El Premio Princesa de Asturias de los Deportes ha ido a parar a la Fundación y el Equipo Olímpico de Refugiados del COI. Un galardón muy emotivo, ya que premia una serie de valores dentro del deporte, así como la ayuda a los más desfavorecidos a los que se ha buscado dar una oportunidad con la creación de esas dos asociaciones.
Thomas Bach, como presidente del Comité Olímpico Internacional, acudió a recoger el premio de manos de la Princesa de Asturias, Leonor de Borbón y Ortiz. Junto a él, también acudieron a la gala acompañado por el boxeador venezolano Eldric Sella Rodríguez y la ciclista afgana Masomah Ali Zada.
Los dos participaron en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Ambos lo hicieron en el equipo Equipo Olímpico de Refugiados. Por lo tanto, ellos son el reflejo de la oportunidad a la que pueden aspirar aquellos atletas que luchan por participar en las grandes citas gracias a la integración promovida por el COI.
"Debido a la reacción de los gobiernos tuvimos que tomar estas medidas de protección para poder garantizar la integridad de las competiciones internacionales, porque han de ser justas, y esto significa que las autoridades deportivas tienen que poder decidir quién está clasificado para participar en una competición", fueron las palabras de Bach antes de la gala.
Oportunidad de competir
Eldric Sella Rodríguez, boxeador que participó en la última cita olímpica gracias al equipo de refugiados, también quiso recalcar el gran mérito que tiene esta iniciativa del COI. Aseguró que se está haciendo un "buen" impacto y que ha tenido un impacto muy positivo en el mundo del deporte.
"Esto nos motiva para seguir preparándonos y dar los mejor de nosotros para el ciclo olímpico que finaliza en 2024, así como seguir impactando en más personas. El Equipo Olímpico de Refugiados me dio la oportunidad de competir en Tokio y ahora me permite intentar ganarme un puesto para hacerlo en París", recalcó.
Él consiguió una oportunidad que no habría logrado en su país de origen, Venezuela, debido a los problemas que atraviesa el territorio sudamericano. El mismo problema que Masomah Ali Zada, que debido a las durísimas restricciones de Afganistán con las mujeres tampoco habría podido acudir a Tokio.
La deportista ha señalado que quiere ser un altavoz para todas aquellas chicas afganas que busquen progresar en el mundo del deporte. Además, señaló que el Equipo Olímpico de Refugiados y su programa mostraron el "derecho" de las mujeres a poder montar en bicicleta, su modalidad. También quiso lanzar "un mensaje de esperanza" a todos los refugiados del mundo, centrando su mensaje en los niños de manera especial. Ha recalcado también la importancia de el proyecto "pueda seguir adelante" gracias a la contribución del Premio Princesa de Asturias.