A Xavi Rabaseda (Ripoll, Girona, 1989) sólo le llaman bien por su nombre los amigos y la gente del pueblo. Los chicos andaluces de La Masía le nombraban 'Xavi' y así se quedó. No le gusta “Star Wars”, pero quiere ir al cine a ver “El Renacido”, la película por la que quizá Leonardo DiCaprio consiga (por fin) el Oscar. Y como buen seriéfilo, espera el estreno de la nueva temporada de “Juego de Tronos” mientras degusta “Vikings” y “Fargo”.
Junto a Oriol Paulí, ha convertido a Justin Bieber en el ídolo musical del vestuario del Gran Canaria. Además, estudia Administración y Dirección de Empresas a distancia en sus ratos libres. Esos en los que también disfruta tomando algo en el Paseo de Las Canteras, mientras observa el mar de Las Palmas en el horizonte. Que quede recalcado, en pantalón y manga corta.
Aun con mal tiempo, el alero seguirá teniendo buena cara en estas fechas. Su equipo llega a la Copa pletórico y, aunque el rival, Valencia Basket, es digno de susto este jueves (21:30, Canal+ Deportes y Yomvi), Rabaseda desprende optimismo. Con más de 25.000 kilómetros a cuestas en este 2016, el clima frío y lluvioso de La Coruña no va a ser un problema. Ni mucho menos.
Valencia Basket llega a la Copa habiendo sumado ya varias derrotas. ¿Es el mejor momento para tratar de sorprenderles?
Eso parece. Hace quince días parecía imposible ganarles y últimamente han perdido contra el Baskonia, que viene de ganar a todos los grandes, y han sido irregulares en la Eurocup, donde han quedado eliminados. Es un momento idóneo para nosotros, que llegamos en una buena racha, y a lo mejor es el peor de lo que va de temporada para ellos.
Será un duelo especial, ya que Pedro Martínez entrenó al Gran Canaria durante ocho temporadas. ¿Qué le han contado los supervivientes de aquella época sobre él?
Fueron años muy buenos para el club, que logró los mejores resultados de su historia. Es un entrenador muy exigente y con una filosofía muy clara. Se ha hecho valer, demostrando en Valencia que puede ser un técnico para los equipos de arriba.
Hablando de exigencia, ustedes tienen a Aíto en la banda. ¿Es el técnico más duro con el que ha trabajado durante su carrera?
Dusko Ivanovic se lleva la palma, sobre todo físicamente. Aíto te enseña muchas cosas en muy poco tiempo y te hace incidir mucho en los detalles, en saber leer y jugar. El suyo es un sistema muy distinto al que yo había jugado hasta ahora y quizá sí es el entrenador más diferente con respecto a los que había tenido antes.
¿Un Valencia, un Baskonia o quizá un Gran Canaria podrían arrebatarle el título copero a los grandes este fin de semana?
Se lleva diciendo muchos años que Barça y Madrid están intratables, repartiéndose la liga. No obstante, una vez llegó el Baskonia sin ser protagonista ni favorito y se la llevó. Parece que ha llegado una época de ese estilo otra vez: el Valencia es líder con una sola derrota, el Barça tiene dos, el Madrid y el Baskonia cuatro… Estos equipos están muy fuertes y, quitando el Baskonia, los demás sólo han perdido contra ellos mismos. Son rivales muy duros a los que cuesta poner en dificultades, pero siempre hay algún partido en el que no estás tan bien y ése es el momento que hay que aprovechar.
Su referente hasta ahora es Alen Omic. ¿Qué le está pareciendo la temporada del interior esloveno?
La verdad es que no le conocía. Empecé a seguirle cuando supe que le fichábamos y enseguida vi que, con pocos minutos, sería capaz de hacer muchas cosas en la pista. Lo está demostrando y creciendo cada día.
¿Cómo diría que está siendo la aclimatación a su nuevo equipo?
Estoy muy contento de estar aquí. Creo que estamos haciendo una gran temporada, quitando la Supercopa y la derrota en casa contra el Barça, mis dos espinitas clavadas. Personalmente, me encuentro muy bien y aprendo mucho cada día, si bien es cierto que no estoy jugando como lo hice el año pasado. También es verdad que el equipo y la estructura son diferentes, así que estoy intentando aportar al máximo y ayudar a conseguir victorias.
¿Pensaba que iba a tener un protagonismo mayor del que ha logrado hasta la fecha?
No, no venía con una idea premeditada, sino a trabajar y a buscar un sitio en una plantilla larga. Hay mucha rivalidad y gente en todas las posiciones con la que tienes que competir para hacerte un hueco.
