Los deportistas de élite siempre han sido un caramelo muy goloso para las marcas. Son los ídolos de millones de personas y lograr tenerlos como imagen puede ser muy beneficioso para las empresas. Pero también ha sido siempre el sueño de los propios deportistas. Seguramente, todos ellos ambicionaban de niños con ser la cabeza de cartel de multinacionales como Nike o Adidas.

Durante muchos años, estas marcas han compartido un duopolio por vestir a las mayores estrellas del deporte mundial. Nadie les tosía y se metía en su terreno, pero esta tendencia ha ido cambiando en los últimos años.

No hay espacio para todos. Ser la imagen principal de Adidas o Nike quedaba relegado a las figuras de, por ejemplo, nombres de la talla de Cristiano Ronaldo o Leo Messi. Esto ha obligado a otros atletas a buscar alternativas y firmar contratos de patrocinio con marcas con algo menos de renombres. 

Es así como en los tiempos recientes empresas como Puma, Under Armour, New Balance o Kipsta se han empezado a hacer un hueco en la primerísima élite. Especialmente en el fútbol, donde el calzado que llevan los futbolistas nunca suele pasar desapercibido.  

Apuesta por el cambio

Uno de los primeros jugadores en dar carpetazo a Nike o Adidas fue Neymar Jr. Seguramente uno de los futbolistas con mayor marketing de la historia y que en 2020 dejó la marca estadounidense para ser la imagen de Puma.

El brasileño firmó un contrato jamás visto por un montante de 25 millones de euros por temporada. Dejó la marca que le patrocinaba desde que era un niño en el Santos para unirse al club de Luis Suárez o Antoine Griezmann.

Precisamente el francés ha sido protagonista en las últimas semanas de un cambio de patrocinio. Ahora mismo, Griezmann luce sobre los terrenos de juego unas botas negras de Kipsta, marca especializada en fútbol dentro de Decathlon.

La marca gala parece empeñada en introducirse cada vez más en el deporte de élite y lo están consiguiendo. Son el balón oficial de la Europa League y de la Conference League, además de tener a varios de los mejores jugadores de fútbol sala, pádel o incluso tenis, con Gaël Monfils.

Pero estos no son los únicos futbolistas que han decidido optar por empresas menos prestigiosas que Nike o Adidas. Sergio Ramos es desde 2022 embajador de la marca japonés Mizuno, Harry Kane firmó en 2023 un acuerdo con Skechers, Endrick es imagen de New Balance... Y muchos ejemplos más. 

Más allá del fútbol

Nike y Adidas no solo han dominado en el fútbol. Han sido referencia en todas las disciplinas. Carlos Alcaraz, LeBron James o Tiger Woods son algunos de los deportistas más celebres, pero hay muchos otros que se han decantado por otras empresas inéditas en el fútbol.

Un ejemplo es Novak Djokovic. El tenista más laureado de la historia abandonó Adidas en 2010 y firmó por Sergio Tachinni, después se marchó a UNIQLO en 2012 y firmó con Lacoste en 2017 un contrato hasta 2025, marca que lo acompaña en la actualidad. En cuanto a calzado, es Asics la compañía que le patrocina tras su desvinculación con Adidas en 2018. Algo parecido ocurrió con Roger Federer. El suizo fue imagen de Nike, pero en 2018 cambió a UNIQLO a cambio de un contrato de 300 millones de dólares por 10 años. 

La gimnasta Simone Biles, un icono mundial, también abandonó Nike y fichó en 2021 por la marca Athleta. "Sentí que no se trataba solo de mis logros, era lo que representaba y cómo me iban a ayudar a usar mi voz y también a ser una voz autorizada para mujeres y niños", dijo.

En el baloncesto, la mayor figura que no porta Nike o Adidas es Stephen Curry. El máximo triplista de la historia de la NBA inició su carrera con la marca norteamericana, pero una errata en su nombre (Stephon), unido a una oferta de Under Armour de 2,5 millones, provocó que el base de los Warriors diera un vuelco a su imagen.