El largo tiempo de confinamiento ha sido aprovechado por los eSports para meterse en la casa de todo hijo de vecino. Ahora no se vibra con partidos de fútbol, sino del FIFA o del PES. Los mates no se hacen en el Staples Center, sino en la cancha del NBA 2k. Incluso este domingo hemos asistido al primer Tour de Flandes virtual con la presencia de 14 ciclistas profesionales.
A falta de deportes tradicionales, todos nos lanzamos al consumo masivo de los electrónicos. Incluso los propios futbolistas o jugadores de baloncesto se han convertido en los mejores embajadores de unos eSports que podrían pelear a medio plazo la corona del fútbol como deporte rey.
El sector de los eSports también está sufriendo los efectos de esta crisis sanitaria y económica, pero mucho menos que otros. Además, esta cuarentena ha servido para dar a conocer el mundo de los videojuegos a muchos que antes confundían Twitch con Twitter o que pensaban que LoL era una interjección.
Los deportes electrónicos ya llenan estadios, acumulan millones de reproducciones y los estudios indican que seguirán en auge a pesar de la crisis que viene. La única incertidumbre es saber cuántos seguidores de los ganados durante la cuarentena seguirán consumiendo este contenido cuando todo vuelva a la normalidad.
Con la inmensa mayoría de fans menores de 25 años, ahora los eSports atacan al público de hasta 40 años. Dependiendo del éxito que tenga ahí, su reinado puede ser incontestable en un espacio relativamente corto de tiempo. Y ya no hablamos de los millones que mueven en la actualidad, sino que el dinero que generen sea superior al de los grandes deportes como el fútbol o el baloncesto.
Los eSports habían llegado para quedarse, pero ahora, y en las circunstancias actuales, amenazan con un cambio en la hegemonía del sector del ocio y del entretenimiento. Los deportes electrónicos se han hecho mayores y los videojuegos ya no son una cosa de niños.