Felipe Reyes empezó a labrarse un futuro con buenos mimbres en la Mafia baloncestística desde su ingreso en la élite. Tuvo un buen maestro en la figura de Carlos Jiménez, su particular 'Don' durante la etapa del cordobés en Estudiantes. Ahora, el hermano pequeño pero irreverente de Alfonso ha igualado los partidos en la ACB de su otrora capitán (641) y, lo más importante, su trascendencia en la cancha. Tenerife sufrió el último ataque de cólera del 'Padrino' del Real Madrid (112-89), una condición de la que Reyes lleva gozando prácticamente desde que cruzó la capital en dirección a Concha Espina.
Su físico apenas muestra desgaste aun con 35 años, cuenta con un buen salario gracias a sus aptitudes baloncestísticas y, además, es un hombre generoso con los suyos. Fuera de las canchas, con su familia. Dentro de ellas, con sus compañeros de equipo. En Estudiantes, Reyes fue ídolo imperecedero de la Demencia hasta que decidió cambiar de bando. En las filas del “enemigo” blanco, también se ganó al respetable desde el minuto uno. Su sacrificio por la familia elegida en las pistas, encomiable partido tras partido, le hizo merecedor de la capitanía madridista. Los galones que porta se renuevan día tras día, más con actuaciones tan resolutivas como la de este domingo.
Felipe sabe comportarse como un gladiador, pero también como el 'Don' del Real Madrid. Se arremanga cuando hay trabajo sucio pendiente en el apartado defensivo, sobre todo en el rebote. Los tableros sacan lo mejor de él, tanto en movimientos ofensivos como en capacidad de salto y anticipación. Sin embargo, Reyes no duda en eliminar al rival de turno personalmente si la ocasión lo merece y el tiempo apremia. Entonces, los focos se centran en él, deja de ser Kirk Douglas y pasa a dominar la escena como si de Marlon Brando se tratase. El momento más oportuno para que el Reyes 'Corleone' saliese a relucir más que el Reyes 'Espartaco' fue en el segundo cuarto ante Tenerife.
Los isleños no querían ser otro Estrella Roja destrozado por las fauces del campeón hambriento de victorias y de plena recuperación. Les gustaba más el ejemplo del Valencia aguerrido, competitivo y descarado que asaltó el Palacio de los Deportes madrileño en la apertura liguera. Por eso, no cejaron en su empeño de triunfar. Les dio igual que la familia que tenían enfrente fuese una de las que menos dudan a la hora de apretar el gatillo si las cosas se ponen difíciles. Alejandro Martínez no tiene miedo a arriesgar y le infunde esa confianza en sí mismo a sus hombres, que intentan no perder la cara vengan lo mal dadas que vengan. Por algo ganaron al Madrid hace varias temporadas.
Hanley y Carter sirvieron de avanzadilla para poner a prueba la resistencia del Madrid en el transcurrir hacia los 20 minutos de partido. La igualdad aparecía en el horizonte tras un primer acto donde los locales habían mostrado todas sus armas, pero no tardó en irse por donde había venido. Así lo quiso Reyes, que hizo una oferta irrechazable a sus compañeros. “Surtidme de balones y yo os daré la gloria”, pareció exigirles de forma telepática. Dicho y hecho: 21 puntos (9/11 en tiros de dos) y partido sentenciado antes del descanso. Casi todo por obra y gracia del 'capo' andaluz, tan pronto tirador desde media distancia como 'palomero' al contragolpe o finalizador bajo los aros.
El resto de integrantes de la familia madridista cada vez están más concienciados con la causa que predica Felipe. Incluso los nuevos sicarios, como Luka Doncic, Willy Hernángomez, Trey Thompkins o el debutante Jeff Taylor, parecen ya curtidos en el arte de matar sobre la cancha. Los ya hace tiempo ascendidos al rango de capitán, como son Rudy, Llull o Carroll, también parecen mantener en vigor su capacidad de aniquilación. Así, las balas madridistas empiezan a superar los corazones de los rivales con la contundencia de antaño, logrando la mejor anotación de los últimos siete años. 'Don' Reyes debe sentirse orgulloso de sus nuevos congéneres. Aun recién llegados, ya son de los suyos.
Ficha técnica:
112 - Real Madrid (26+28+29+29): Llull (6), Carroll (12), Fernández (12), Ayón (6) y Thompkins (15) -cinco inicial-, Nocioni (3), Doncic (7), Maciulis (4), Reyes (21), Rodríguez (5), Hernangómez (12) y Taylor (9)
89 - Iberostar Tenerife (18+22+23+26): White (4), Richotti (13), Beirán (7), Abromaitis (8) y Sekulic (12) -quinteto inicial-, Carter (9), Hanley (14), O Leary (3), Rey (7) y San Miguel (12).
Árbitros: Peruga, Araña y Caballero. Sin eliminados.
Incidencias. Partido de la tercera jornada de la Liga Endesa disputado en el Barclaycard Center ante 8.851 espectadores.