España".
Cuando tenía 14 años, toda su familia emigró a España. Unos años después obtuvo la nacionalidad. Todo el proceso, de adaptación, fue muy complicado para él: "Mis padres decidieron mudarse a España para un futuro mejor para todos. Fue una adaptación un poco difícil ya que llegue a Madrid y no sabía absolutamente nada de español. Obtuve la nacionalización española años después tras un duro proceso. Sin ella no podía competir, solo entrenar, por lo que tenía que ver como competían los demás. Fue una época muy dura".
Sus grandes dotes no pasaron desapercibidos para otros países. "Cundo empece hacer resultados, otros países se fijaron en mi. Países muy avanzados y que tienen mucho dinero suelen ofrecer a gente nacionalizarse junto con un contrato. A mi Turquía me lo ofreció junto con una suma muy grande de dinero. Para mi no fue fácil cambiar la bandera de Georgia por la de España y tampoco sería fácil hacerlo con la de España".
Hay gente que le critica simplemente por el hecho de no haber nacido español y conquistar títulos bajo la bandera española: "Hagas lo que hagas siempre va haber criticas, por lo que no les tengo nada que decir. He crecido en España, me han ofrecido la nacionalidad y la he aceptado. Hay gente que no sabe lo que he vivido, lo que he pasado y sufrido. Solo ven un apellido y te critican".
Agradecido eternamente a España, solo tiene palabras de agradecimiento: "Me ha aportado mucho. Los años más importantes de mi vida los he pasado aquí. Como ya he dicho, fue una decisión muy difícil. Georgia y España para mi son mis dos países. A pesar de ello, creo que con Georgia no hubiese podido conseguir lo que he hecho".
No todos llegan a la cima en el judo. Niko explica por qué puede pasar eso. "Una de las cosas más importantes en este deporte es tener cabeza. Esto puede ser una gran diferencia entre alguien que pierde o gana algo. Hay que tener mucha constancia, motivación y tranquilidad y ser lo más completo y profesional posible, tanto en los entrenamientos como en la nutrición y el descanso. Y hay que saber que a medida que llega la competición, hay que entrenar un poco menos para llegar más descansado a la cita clave".
Ha llegado a la cima, pero no por eso va a cambiar. Es más, va a tener que trabajar más aún si cabe: "No es fácil llegar a donde estoy, pero más difícil es mantenerse. Hay que trabajar más y tendré que seguir mejorando si quiero ganar y llegar bien para conquistar mi siguiente sueño: Tokio 2020".
Niko espera que su reciente éxito ayude al judo. "Estoy seguro de que van a salir ahora nuevas promesas. Hacía falta una medalla. Hay nivel y va a venir bien a los jóvenes. Si yo lo he conseguido, ellos pueden. Además, esto ayudará más a la federación para tener más presupuesto", sentencia.