Guillermo Pelegrín es imparable. Se define a sí mismo como extrovertido, luchador y resilente. En sus redes se describe como "tu ciego de confianza". Su especialidad es la escalada, pero practica todo tipo de deportes de alto riesgo como el esquí, la hípica o el surf. Como él dice: "Soy un culo inquieto y estar sentado no es lo mío".
A los 3 años de edad le diagnosticaron un problema visual genético, que derivó en una ceguera degenerativa. Ahora solo posee menos de un 2% de visión. Su abuelo también era ciego, por lo que desde el principio Guille, como lo llaman su familia y amigos, aprendió a leer en tinta y en braille.
Con solo 20 años, su manera de desenvolverse y enfrentarse al mundo siempre con una sonrisa y con el humor en la mochila, es admirable. Desde pequeño sabía que el deporte era lo suyo, y ser ciego no iba a impedirle escalar.
Toda la vida ha practicado deporte porque es su pasión, no para superarse. Es uno más y a través de su trabajo, sus redes, charlas que ofrece... quiere transmitir al mundo que las personas con discapacidad quieren y pueden llevar vidas autónomas e independientes.
Desde los 16 años ha competido a nivel nacional e internacional, y ha representado a España en paraescalada en múltiples ocasiones alrededor de todo el mundo. Ha escalado hasta 23 metros en rocódromo y 500 metros en montaña. Entre sus logros cabe destacar la medalla de bronce en el Campeonato del Mundo de Suiza 2023, 2 platas en 2 de las 3 Copas del Cundo 2023 y su primer puesto en el Campeonato de España de 2023.
¿Cómo te iniciaste en el mundo de la escalada? ¿Fue por tu padre?
Sí, justo. Supongo que me viene de familia. Mi padre siempre iba a escalar y cuando a mí me detectaron la discapacidad visual, él se quedó un poco en 'shock'. Decidió que esta actividad quería compartirla con su hijo, y se puso a investigar. Encontró el grupo de montaña de la ONCE. Se unió como guía para aprender a cómo ayudarme y poco a poco me involucré en la escalada. Desde entonces compartimos una afición, y me encanta salir a escalar con mi padre.
¿Cómo fue el proceso de empezar a entrenar en la escalada?
Primero entrenaba solo en un grupo de entrenamiento, en el rocódromo Sputnik de Las Rozas de Madrid. Tenía que saber qué técnicas utilizar para saber cómo escalar sin ver. Más tarde, en el mismo lugar me uní a un grupo de chavales sin discapacidad e intentaba hacer lo mismo que ellos.
Yo era el único con discapacidad en el grupo y teníamos miedo de cómo sería integrarme, pero mis amigos me apoyaron mucho y hasta se peleaban por guiarme (ríe). Yo les decía: "pero si mañana voy a seguir siendo ciego, ya os tocará guiarme".
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¿Cómo te manejas para subir por la pared?
Siempre llevo un guía. Antonio Curiel lleva siendo mi guía y entrenador desde que empecé.
Para guiarme por la pared utilizamos dos métodos, dependiendo del estilo que utilicemos: uno para búlder, sin cuerda, y otro para vía, con cuerda. Para búlder, ponemos una colchoneta debajo, y van dando con un bastón en la zona que esta la manilla para sujetarme y yo con las referencias sonoras lo ubico. Y luego para vía, que vas con cuerda, ya sí que son muchos metros y no podemos ir dándole con el bastón, porque no tenemos palos de 20 m. Ahí llevamos un intercomunicador, y utilizamos el sistema de las horas, tipo de agarre técnico de escalada y las distancias (corta, media, larga) para saber dónde agarrarme. Por ejemplo: "a las tres, distancia larga y agarre cazo".
¿Qué modalidades de escalada existen y en cuáles compites tú?
Hay velocidad, bloque y dificultad. Yo compito principalmente en dificultad, donde se trata de ver quién llega más arriba.
¿Qué sientes mientras vas subiendo? ¿Existe el vértigo para ti?
Vértigo no, porque claro, no veo nada. (Risas). A ver, sí que lo sientes un poco. Por ejemplo, en el rocódromo no son tantos metros y no te da tiempo a tener vértigo, pero en roca sí. Sabes que subes porque antes escuchabas los coches y ahora ya no los escuchas.
Cuando acabo una prueba en rocódromo, no tengo ni idea de lo que he subido. Eso me suele preocupar, porque cuando acabas la competición te bajan súper rápido y no sabes si te has caído al inicio o al final. Yo a lo mejor me caigo pensando que he hecho una mala competición, y luego llego junto a mi entrenador y me dice" si solo te quedaban dos para acabar, lo has hecho muy bien".
