El baloncesto, parafraseando a Gary Lineker, es un deporte donde juegan cinco contra cinco y (casi) siempre gana Zeljko Obradovic. Experto en levantar títulos y partidos imposibles, el técnico serbio volvió a poner en liza su condición de entrenador más laureado de la Euroliga ante un viejo conocido: el Real Madrid. El equipo que un día fue suyo, en el que levantó su tercer entorchado continental y donde dirigió a un Pablo Laso que este viernes le observaba, con envidia sana, en el banquillo visitante. El alumno había superado al maestro durante sus últimos enfrentamientos, pero esta vez no fue así. El baloncesto control de Obradovic se impuso al más libertino de Laso en un partido marcado inexorablemente por los triples (77-66).
La empresa no era sencilla para los turcos, pero la llevaron a buen puerto tirando de la crisis del Madrid desde el perímetro, marcada por un escaso 23% de acierto (6/26 en la línea de tres). Aupados por la desgracia blanca en el tiro, los locales nunca perdieron la serenidad, mostrándose sólidos en su liderazgo. Y, a pesar de todo, el Madrid buscó hacer buena la táctica del conejo durante todo el partido. Amagó con sacar la casta a pasear en cada ocasión de la que dispuso, haciéndose fuerte a partir de los rebotes, que sí estuvieron de su parte (37 por 28 de los otomanos).
Sin embargo, los turcos apretaron los dientes hasta límites insospechados en defensa cuando la zozobra asomó por su pabellón. El muro otomano fue acompañado precisamente del acierto exterior del que careció el rival, siempre clave para acabar con toda incomodidad que se precie. Daba igual que Felipe Reyes se hiciese con cada rebote posible o que Jaycee Carroll castigase el perímetro del Fenerbahce desde el 6,75 (alcanzando los 1.000 puntos en Euroliga, por cierto). Una canasta interior de Ekpe Udoh o una respuesta exterior por parte de Luigi Datome o Bogdan Bogdanovic volvían a poner las cosas en su sitio para los de casa.
Y si los titulares no respondían, ahí andaba Bobby Dixon (Ali Muhammed para los amigos turcos) dispuesto a llevar en volandas a su equipo saliendo desde el banquillo. O Jan Vesely, irregular pero resolutivo a la vez. A pesar de que las faltas lastraron su aportación, el interior checo se hizo fuerte bajo tableros cada vez que el balón quemó. No le importó fajarse con sus pares blancos ni para anotar ni para rebotear, arremangándose cuando se le requirió. Lo mismo hicieron sus compañeros de zona, desquiciando a un Trey Thompkins que volvió a dejar constancia de sus lagunas defensivas.
En general, todo el Madrid acabó desnortado no sólo por el poderío interior del Fenerbahçe a la hora de la verdad, sino por la presión que ejercieron los de Obradovic atrás. Aunque los pupilos de Laso buscaron enmendar su mala racha desde el triple, apenas alcanzaron una leve mejoría. La soledad no les acompañó desde el perímetro, siempre poblado de jugadores turcos dispuestos a provocar el fallo ajeno. Los dobles marcajes aparecieron para generar dudas en los visitantes y lo lograron casi siempre. Llull y Rudy nunca se sintieron del todo cómodos tirando, mientras que Sergio Rodríguez lo intentó con algo más de éxito, pero en vano.
Más sufrió en silencio Felipe Reyes en la pintura. El capitán del Real Madrid volvió a mostrarse inconmesurable, peleando cada balón como si le fuese la vida, tanto de su equipo como la suya propia, en ello. No cejó en su empeño de victoria hasta la bocina final, destacando una vez más por encima del resto (15 puntos). Gustavo Ayón también dio vigencia a su buen comienzo de temporada, pero de nada sirvió. El conejo madridista se quedó sin fuerzas para seguir el ritmo de la liebre turca, feliz en su hábitat cercano o superior a los 10 puntos de diferencia. Al menos, el hambre del Madrid seguirá intacta tras este tropiezo. Una derrota, y más ante un rival potente e incómodo, siempre tiene mucho que enseñar. Más si cabe cuando todo parece ya sabido.
Ficha técnica:
77 - Fenerbahce (20+19+24+14): Sloukas (6), Bogdanovic (12), Kalinic (4), Udoh (15) y Vesely (8) -quinteto inicial-, Dixon (6), Datome (15), Antic (4) y Hersek (7).
66 - Real Madrid (18+14+24+10): Llull (5), Rudy Fernández (9), Maciulis (5), Nocioni (5) y Ayón (8) -cinco titular-, Rodríguez (8), Reyes (15), Thompkins (4), Carroll (5), Taylor (-) y Hérnangomez (2).
Árbitros: Lamonica (ITA), Jovcic (SER) y Herceg (CRO). Sin eliminados.
Incidencias: Partido de la tercera jornada del Grupo A de la Euroliga disputado en el Ulker Sports Arena de Estambul ante 12.886 espectadores.