Usted conoce bien a Kyle Kuric y ha vivido de cerca su enfermedad. ¿Ha sido muy difícil abstraerse de esta situación y mantenerse concentrados durante su baja?
Fue un golpe muy duro. Nunca te esperas una situación de este estilo, y menos que te toque tan de cerca y que hubiese complicaciones tras su primera operación. Aunque el equipo supo estar unido e intentó abstraerse, lógicamente todos somos humanos y sensibles. Cosas así siempre tienen alguna repercusión en tu forma de ser y de actuar y en tu día a día. Ahora estamos muy contentos de verle así de feliz y de recuperado, con esas ganas que tiene de comerse el mundo, de volver a jugar con nosotros y de ayudar. Damos gracias a Dios porque esté bien y que no tengamos que pensar más en lo que pasó.
¿Qué pérdida ha escocido más en el equipo estos meses: la del deportista o la de la persona?
La de la persona, por supuesto. Habiendo sido padre hace dos-tres meses, lo más importante para nosotros era que Kyle pudiera volver a Gran Canaria para vivir la vida que había empezado con su familia.
¿El caso de Kuric les ha servido para darse cuenta de lo importante que es aprovechar cada minuto y experiencia sobre la cancha?
Relativizas las cosas. Te das cuenta de que lo que tú creías más importante a lo mejor no lo es tanto. Te hace un poco más humano, ves que eso sí fue un problema y no lo que a veces piensas que lo puede ser.
Si superan al Valencia, podrían jugar contra uno de sus ex equipos, el Barça, en semifinales. ¿Qué cree que le faltó para acabar de triunfar en el primer equipo azulgrana?
Hay muy pocos jugadores que lo logren. De los últimos años, sólo quedan Navarro, Tomic y Abrines de cuando yo jugaba allí. Tener continuidad en un equipo grande es difícil, y en el Barcelona aún más, porque modifica mucho su plantilla. A lo mejor llegué un poco joven allí. Sólo había jugado un año en ACB y no tenía la experiencia de ahora, pero guardo muy buen recuerdo de aquella etapa. Aprendí muchísimo, estuve con los mejores, gané títulos, entrené con Pete Mickeal, uno de los mejores 'treses' de Europa...
Otro viejo conocido suyo, el Fuenlabrada, vuelve a la Copa cuatro años después. ¿Considera su temporada en el conjunto madrileño (2010-2011) la mejor de su carrera?
Para ser la primera en ACB, fue realmente buena. Guardo muy buen recuerdo de ese año. No nos metimos en la Copa por muy poquito y al final de temporada nos clasificamos para los Playoffs. Esta temporada lo están haciendo parecido, siendo muy fuertes en casa y ganando algún partido fuera que les permitió llegar a La Coruña, como el triunfo ante el CAI Zaragoza. Estoy muy contento por su afición, que siempre está ahí animando aunque el equipo no esté tan bien. Llevaban unos años difíciles y han obtenido su recompensa.
Estadísticamente, lo hizo mejor en Estudiantes el curso pasado. ¿Le están sorprendiendo los problemas de los colegiales este curso?
Mi primer año allí fue parecido a este. Me sorprenda o no, creo que las cosas no se estaban haciendo del todo bien. Es lo que ha hecho que, un año más, el equipo no empezase bien y se hayan tenido que buscar soluciones a mitad de temporada. Ahora llegan las prisas, porque queda menos de una vuelta y Estudiantes es último. Espero que se puedan recuperar y lleguen a competir por salvar la categoría.
Como catalán, ¿qué opina de toda la polémica en relación con el independentismo durante los últimos meses?
Creo que no se están haciendo las cosas bien por parte de ambos bandos. Costó mucho formar gobierno en Cataluña y se consiguió de una manera un poco extraña. Nunca se había hecho así. Además, también está habiendo complicaciones para formar el Gobierno español. No creo que el independentismo sea el centro del universo. Hay problemas en ambos sitios y se tienen que solucionar de alguna forma. No puede ser que se haga la vista gorda y sigamos así.
¿Usted aprobaría que Cataluña contase con su propia selección de baloncesto para disputar partidos oficiales?
Eso está muy lejos a día de hoy. Hasta que Cataluña no sea un país o algo distinto de una Comunidad Autónoma y pueda formar su propia selección, es imposible.
Para cerrar esta entrevista, ¿qué mensaje le lanzaría al Xavi Rabaseda del futuro?
Que siga por el camino del sacrificio, la ilusión y las ganas. Y que nunca baje los brazos.