¿Cómo gestionas la presión en las competiciones?
Mal, la verdad que muy mal. Estoy yendo al psicólogo por eso, para aprender a gestionar las presiones y los nervios. Trabajo en centrarme en objetivos que dependan de mí, en lugar de preocuparme por lo que hacen los demás.
Aunque yo parezca muy tranquilo, antes de las competiciones soy un flan. (Risas). No sé por qué me presiono tanto. Muchas veces pienso, ¿qué pesarán mis padres si lo hago mal en una competición? Cuando en casa siempre he tenido muchísimo apoyo y me han animado. Mis padres son los primeros que me dicen: "Guille, como si quedas el último, estamos igual de orgullosos". Entonces, esas presiones no existen, me las pongo yo solo, y por eso estoy trabajando en ello.
¿Cuáles son tus planes de futuro a corto plazo?
R: Por el momento me gustaría seguir escalando y dando lo máximo. En términos de competiciones, primero vamos a ir con la Selección Española de Paraescalada a Utah, y luego a Arroyomolinos. Es un cambio intenso porque tenemos Copa del Mundo y luego Copa de España. También iremos a Austria, que es Copa del Mundo, Suiza, que es campeonato de Europa, Italia, que es Copa del Mundo también, y por último tenemos dos Copas de España, una en Cataluña y otra en Mallorca, y campeonatos de Madrid.
¿Entre tus objetivos entran las Paralimpiadas de Los Ángeles 2028?
Pues a ver, sería un sueño. Representar a mi país en unos Juegos Paralímpicos no se hace todos los días. Lo que pasa es que no sabemos aún si se van a meter la paraescalada en Los Ángeles. Está la escalada, pero no la paraescalada. Entonces, como experiencia sería alucinante, pero pueden pasar tantas cosas hasta que llegue la fecha que prefiero no presionarme.
¿Y cómo te sientes ahora mismo para Utah? ¿Estás en buena forma?
Yo creo que es el año que más fuerte me noto. Pero bueno, en el deporte nunca se sabe. A mí Utah me trae muy buenos recuerdos, porque las dos veces que he estado allí he ganado la plata. Aunque eso también me produce nervios, por las altas expectativas que hay en mí.
¿Apuestas todo a la escalada? ¿Crees que puedes vivir de ello?
La escalada no va a ser mi fuente de ingresos. Lo tengo claro. Si ya de por sí cuesta vivir de un deporte sin discapacidad, pues con discapacidad mucho más porque se destina mucho menos dinero.
Por eso estoy estudiando trabajo social en la Universidad Complutense, en Somosaguas. Me gustaría combinar integración social con deporte. Por ejemplo, la escalada como herramienta de integración social en colectivos que están excluidos.
¿Crees que ha crecido la afición por la escalada en España?
El auge de la escalada en España es, sin duda, espectacular. Creo que hay varios factores que han contribuido a esto. Por un lado, el éxito de Alberto Ginés en las Olimpiadas de Tokio 2020, donde ganó la medalla de oro, y por otro la tendencia hacia un estilo de vida más activo y conectado con la naturaleza, especialmente después del confinamiento.
¿Existe una integración real de la paraescalada en España?
Más o menos, pero es sigue siendo necesario aumentar más el apoyo a la paraescalada. Tiene que haber más instalaciones accesibles, y se debe promover una mayor inclusión dentro de la comunidad de escaladores. Podrían hacerse más campañas de concienciación, mejoras en la accesibilidad y fomentar un ambiente respetuoso para todos los escaladores, independientemente de sus habilidades o limitaciones físicas. Concienciar de que la paraescalada existe realmente como deporte, y que se respete.
Para cerrar, ¿qué consejo les darías a quienes enfrentan desafíos similares a los tuyos?
R: Yo les diría que si quieren, aunque tengan cualquier tipo de discapacidad, que luchen por ello. Los límites nos los ponemos nosotros, nadie nos puede decir hasta donde podemos subir, nunca mejor dicho en la escalada.
Si el deporte que les gusta es concretamente la escalada, que nos escriban a cualquiera de los de paraescalada que estaremos encantados de ayudar. Por ejemplo, en las competiciones hacemos tan buen grupo los de mi club que siempre nos dicen que tenemos un rollazo. Somo pocos, pero estamos muy unidos y nos lo pasamos genial. La escalada es un deporte autónomo y accesible, y animo a todos a unirse a nuestra comunidad.