La carrera de Jesé Rodríguez en tierras portuguesas podría estar muy cerca de llegar a su fin. Los rumores de que el exmadridista podría ser devuelto al PSG por su club actual, el Sporting de Portugal, no paran de crecer. La realidad es que el conjunto lisboeta ha vivido un inicio de temporada muy turbio. Dos cambios de entrenador y malos resultados han creado un ambiente que no es el más ideal para un jugador que quiere volver a encontrarse.
Acumula poco más de 200 minutos en los seis partidos que el equipo portugués ha disputado desde su llegada en el último día de mercado. No lleva ningún gol ni ninguna asistencia y sus actuaciones sobre el campo están muy lejos de tener un brillo especial. Además, si le devuelven a París, no podría jugar en otro equipo, ya que la FIFA no permite que un jugador dispute competiciones oficiales con tres conjuntos distintos (llegó a jugar un minuto con el PSG). Lo que supondría el ostracismo para una carrera que lo prometía todo.
Liderazgo en el Castilla
Tras deslumbrar en las categorías inferiores del Real Madrid y llamar la atención de todos los madridistas en el juvenil, Jesé subió al Castilla de la mano de Toril para jugar varios partidos en Segunda B y también convenció a Mourinho para debutar con el primer equipo. Un 13 de diciembre de 2011, el canario marcaría la casaca blanca con su nombre por primera vez en Copa del Rey ante la Ponferradina. Lo llamativo fue que entró al campo por el jugador al que idolatraba, Cristiano Ronaldo.
En la siguiente temporada se convirtió en el líder de uno de los mejores Real Madrid Castilla que se recuerda. Junto a Casemiro, Nacho, Lucas Vázquez y Morata, llevó al equipo a mantenerse en Segunda División con 22 goles y 12 asistencias. Unos registros que nunca llegaría a igualar y que marcaban el extraordinario nivel de la promesa que acababa de emerger.
El ocaso en una lesión
Ancelotti decidió, tras esa extraordinaria temporada, darle la oportunidad de estar en el primer equipo de forma permanente. Algo que hizo que el canario fuera de menos a más. Tras una primera parte del curso en el que solo contaba para el técnico desde el banquillo, empezaron a llegar las titularidades con el nuevo año. Antes ya se había estrenado como goleador en Liga en el Camp Nou.
Pero la carrera de Jesé iba a encontrar su punto más negro en una noche europea en el Santiago Bernabéu. Sead Kolasinac entraba con violencia al canario a los ocho minutos de juego y el ligamento cruzado de su pierna derecha se quedaría para siempre allí. Era su primera titularidad en Champions y la ilusión de una carrera más que trepidante se fugaría en ese instante, ya que después no volvería a ser el mismo.
El Jesé más extravagante
La vida de Jesé también comenzaba a coger tintes estrella y su afición como cantante de reggaeton salió a la luz. Con varios singles y un par de colaboraciones con artistas de talla mundial como Henry Mendez o Ozuna, 'Jey M', el nombre artístico del delantero canario, abría un nuevo horizonte en su carrera que no dejó indiferente a nadie.
Dentro de su vida extradeportiva también destacan sus problemas maritales. La relación con Aurah Ruiz fue un huracán de problemas para el exmadridista. Juicios, confidencias en la prensa rosa... Una situación que sitúo a Jesé en el punto de mira de muchos críticos. Empezaba a pesar más su vida privada que sus actuaciones sobre el césped.
Y la estrella comenzó a apagarse
Tras superar la lesión, solo pudo sumar 645 minutos en 23 partidos en la siguiente temporada. Pero no se había perdido aún la esperanza. En la 2015/2016 conseguiría su segunda Champions teniendo más participación en el equipo. Aún así, sobre el campo no daba las mismas sensaciones con las que dos temporadas atrás había conquistado al mundo. El fin de su trayectoria en el Madrid parecía muy cerca.
La siguiente campaña el PSG pagó 25 millones con el objetivo de darle la confianza que había parecido perder bajo los focos del Santiago Bernabéu. Pero en realidad no consiguió volver a tener ese desequilibrio y ese olfato goleador que prometía. En esa primera temporada llegaría su primera cesión a Las Palmas con solo 3 goles en 16 partidos. Después probaría suerte en Inglaterra, en el Stoke City, y volvería a España de la mano del Betis, acumulando tres goles y dos asistencias en esas dos temporadas.
Atrás quedaron los motes como "El Bichito", las fantasías con ser el jugador más desequilibrante de la Selección y el sueño de entrar en la historia del Real Madrid. Para la retina siempre quedará la promesa de la perla de La Fábrica que formó parte de la época más gloriosa de los blancos en este siglo.
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